'Los secretos de los elefantes', la serie documental de Paula Kahumbu para redescubrir los paquidermos
En estos momentos, la Dra. Paula Kahumbu, exploradora de National Geographic, está deseando que llegue un momento muy concreto. Es la principal narradora de Los secretos de los elefantes, una serie documental de cuatro capítulos producida por James Cameron, visionario del cine y explorador de National Geographic, y narrada por Natalie Portman, ganadora de un Oscar, que se estrenará en Disney+, NatGeo Now y en el canal de National Geographic Wild el 22 de abril, con motivo de Día de la Tierra.
Siguiendo a diferentes familias de elefantes de todo el mundo, la serie revelará su mundo secreto, desde sus extraordinarios estilos de vida hasta las características que comparten con los humanos, como el pensamiento complejo, las emociones, el lenguaje y la cultura.
"Hacer una serie llamada 'secretos' de estos animales, que ya son tan conocidos, es bastante audaz", dice Kahumbu.
Pero ella no es de las que rehúyen los retos.
Lleva años presentando su propia serie de televisión, Wildlife Warriors, y encabeza un programa de educación al aire libre para inspirar a los jóvenes keniatas a defender la conservación de la vida salvaje, Wildlife Warriors Kids. También es la Directora General de WildlifeDirect y la creadora de la campaña Hands Off our Elephants, junto con Su Excelencia Margaret Kenyatta, ex Primera Dama de la República de Kenia. La gente le ha preguntado en repetidas ocasiones cómo se las apaña. Su respuesta tiene poco que ver con la falta de tiempo: le motiva el impacto.
"Siento que ésta es una gran oportunidad para estar presente en un escenario global", dice Kahumbu sobre la presentación de la nueva serie documental y el lanzamiento del libro que la acompaña en abril, además de sus proyectos en marcha. Espera "recordar al mundo lo importantes que son los elefantes y devolverlos a nuestras vidas como esos increíbles animales que nos maravillan y nos hacen interesarnos de nuevo por la naturaleza".
Paula Kahumbu ha dedicado su vida a defender los derechos de los elefantes y otras especies amenazadas.
Kahumbu no se propuso ser una estrella de la televisión, sino que su pasión por la vida salvaje y la exploración la condujeron muy pronto a trabajar en el campo de la conservación junto a algunos de los más grandes nombres de la ciencia y la exploración.
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Una carrera entre gigantes de la naturaleza
No se dio cuenta en ese momento, pero cuando Kahumbu era joven fue protegida por un icono científico de renombre mundial. Richard Leakey, paleoantropólogo de familia de conservacionistas pioneros, fue vecino y mentor de Kahumbu. Su compromiso de guiar a la joven Kahumbu hacia sus sueños fue, como ella dice, "extremadamente especial".
"Me metió literalmente en su coche y me llevó al Instituto de Investigación de Primates, y les dijo que me dieran unas prácticas", recuerda. Más tarde, cuando pasó seis meses trabajando con la conservacionista estadounidense Margaret Kinnaird estudiando monos únicos y en peligro de extinción en la Reserva Nacional de Primates del río Tana, Leakey la llamaba semanalmente para informarse.
Le gustaba fomentar el pensamiento independiente. A menudo le preguntaba a Kahumbu qué le interesaba y le imploraba que se dedicara a ello. De algún modo, aunque tenía poco tiempo y estaba inmerso en un trabajo que dejaría una huella indeleble en el mundo, Leakey escuchaba y apoyaba fervientemente a Kahumbu y, como el tiempo revelaría, también a otros científicos en ciernes.
"Resulta que fue mentor de muchos, muchos, muchos kenianos. Y se acordaba de todo y de todos", recuerda Kahumbu. La cola para charlar con Leakey, a veces de apenas 20 minutos, empezaba a formarse ante la puerta de su despacho a las 6 de la mañana. "En 20 minutos con él lo único que podías hacer era vomitar todos tus problemas y, al final, resolvías tu propio problema".
Durante la mayor parte de su vida, Kahumbu y Leakey trabajaron juntos, desde proyectos en los Museos Nacionales de Kenia hasta el Kenya Wildlife Service, y más tarde, WildlifeDirect, que Leakey fundó y Kahumbu dirige ahora.
Fue en los bosques costeros de Kenia donde comenzó su amor por los elefantes, su inmensidad y su gracia. Pronto luchó con uñas y dientes por la protección de los elefantes frente a las amenazas medioambientales y humanas. Sin embargo, otros animales salvajes también lo necesitaban. Una de las campañas de WildlifeDirect en favor de los leones consiguió que se retirara de los estantes keniatas el pesticida asesino Furadan. La denuncia por parte de la organización de los delitos contra la fauna salvaje desencadenó suficientes presiones a escala mundial como para que se creara una nueva Ley de Conservación y Gestión de la Fauna Salvaje. Su labor en el Gobierno, que ella califica de "dura" y "desgarradora para el alma", obtuvo apoyo y reconocimiento internacionales. Caer en la narrativa, dice, fue una casualidad.
Protección mediante el aprecio
A pesar de todo el éxito de Kahumbu, ella insiste en que era una niña tímida, la menor de sus hermanas y una de nueve hermanos. No fue hasta la adolescencia cuando empezó a hacer cosas por su cuenta, sobre todo explorar la naturaleza y darse cuenta del privilegio que suponía crecer entre los árboles y en compañía de animales salvajes. Estar lo bastante cerca de la naturaleza para apreciarla, reflexiona Kahumbu, marca la diferencia.
"El aprecio es lo que nos hace querer protegerla [la naturaleza], porque si no la apreciamos, no nos daremos cuenta de que ha desaparecido".
A lo largo de su carrera, basada principalmente en Kenia, no se le escapa la ironía de que los keniatas nativos no tengan una palabra para "conservación". Es un testimonio de la forma natural en que el cuidado del medio ambiente y sus seres vivos forman parte de la vida cotidiana, dice Kahumbu. Las tribus pastorales se guían por el comportamiento de los animales, que puede indicar amenazas, cambios medioambientales o disponibilidad de recursos. La práctica moderna de proteger la naturaleza aislándola de los humanos, explica, es difícil de entender. Incluso el término "área protegida" deja perplejas a estas comunidades. "¿Protegida de qué? ¿De nosotros?", le preguntan a Kahumbu en repetidas ocasiones. "No se consideran una amenaza para la naturaleza", afirma. Por el contrario, la conservación de la naturaleza es simplemente una parte de la conservación de los medios de subsistencia.
"La forma correcta de conocer la naturaleza no es encerrarse en un gran muro. Hay que sentir el aire frío de la noche, ver las estrellas, oler la hierba y las flores, ver cómo cambian de olor a distintas horas del día", explica.
Comprender y vivir esta interdependencia entre el ser humano, el animal y la tierra es la razón por la que Kahumbu quiere que las tribus keniatas cuenten sus propias historias. A medida que culturas, lenguas, tradiciones y prácticas desaparecen con la tierra, capturar y preservar lo que queda es más esencial que nunca. "¿Cómo lo documentamos, y lo documentamos ahora?" son preguntas que le rondan por la cabeza.
Por el momento, está organizando la logística para poner cámaras en manos de más kenianos. Mientras tanto, los niños vuelven a darle esperanzas. Los niños de Wildlife Warrior, de tan sólo cinco años, participan en largos paseos por la naturaleza, recopilación de datos e incluso tormentas de ideas sobre cómo salvar la naturaleza. Una idea que surge una y otra vez: crear un canal de YouTube. "Tenemos que grabar lo que hacemos y lo que aprendemos para poder compartirlo con otros niños", dicen a Kahumbu. En la lista de módulos de enseñanza figura ahora un campamento de fotografía y cinematografía.
Kahumbu afirma que los jóvenes keniatas tienen muchas ideas, entusiasmo y habilidades cinematográficas, y se ve a sí misma como un vehículo para ayudar a "liberar" su talento.
Siguiendo una estela de éxitos, Kahumbu espera que Los secretos de los elefantes sea uno de los muchos momentos futuros en los que ayude a impulsar las historias africanas a la escena mundial.
"El trabajo que hacemos en Kenia puede parecer aislado, como si estuviéramos en un pequeño rincón del mundo luchando por nuestra cuenta", afirma. "La importancia de esta serie es que toma todo lo que hacemos a pequeña escala y lo hace global. Espero que reavive el interés por la naturaleza y nos recuerde que el mundo es uno. Estamos todos juntos en él".
El giro inesperado
En 2004, en algún lugar de la costa de Kenia, Kahumbu rescató a un hipopótamo huérfano tras el tsunami del océano Índico. Lo cuidó en uno de los pocos santuarios de animales que gestionaba, y el bebé hipopótamo se hizo amigo de su vecina, una tortuga de 130 años. Kahumbu compartió con el mundo una fotografía de la extraña pareja descansando junta; la abrumadora respuesta la puso en un nuevo camino.
"Me di cuenta de que lo que mueve a la gente no es la ciencia, sino las historias", dice.
Su instinto le sirvió de mucho. Owen y Mzee, el libro infantil del que Kahumbu acabó siendo autora sobre el verdadero e inusual vínculo entre un hipopótamo (Mzee) y una tortuga (Owen) vendió más de un millón de ejemplares en todo el mundo, en al menos 24 idiomas; era la respuesta que ella esperaba en sus años de trabajo de investigación y defensa de los animales. Tenía aliados en los niños, a los que ve entusiastas y capaces de un estado de asombro que los adultos a veces pasan por alto. Incluso cuando marchó por las calles para exigir justicia para elefantes, rinocerontes y leones, los jóvenes fueron los primeros en ponerse en fila para apoyarla. Fue una transición natural, entonces, para Kahumbu llevar la educación sobre la vida silvestre a las escuelas.
En 2018, puso en marcha Wildlife Warriors Kids, una iniciativa en toda Kenia que ayuda a los profesores a integrar proyecciones de películas sobre la vida salvaje y planes de trabajo en sus planes de estudio para ayudar a conectar a los jóvenes kenianos con la ciencia y su patrimonio. Así que, cuando más tarde le ofrecieron espontáneamente 12 hectáreas de tierra, supo exactamente qué hacer con ellas: "En cuanto empezamos a hablar de la posibilidad de hacer un centro educativo al aire libre, se enamoraron de la idea. Y así fue como empezó".
El Wildlife Warriors Field Lab, la última ampliación del programa Wildlife Warriors Kids, es un laboratorio viviente para niños donde son libres de explorar, investigar y observar la naturaleza. La idea no es dar lecciones a los niños, sino animarles a descubrir la naturaleza por sí mismos. Es lo que Leakey hizo por ella, y está ayudando a brillar a una generación de jóvenes africanos.
Los secretos de los elefantes se estrena en National Geographic el 22 de abril, y todos los episodios comienzan a emitirse en streaming en Disney+.
Sobre la guionista
Para la National Geographic Society: Natalie Hutchison es productora de contenidos digitales para la National Geographic Society. Cree que la narración auténtica tiene el poder de conectar a las personas a través de la experiencia humana compartida. En su tiempo libre echa mano del pincel para crear instantáneas visuales que espera inspiren esperanza y empatía.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.