Estas hormigas se amputan unas a otras para salvar sus vidas
Al igual que los médicos de los campos de batalla, las hormigas carpinteras de Florida son el primer animal conocido que clasifica las heridas y adapta los tratamientos.
En una primicia, los investigadores han observado que una especie de hormiga carpintera de Florida (Camponotus floridanus) trata las heridas del campo de batalla con la amputación.
En los últimos años, la comunidad científica ha descubierto muchas formas en que los animales salvajes juegan a los médicos.
Los lémures utilizan milpiés masticados para protegerse de los parásitos intestinales. Se ha visto a chimpancés y orangutanes aplicarse cataplasmas en las heridas. Y se sabe que las abejas melíferas recubren sus colmenas con compuestos vegetales antimicrobianos, por citar sólo algunos ejemplos.
Ahora, los investigadores han descrito un procedimiento médico nunca visto en el reino animal: las amputaciones. Aunque los humanos llevan 30 000 años practicando amputaciones, en este caso los cirujanos son unas sencillas hormigas obreras.
La vida en una colonia de hormigas carpinteras de Florida (Camponotus floridanus) puede ser peligrosa, sobre todo si hay otras colonias cerca. No es raro que las hormigas vecinas se declaren la guerra unas a otras después de la puesta del sol, y las batallas dejan tras de sí muchos soldados heridos.
"Si la herida está más arriba de la pata, en el fémur, procederán a amputarla", explica Erik Frank, ecólogo conductista de la Universidad de Würzburg (Alemania); "si la herida está más abajo en la pata, para nuestra sorpresa, no vemos amputaciones".
Es más, las hormigas que reciben cualquiera de los dos tratamientos sobreviven a tasas mucho más altas que las hormigas heridas que se mantienen alejadas de sus hermanas.
"Así que no sólo están haciendo otro tipo de tratamiento médico al amputar las patas, sino que también son capaces de alguna manera de diagnosticar correctamente la herida y adaptar el tratamiento en consecuencia", dice Frank, que fue autor principal del estudio publicado esta semana en Current Biology.
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Ninguna hormiga se queda atrás
Mientras que algunos lagartos pueden abandonar sus colas y los insectos y arácnidos se deshacen de sus patas cuando les ataca un depredador (un comportamiento defensivo conocido como autotomía), las amputaciones realizadas por las hormigas carpinteras de Florida pertenecen a otra categoría completamente distinta.
En parte, esto se debe a que las hormigas heridas parecen participar voluntariamente en el procedimiento.
"Me llama la atención hasta qué punto cooperan libremente en esta amputación", dice Frank; "puedes ver cómo presenta la pata herida y la otra [hormiga], durante muchos minutos seguidos, la muerde ferozmente... Y la hormiga herida no parece quejarse".
Una hembra de hormiga carpintera (Camponotus fellah) cura la pierna rota de su hermana.
Datos no publicados sugieren que otro pariente cercano de la hormiga carpintera de Florida, Camponotus fellah (en la imagen atendiendo a una pata rota), también muestra un comportamiento de amputación.
Aunque los científicos aún no pueden afirmar definitivamente si las hormigas y otros insectos sienten dolor, o en qué medida, sí sabemos que las decisiones médicas de las hormigas parecen ser bastante acertadas.
En el caso de las heridas en la parte inferior de las patas, las colonias acicalaban la herida obsesivamente con sus piezas bucales, quizá para eliminar patógenos que pudieran causar infecciones letales. Los investigadores hallaron que, en los casos de lesiones en la parte inferior de la pata, las hormigas que eran cuidadas por sus hermanas sobrevivían en un 75%, frente a sólo un 15% en el caso de las hormigas heridas en la tibia que se mantenían separadas de sus compañeras de nido.
Del mismo modo, las hormigas con lesiones en el fémur que no recibieron tratamiento sólo sobrevivieron un 40% de las veces, frente a tasas de éxito de entre el 90% y el 95% tras la amputación. A diferencia de algunos animales, como las salamandras, las patas de las hormigas no vuelven a crecer una vez perdidas, por lo que la supervivencia es el objetivo.
No es la primera vez que se observa a hormigas cuidando heridas. Frank y sus colegas descubrieron anteriormente que la hormiga Matabele (Megaponera analis), cazadora de termitas, tiene una glándula que produce compuestos antimicrobianos y proteínas, que las hormigas untan en sus heridas. Sin embargo, mientras que esa glándula aparece en la mayoría de las hormigas, las hormigas carpinteras de Florida parecen haberla perdido a lo largo de su evolución. Y Frank dice que tal vez sea por eso por lo que la especie ha desarrollado un enfoque diferente para el cuidado de los guerreros heridos.
"La diversidad en las hormigas es al menos tan grande como entre los ratones y un elefante o un león", dice Frank; "así que el repertorio conductual y la historia natural de las distintas especies de hormigas es enorme".
Los beneficios de la vida social
"Es un hallazgo muy interesante", afirma Corrie Moreau, entomóloga y National Geographic Explorer especializada en hormigas de la Universidad de Cornell (Estados Unidos).
"Estos investigadores no sólo demostraron que la amputación aumenta la supervivencia, sino también que las hormigas aisladas no pueden morderse su propia pata y tienen más probabilidades de morir", dice Moreau en un correo electrónico.
Además de la defensa, el cuidado de las crías y la división del trabajo, los hallazgos apuntan a otra ventaja de vivir en una colonia. "¿Quién iba a pensar que el hecho de que tu hermana te arrancara una pata de un mordisco sería otro ejemplo de los beneficios de la vida social?", comenta Moreau.
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No está claro hasta qué punto este comportamiento de amputación es común entre las hormigas, pero las pruebas preliminares sugieren que otras especies de hormigas carpinteras estrechamente emparentadas también pueden cortarse las patas unas a otras para curar heridas. El equipo de Frank también espera abordar otras cuestiones pendientes planteadas por las pruebas, como qué otras estrategias pueden tener las hormigas para tratar heridas y combatir infecciones y qué capacidad tienen los animales para sentir dolor.
El estudio ha respondido al menos a una gran pregunta para Moreau.
"Como alguien que ha coleccionado hormigas por todo el mundo, siempre me han maravillado las hormigas que andan por ahí con sólo cinco patas", dice; "¡pero nunca se me había ocurrido que fueran sus propias hermanas las que se las arrancaban a mordiscos!".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.