Gato esfinge

¿Cómo serán los gatos del futuro?

Aunque los gatos fueron domesticados hace relativamente poco, su relación con nosotros ya les ha cambiado de forma sorprendente.

Los gatos que se mantienen como mascotas, como este gato esfinge, probablemente cambiarán aún más en el futuro, a medida que su relación continua con los humanos los haga más grandes y amigables.

Fotografía de Kucher Serhii, Shutterstock
Por Carrie Arnold
Publicado 7 ago 2024, 9:57 CEST

En sólo 10 000 años, los gatos han llegado de la naturaleza y han acompañado a los humanos en sus viajes por todo el planeta, pero se calcula que los felinos han existido durante 37 millones de años de evolución en un mundo libre de humanos.

Incluso durante los miles de años que los gatos han pasado en compañía de las personas, hemos tenido poca influencia sobre cuándo y con quién se han apareado. Físicamente, los gatos domésticos varían relativamente poco de sus parientes salvajes; la mayoría de las razas de gatos tienen menos de 200 años y son bastante uniformes en tamaño y forma. Todo esto ayuda a subrayar lo reciente que es la domesticación de los gatos.

(Relacionado: ¿Qué piensan los gatos de nosotros?)

Razas aparte

Sólo recientemente han aparecido razas como los Ragdoll y los Birman, así como el Cornish Rex de pelo rizado y el esfinge sin pelo. Otras razas, como los persas, son más antiguas (sus orígenes se remontan a Oriente Próximo en el siglo XVII), pero siguen siendo relativamente jóvenes en comparación con muchas razas caninas.

Y aunque algunas razas caninas presentan marcadas diferencias en instintos y personalidad, la mayoría de las razas felinas se diferencian sobre todo en el aspecto, y no especialmente en el temperamento o el tamaño. Los criadores de gatos siguen creando activamente nuevas variedades, incluidos los híbridos doméstico/gato salvaje. El Bengala era originalmente un gato leopardo asiático cruzado con un gato doméstico. El savannah es un cruce entre un serval africano y un gato doméstico. Algunos creen que ambas razas son controvertidas por su ascendencia salvaje.

En Europa, hace más de 1000 años, los gatos se utilizaban como control de plagas y como fuente de pieles. Cuando un grupo de arqueólogos escandinavos comparó el tamaño de las pieles de gato de la época de los vikingos con los cuerpos de los mininos actuales, descubrió que los gatos del siglo XXI eran un 16% más grandes.

Lo inusual de estos resultados es que la domesticación suele encoger a los animales. Los perros son una cuarta parte más pequeños que los lobos; los animales de ganadería, como el ganado vacuno, las ovejas y las cabras, también son más pequeños que sus congéneres salvajes.

Y no es sólo la disponibilidad de croquetas hipercalóricas lo que ha hecho que los gatos sean más grandes. La comunidad científica también ha documentado tamaños corporales mayores en gatos callejeros y asilvestrados en el bush australiano. Aunque esos gatos roben restos de comida humana, no todos son alimentados regularmente por personas. Por supuesto, los gatos no van a crecer mágicamente hasta alcanzar el tamaño de Godzilla, como tampoco van a desarrollar de repente pulgares oponibles.

Los gatos domésticos, a diferencia de este solitario leopardo de las nieves, pueden volverse más amistosos en el futuro por su continuo contacto con los humanos.

Fotografía de Steve Winter, National Geographic Image Collection

Grandes y simpáticos

Pero, ¿en qué tipo de gato se convertirán? Una posibilidad es que los gatos del futuro sean más grandes que los felinos actuales.

El contacto continuo con los humanos también puede ayudar a que los gatos se vuelvan más amigables. Por naturaleza, los gatos tienden a ser más solitarios y distantes que los perros, que tienen una larga historia evolutiva como animales de manada y no como cazadores solitarios. El contacto continuo con los humanos puede haber ayudado a los gatos más amigables a sobrevivir, haciéndoles más propensos a transmitir genes más sociables a su descendencia.

Con el tiempo, esto podría haber ayudado a crear una mascota más relajada, sin arruinar una de las partes más entrañables de vivir con un gato: cuando tu gatito se acurruca sobre ti, sabes que es de verdad.

Cuando los científicos compararon los comportamientos sociales y las personalidades de los gatos domésticos con los leopardos nublados, los leopardos de las nieves, los leones africanos y los gatos monteses escoceses, descubrieron que los gatos domésticos no eran precisamente aptos para la vida en grupo. Tendían a ser dominantes, neuróticos e impulsivos, rasgos que no son precisamente los que se buscan en un amigo.

Sin embargo, las personalidades de los gatos domésticos eran más parecidas a las del león africano, más sociable, que ha encontrado la manera de vivir en grupo. Esto sugiere que los gatos tienen materia prima para adaptarse a un futuro más sociable. Y aunque las grandes colonias felinas no sean lo mismo que las manadas de leones, los leones demuestran que los gatos pueden convivir cuando las circunstancias son propicias.

A medida que los humanos dedicamos más tiempo a aprender sobre la psicología y el comportamiento de los gatos, este esfuerzo crea una oportunidad para mejorar nuestra relación. Si comprendemos qué es lo que mueve a los gatos (qué les motiva, qué les hace felices, qué pueden tolerar y qué no), nos aseguraremos de que nuestros gatos tengan la mejor vida posible.

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    Partes de este artículo, publicado originalmente en nationalgeographic.com, han aparecido anteriormente en Secret Life of Cats, de Carrie Arnold, Copyright © 2024 National Geographic Partners, LLC.

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