Este tiburón es uno de los animales bioluminiscentes más grandes del mundo
Un nuevo estudio ha descubierto que tres especies de tiburones de aguas profundas, entre ellos el carocho, son bioluminiscentes.
El tollo lucero diablo (Etmopterus lucifer), que es bioluminiscente, visto desde abajo. Estos animales tienen células brillantes en el vientre que ocultan su silueta de los depredadores que acechan bajo ellos produciendo suficiente luz para confundirse con su entorno.
Un equipo de científicos que investiga tiburones en la costa este de Nueva Zelanda ha iluminado un nuevo descubrimiento. En un nuevo estudio, publicado en la revista Frontiers in Marine Science, han desvelado que tres especies de tiburones de aguas profundas son bioluminiscentes y producen una luz verde azulada con células especializadas de la piel.
Una de las especies, el tiburón carocho, puede alcanzar casi dos metros de largo, lo que lo convierte en el vertebrado bioluminiscente más grande que se conoce. También se sabe que los calamares gigantes, que pueden crecer mucho más, producen luz.
Ya se ha documentado la bioluminiscencia en casi una docena de especies de tiburones, así que este descubrimiento añade información a lo que sabemos sobre la prevalencia de este fenómeno en estos y otros animales marinos, afirma Jérôme Mallefet, investigador adjunto de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, y autor principal del nuevo estudio.
En la expedición capturaron unos cuantos tollos luceros diablos y tiburones carochos en la zona mesopelágica, una región a la que llega poca luz y que se extiende de 200 a 1000 metros de profundidad.
Cuando Mallefet consiguió un carocho y vio que se iluminaba a bordo del barco de investigación, se sintió abrumado. «Casi me puse a llorar cuando lo vi... fue muy emocionante», afirma.
Las otras dos especies son algo más pequeñas que el carocho y en algunas ocasiones todas son víctimas de la captura incidental por parte de los pescadores. Ninguna se considera vulnerable a la extinción, pero se sabe poco sobre su estilo de vida y biología.
Diva Amon, bióloga de aguas profundas y exploradora emergente de National Geographic que no participó en el estudio, dice que el descubrimiento la dejó «impresionada». «Estos hallazgos nos recuerdan cuánto nos queda por descubrir y comprender sobre las profundidades del océano y sus habitantes», señala.
Una luz en la oscuridad
En enero del 2020, Mallefet y un equipo de científicos de la Universidad Católica de Lovaina y el Instituto Nacional de Investigación Acuática y Atmosférica de Nueva Zelanda pasaron un mes a bordo de un arrastrero de aguas profundas. Tras capturar tiburones vivos con redes, los investigadores colocaron a los animales en un tanque con agua marina, los trasladaron a una sala oscura y los vigilaron por si emitían señales de bioluminiscencia.
Debido al estrés o posiblemente la timidez, solo unos pocos carochos, tollos luceros diablos y tollos negros narigones mostraron su brillo verde azulado ante los investigadores, que tomaron muestras de su piel para analizarla.
La mayoría de los organismos bioluminiscentes, como las luciérnagas, poseen órganos o células especializadas que contienen determinadas sustancias químicas, entre ellas un compuesto llamado luciferina, que interactúan con el oxígeno para producir luz. Algunas criaturas luminosas, como los rapes de aguas profundas, brillan sirviendo de anfitriones para colonias de bacterias bioluminiscentes.
Los tiburones bioluminiscentes emiten luz con células especializadas de la piel llamadas fotocitos, pero exactamente cómo lo hacen ha sido un misterio durante años. Cuando Mallefet y su equipo analizaron las muestras de piel que tomaron, no hallaron restos de luciferina ni bacterias bioluminiscentes.
Sin embargo, sí confirmaron que, como otros tiburones bioluminiscentes, estas tres especies controlan la luz que emiten mediante hormonas, encendiendo la luminiscencia con melatonina, una sustancia química que ayuda a regir los ciclos diurnos e inducir el sueño en mamíferos. Aunque los investigadores pudieron determinar cómo controlan su brillo los tiburones bioluminiscentes, es necesario seguir estudiándolos para descubrir sus mecanismos químicos.
¿A qué se debe?
En las aguas profundas, donde los científicos estiman que tres cuartos de todas las criaturas son bioluminiscentes, tener la capacidad de crear luz puede resultar extremadamente ventajoso. Los animales de aguas profundas emplean la bioluminiscencia para atraer presas o disuadir a los depredadores, entre otras cosas. Ser bioluminiscente puede ayudar a los animales a camuflarse en aguas profundas.
En la zona mesopelágica del océano, que recibe una cantidad mínima de luz solar, los animales bioluminiscentes pueden ocultar su silueta de los depredadores que acechan debajo produciendo luz suficiente para confundirse con su entorno, un truco denominado contrailuminación. Las tres especies examinadas en este estudio tenían grandes concentraciones de fotocitos en el vientre, lo que sugiere que estos tiburones podrían esconderse de los depredadores —que son principalmente tiburones más grandes— de esta forma.
Sin embargo, los tiburones también tenían fotocitos en otras partes del cuerpo, así que la contrailuminación podría ser una de las muchas formas en que estos animales utilizan la bioluminiscencia. Por ejemplo, descubrieron concentraciones densas de fotocitos en las aletas dorsales de los carochos. Se desconoce el motivo, pero Mallefet especula que podrían ayudar a los carochos a comunicarse entre ellos.
El descubrimiento de que estas tres especies producen luz «no es una sorpresa», afirma David Ebert, director del Centro de Investigación de Tiburones del Pacífico y los Laboratorios Marinos de Moss Landing en California, pero aun así resulta emocionante.
Eso se debe a que los investigadores creen que es probable que muchas más especies de tiburones sean capaces de producir luz. Mallefet calcula que quizá el 10 por ciento de las 540 especies de tiburones conocidas son bioluminiscentes. Pero Ebert piensa que esa es una estimación conservadora. A medida que avanza el campo de la investigación de los tiburones de aguas profundas, «creo que esa cifra aumentará aún más», afirma.
Tanto Ebert como Mellefet esperan que se preste más atención a los tiburones de aguas profundas en el futuro, ya que las criaturas y su hábitat están poco estudiados y amenazados.
«Mucha gente sabe que los tiburones muerden, gracias a [la película] Tiburón», afirma Mallefet, «pero poca gente sabe que brillan en la oscuridad».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.