¿Por qué el proyecto de la primera granja de pulpos del mundo es tan polémico?
La piscifactoría, que está previsto que se construya en Las Palmas, quiere llegar a producir hasta 500 toneladas de pulpo al año. Los ecologistas y defensores de los animales denuncian que el proyecto es un "sinsentido".
La multinacional española Nueva Pescanova anunció a finales de 2021 que abriría la primera granja para la cría y cultivo de pulpos del mundo y que estaría lista para el verano de 2023. No pasó mucho tiempo antes de que las ONGs defensoras de los animales pusieran el grito en cielo. Argumentaban que si el proyecto finalmente veía la luz sería nocivo tanto para los animales como para el ecosistema marino. Aunque la empresa reconoce que su inauguración se podría retrasar con respecto a las primeras previsiones, el debate sobre este innovador proyecto no se ha calmado.
Roberto Romero, responsable de Acuicultura del Grupo Nueva Pescanova, afirma ya han pasado más de 30 años desde que se iniciaron los estudios científicos que han permitido hacer un proyecto viable de cultivo a gran escala de pulpo, un producto muy demandado por los españoles y los europeos. "El cultivo del pulpo en España se lleva estudiando, en distintos centros de investigación, más de 30 años. Era una de las especies objetivos de los centros de investigación y de las instituciones públicas. Hubo infinidad de proyectos pero que durante muchos años tuvieron malos resultados. Pero resultó que el Oceanográfico de Tenerife, con Eduardo Almansa a la cabeza, dan con la tecla y consiguen resolver el punto en el que hasta entonces todo el mundo fracasaba: el cultivo de la fase larvaria [...] Nos han llamado desde Corea hasta distintos puntos de Europa interesados en por el avance científico e interesados en colaborar con nosotros, tanto desde el punto de vista científico (que tiene su interés) como desde el punto de vista de la acuicultura".
"La investigación la empezaron unos compañeros de Vigo hace más de 20 años. La razón por la que se empezó es porque la demanda mundial está creciendo, pero la producción pesquera está estable incluso cayendo en algunos sitios. Una de dos o adaptamos nuestros hábitos de alimentación a esa oferta o hay que producirlos de forma alternativa y, de momento, la única alternativa es la acuicultura", asegura Almansa, que se ha desvinculado del proyecto desde que la empresa compró la patente para el cultivo larvario aunque colaboran con la empresa en otros aspectos; "los aspectos de mejora de los cultivos son infinitos. Seguimos trabajando en temas de alimentación, estrés e incluso en investigación básica respecto al pulpo”.
El proyecto de una granja para el cultivo de pulpo está en proceso de aprobación en el puerto de Las Palmas (Gran Canaria) y se prevé que se use una parcela de 52 000 m2. La empresa asegura que tendrá capacidad para producir más de 500 toneladas de pulpo al año, cuando funcione a pleno rendimiento.
Los organismos de defensa y protección de los animales califican el proyecto de cultivo intensivo y cría industrial como completamente "incompatible con las políticas mediambientales de la Unión Europea" y lo califican de macrogranja. Romero rechaza semejantes calificativos: "No es tan importante el término macro o micro, extensivo o intensivo, sino cómo se va a hacer ahí dentro el cultivo del animal y, ahí, lo vamos a hacer con el máximo conocimiento y con los niveles más altos de sostenibilidad y bienestar animal dentro del mundo de la acuicultura".
El partido animalista PACMA se ha puesto en manos de abogados externos para intentar parar la puesta en marcha de la granja. Para Marta Muntada, abogada de PACMA, el proyecto a la larga puede "tener unos impactos en toda la costa que podría afectar no ya solo a la diversidad marina sino a la propia economía de la zona".
La abogada apunta que, para que un proyecto así salga adelante, se necesitan tres autorizaciones por parte del Gobierno de Canarias. La licencia de impacto ambiental, la licencia de vertidos tierra-mar y la concesión para la instalación en un dominio público dentro de la zona del puerto de Las Palmas. Por ahora, PACMA, junto a un equipo de juristas y biólogos, se está oponiendo por la vía administrativa y han empezado a contestar la licencia de vertidos, aunque se preparan para arremeter contra la licencia de impacto ambiental cuando los procesos administrativos se lo permitan.
A mediados de marzo de 2023, la BBC informó que había tenido acceso a unos informes confidenciales de la compañía en los que se afirmaba que se criarían un millón de pulpos al año y en el que se daban detalle sobre el método de sacrificio a base de agua congelada. Según la BBC, algunos científicos calificaron de "crueles".
Por su parte, el medio gallego Galiciapress informó días después que la Nueva Pescanova rechazba dichas acusaciones. “Aunque pueda resultar llamativo para quien no esté familiarizado con el sector, la técnica de sumergir al pulpo es la más comúnmente aplicada en la industria y es la opción que busca precisamente evitar el sufrimiento del animal”, aseguraba la empresa gallega a Galicióapress.
Desde Francia, la presidenta de Sea Shepherd Francia, Lamya Essemlali, se indigna ante la falta de controles y de leyes para la protección de estos pulpos en el marco de un proyecto que califica de surrealista. "Es difícil imaginar algo peor en términos de impacto ecológico y ético. De hecho, toda la acuicultura de peces carnívoros es un sinsentido ecológico. Aquí, estamos hablando de pulpos que consumen cada día el equivalente a tres veces su peso. Frente a ello, la empresa apunta a un sacrificio anual de pulpos que es demencial. Es surrealista que no haya absolutamente ninguna ley que controle el sacrificio de estos animales, ¡el que sean sintientes e inteligentes ya es algo que se sabe!".
Sobre el sacrificio de los pulpos, la empresa asegura que se llevan haciendo pruebas y experimentos sobre ello desde hace años. "En el Biomarine Center [en Pontevedra], llevamos desde 2018 investigando y experimentando el cultivo en todas sus fases. Ya estamos en la quinta generación de cultivo lo que nos ha permitido alcanzar un conocimiento base como para poder afrontar con tranquilidad un proyecto como este", explica David Chavarrías, director general del BioMarine Center de Pescanova.
Muntada, por su parte, dice que el silencio sobre los métodos de sacrificio no presagian nada bueno por eso dice que en su oposición administrativa "hemos apuntado que de facto se incumple todo lo relativo al bienestar animal, porque, aunque no esté regulado con respecto a los pulpos, no se prevé nada en cuanto a cómo se van sacrificar. Lo único que se dice son previsiones de limpieza de cuando se sacrifiquen a los animales de limpieza, pero no el proceso de sacrificio".
Desde Nueva Pescanova, Romero asegura que estos procesos serán conformes a la legislación europea vigente. "En el reglamento europeo hay unas normas que aplican en este caso y que nosotros vamos a cumplir escrupulosamente [...] El método de sacrificio estará en el proceso administrativo que tenga que estar, no en todos. A medida que los procesos administrativos, que son cuatro, vayan avanzando, se irá aportando la información pertinente".
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El pulpo, un animal solitario
El pulpo salvaje es muy consumido en todo el mundo y está experimentando un aumento de la demanda en los últimos años, sobre todo en Europa, aunque también en Japón y Estados Unidos. Para algunos científicos, un proyecto de cultivo a gran escala choca con muchos puntos y contradice los hábitos de vida de estos animales en su medio natural. Según el informe de CIWF Francia, los pulpos son muy solitarios por naturaleza y "sufrirán con la superpoblación y las altas densidades de cría típicas de los sistemas de cría industrial. Esta situación podría generar un fuerte malestar que derivaría en agresividad y territorialidad pudiendo llegar a casos de canibalismo".
Según los organismos de defensa de los animales, existen muchas razones por las que este proyecto de cultivo de pulpos no debería seguir adelante. Entre estas razones sobresale el tema de la alimentación de los animales. Ante la crisis mundial de la sobrepesca, el daño a los océanos y a la biodiversidad marina, las ONGs plantan cara. "La cría intensiva es responsable de la mayor parte de la sobrepesca que amenaza nuestros mares. Entre el 20% y el 25% de los peces salvajes que se capturan se utilizan para producir harinas y aceites de pescado que se usan para alimentar a las especies carnívoras de las piscifactorías", asegura CIWF en el informe dirigido a denunciar el proyecto de Nueva Pescanova y publicado en inglés, francés y español.
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"Nos enfrentamos a ese desafío ambiental que es alimentar a los pulpos bajo los máximos criterios de sostenibilidad y para ello estamos colaborando con la Universidad de México para desarrollar un alimento para los pulpos que utiliza partes de pescado ya capturado y que no se destinan a consumo humano", afirma Chavarrías.
El equipo de investigación del proyecto está trabajando sobre alternativas alimentarias que no necesitan de la captura de animales salvajes ni hasta el uso de materia prima animal. Chavarrías apunta a que en este caso toma especial relevancia la espirulina, "es una microalga cuyo componente proteico corresponde prácticamente al 70% de su composición científica" y podría llegar a sustituir a los alimentos de origen animal. A día de hoy, mientras el proyecto de cultivo de pulpos avanza con pasos agigantados, la cuestión de la alimentación sigue sin estar regulada y las alternativas están en un estado de investigación. La empresa asegura que está invirtiendo "mucho dinero" para desarrollar regímenes alimenticios adaptados.
"El pienso que tenemos cumple ya con los criterios de sostenibilidad de la ASC [Aquaculture Stewardship Council] pero no nos vamos a quedar aquí, porque tenemos el firme propósito de seguir optimizando la sostenibilidad de nuestros piensos para llegar incluso a valores de sostenibilidad menores de los que marca la ASC", señala Chavarrías.
Ética, política y hábitos de consumo
Para Essemlali, estas explicaciones son insuficientes frente a los riesgos éticos y medioambientales en juego. "Incluso cuando nos demuestren que los pulpos pueden crecer y evolucionar bien en esas condiciones, no quita el hecho de que son animales sintientes que no se pueden matar sin dolor. El proyecto consiste en satisfacer una demanda, pero en ningún modo es una cuestión de subsistencia. Hablamos de tapas y aperitivos. Sacrificamos lo esencial para satisfacer los superfluo", opina la presidente de Sea Shepherd.
Almansa cree que hay que tener en cuenta las consecuencias de no seguir adelante con la cría de pulpos en cautividad para su consumo. "O cambiamos los hábitos alimentarios o tenemos que producirlos. Podemos convertir al pulpo en un producto de lujo, porque su precio va a seguir subiendo. Si como sociedad aceptamos eso, no hay problema, ahora, eso no es gratuito. Si un animal tiene un alto precio en el mercado, va a aumentar la pesca ilegal sobre él. [...] La mayoría de las pesquerías están sobrexplotadas ya, porque es muy difícil a nivel político desarrollar un plan de control férreo y asumir ese coste económico. Tenemos que tener todo esto en cuenta; no es sencillo regular una pesquería y que el producto sea un producto de lujo y apetecible. También tenemos que tener en cuenta que en Europa podemos aplicar una normativa muy estricta pero la mayor parte del pulpo que consumimos viene de África, Asia… la pregunta entonces es: ¿esos países van a ser igual de estrictos o van a ser esas poblaciones de pulpo las que van a sufrir?".
Sobre las cuestiones éticas y de bienestar animal, PACMA señala que este proyecto es incompatible con los acuerdos de París y la crisis medioambiental actual: "los daños del proyecto serán sociales, medioambientales, culturales y de salud pública y, por consiguiente, económicos que afectarán a la población canaria [...] La instalación prevista por Nueva Pescanova podría representar un 0,3% de las emisiones totales de Gran Canaria, lo que está muy lejos de los cálculos del proyecto que las sitúan en cerca de 0,025% de las emisiones totales de todo el archipiélago".
La cantidad de agua que se usaría en la granja proyectada sería comparable a la que equivaldría al consumo anual de 1400 personas. "En términos comparativos, esto representa el consumo anual de ocho macrogranjas de cerdo. En el escenario actual de cambio climático y de escasez de agua, esto podría afectar a los ecosistemas naturales y al suministro para consumo humano", advierte PACMA.
El proyecto de una granja de pulpos en Canarias sigue en fase de aprobación administrativa, el equipo jurídico de PACMA no ha optado, por ahora, por tomar medidas judiciales, pero no lo descartan en un futuro.
Por su parte, desde Nueva Pescanova no se atisba el más mínimo indicio de intranquilidad sobre el proceso administrativo, Romero no duda: "Respetamos mucho el trabajo de PACMA y su posición, pero de las alegaciones que han hecho no estamos muy preocupados; no tienen ninguna base legal que haga que el proyecto esté en riesgo. [...] Este es un proyecto perfectamente viable, es más debería ser un orgullo para España, porque es un hito científico alcanzado por científicos españoles, desarrollado por una empresa española y en suelo español. No hay motivos para que no salga adelante. Es más, esto es una carrera desde hace muchísimo tiempo. Sino lo hacemos nosotros, lo van a hacer otros".
Se ha actualizado el texto con declaraciones de Eduardo Almansa, científico del Instituto Español de Oceanografía.
Martín Alvarez, editor de National Geographic España, ha contribuido en la elaboración de este artículo y en la recopilación de declaraciones.
Este artículo se publicó originalmente en francés en nationalgeographic.fr.