Este parásito manipula las mentes de los lobos y las ratas, y puede que también la tuya

El 'Toxoplasma gondii' infecta, en todo momento, a hasta un tercio de la población humana. Es probable que tenga un impacto mucho más amplio en el comportamiento de los animales de lo que se pensaba.

Por Mary Bates
Publicado 30 nov 2022, 12:33 CET
Lobo gris

El nuevo estudio es el primero que demuestra que los parásitos pueden influir en el comportamiento de los lobos grises.

Fotografía de Shutterstock, National Geographic Creative

¿Qué es lo que hace que un lobo decida atacar por su cuenta o afirmar el liderazgo de su manada? Esta pregunta lleva mucho tiempo intrigando a los científicos. Ahora, un nuevo estudio demuestra que los lobos grises infectados con el parásito Toxoplasma gondii tienen más probabilidades de convertirse en líderes que los lobos no infectados.

El hallazgo nos obliga a pensar más ampliamente en lo que influye en la forma de actuar de los animales, dice la coautora del estudio, Kira Cassidy, bióloga de fauna salvaje del Proyecto Lobo de Yellowstone, una organización sin ánimo de lucro con sede en Montana (Estados Unidos) que supervisa la investigación de los depredadores en el Parque Nacional de Yellowstone.

"Sabemos que el comportamiento está influido por todo tipo de factores, como las experiencias pasadas, la genética, las circunstancias actuales y el contexto social", afirma; "ahora podemos añadir los parásitos a esa lista".

El Toxoplasma gondii es un parásito unicelular que infecta en todo momento a al menos a un tercio de la población humana mundial con la enfermedad de la toxoplasmosis. Aunque la infección suele ser leve, puede ser mortal para los jóvenes o los inmunodeprimidos. El Toxoplasma sólo puede reproducirse en los intestinos de los gatos domésticos o salvajes, pero está muy extendido en la naturaleza y puede infectar a cualquier animal de sangre caliente. También es famoso por su capacidad de manipular a sus huéspedes, sobre todo al hacer que los roedores sean imprudentes en torno a los gatos domésticos.

Toxoplasmosis gondii

Presente en todo el mundo, la Toxoplasmosis gondii es un protozoo unicelular que puede infectar a casi todos los animales de sangre caliente.

Fotografía de Science History Images, Alamy Stock Photo

Para el nuevo estudio, publicado recientemente en Communications Biology, Cassidy y sus colegas se basaron en 26 años de datos sobre el comportamiento y muestras de sangre de lobos de Yellowstone, desde que los caninos fueron reintroducidos en el parque en 1995. También analizaron la distribución espacial de los pumas en el parque y muestras de sangre de los grandes felinos, que son huéspedes conocidos del Toxoplasma.

Los resultados mostraron que los lobos que vivían en territorios coincidentes con pumas tenían más probabilidades de estar infectados por Toxoplasma que los lobos sin vecinos felinos.

Es más, los lobos que dieron positivo en las pruebas del parásitos tenían 11 veces más probabilidades de dispersarse de su manada y más de 46 veces más probabilidades de convertirse en líderes de manada que los lobos no infectados.

Estos resultados no son tan sorprendentes para Gregory Milne, epidemiólogo del Royal Veterinary College de Londres (Reino Unido) que no participó en el estudio.

"Es bastante coherente con lo que sabemos sobre la toxoplasmosis en otros animales", afirma. "Se suma al creciente conjunto de pruebas de que este parásito puede causar cambios de comportamiento significativos".

Atracción mortal

Un animal puede infectarse con Toxoplasma comiendo otro animal infectado, o a través del contacto con quistes similares a huevos del parásito que se desprenden en las heces de los gatos.

Si el parásito se encuentra en un huésped no felino, puede instalarse en diferentes zonas del cuerpo, incluido el cerebro, y persistir allí durante años. Porque el parásito necesita acabar en el intestino del gato para reproducirse, y ha desarrollado formas inteligentes de hacerlo.

Por ejemplo, los roedores infectados con el parásito son más activos y menos temerosos cerca de los depredadores, como un gato doméstico, lo que lleva al parásito a su hogar preferido. Sorprendentemente, los ratones y ratas infectados por Toxoplasma pierden incluso el miedo al olor de la orina de los gatos, y hasta pueden sentirse atraídos por él.

Muchos de los hallazgos en roedores proceden de estudios de laboratorio cuidadosamente controlados, y sólo recientemente los investigadores han comenzado a investigar el impacto de la infección por Toxoplasma en la naturaleza.

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    Gato esfinge

    El Toxoplasma gondii sólo puede reproducirse en el sistema digestivo de los gatos, salvajes o domésticos. Arriba, un gato Sphinx (o gato esfinge) en una exposición de gatos en Inglaterra.

    Fotografía de Shirlaine Forrest, Getty Images

    Un estudio reveló que los chimpancés infectados con Toxoplasma se sienten atraídos por la orina de los leopardos, sus depredadores naturales. En otro estudio, los investigadores demostraron que los cachorros de hiena manchada infectados son más propensos a acercarse a los leones, y a ser asesinados por ellos, según el coautor del estudio, Eben Gering, biólogo evolutivo de la Universidad Nova Southeastern de Florida (Estados Unidos).

    "Sólo estamos empezando a arañar la superficie de cómo los efectos conductuales de la infección por toxoplasmosis (conocidos en roedores, confirmados en animales salvajes y ahora observados en animales altamente sociales como las hienas y los lobos) influyen en la dinámica de grupo y en comportamientos que tienen consecuencias ecológicas", afirma.

    Negocio arriesgado

    Las pruebas acumuladas sugieren que las personas con toxoplasmosis corren más riesgos que las que no están infectadas, por ejemplo, conduciendo de forma más peligrosa, lo que suele provocar accidentes de tráfico mortales.

    Sin embargo, los efectos no siempre son negativos: en un estudio sobre estudiantes universitarios y profesionales de los negocios, los infectados por Toxoplasma eran más propensos a especializarse en negocios o a crear sus propias empresas. Y en los países con mayores tasas de infección, las personas eran menos propensas a citar el miedo al fracaso como razón para emprender una nueva actividad empresarial.

    No se sabe exactamente cómo el parásito, un pariente lejano de la malaria, provoca estos cambios en los mamíferos. 

    Milne dice que hay algunas pruebas de que el parásito puede afectar a los neurotransmisores, como la dopamina, o a las hormonas, como la testosterona. También es posible que el parásito provoque una inflamación de bajo grado, que luego repercuta en el comportamiento.

    Sea cual sea el mecanismo, cada vez está más claro que los parásitos (en particular el Toxoplasma) desempeñan un papel importante y poco apreciado en la vida de los animales. Los científicos estiman que alrededor del 40 por ciento de las especies animales son parásitos, y que probablemente constituyan la mayoría de las especies aún por descubrir.

    "Mucho más de nuestro comportamiento de lo que la persona media supondría podría estar influenciado por este parásito", afirma Gering.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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