Tardígrados

Existen unas 1300 especies de tardígrados en el mundo. Aunque pueden ser observados en todo tipo de entornos, se consideran acuáticos porque necesitan una fina capa de agua alrededor del cuerpo para evitar la deshidratación.

Por National Geographic
Publicado 22 ago 2024, 11:43 CEST
Una imagen microscópica realzada en color muestra un tardígrado (Macrobiotus sapiens) en un hábitat de musgo.

Una imagen microscópica realzada en color muestra un tardígrado (Macrobiotus sapiens) en un hábitat de musgo.

Fotografía de Eye of Science

Nombre común: Tardígrados
Nombre científico: Tardigrada
Alimentación: Omnívoro
Tamaño: 0,5 milímetros

¿Qué es un tardígrado?

Los tardígrados son animales microscópicos de ocho patas que han estado en el espacio exterior, y que probablemente sobrevivirían a un apocalipsis. Además, parecen adorables osos en miniatura.

Existen unas 1300 especies de tardígrados en todo el mundo. Considerados acuáticos porque necesitan una fina capa de agua alrededor del cuerpo para evitar la deshidratación, también han sido observados en todo tipo de entornos, desde profundidades marinas hasta dunas de arena. Los musgos y líquenes de agua dulce son su hábitat preferido, de ahí su apodo en inglés: cerdito de musgo.

A pesar de su aspecto blando, los tardígrados están recubiertos de una dura cutícula, similar a la de los exoesqueletos de los saltamontes, las mantis religiosas y otros insectos con los que están emparentados. Al igual que esos insectos, los tardígrados tienen que desprenderse de la cutícula para crecer. Tienen de cuatro a seis garras en cada pie, que les ayudan a aferrarse a la materia vegetal, y un aparato bucofaríngeo especializado que les permite succionar los nutrientes de las plantas y los microorganismos.

Diminutos y resistentes

Los tardígrados pertenecen a una categoría selecta de animales conocidos como extremófilos, es decir, criaturas que pueden sobrevivir en entornos en los que la mayoría de los demás no pueden. Por ejemplo, los tardígrados pueden pasar hasta 30 años sin comer ni beber. También pueden vivir a temperaturas tan frías como el cero absoluto o por encima de la ebullición, a presiones seis veces superiores a las de las fosas más profundas del océano y la del vacío del espacio.

Su resistencia se debe en parte a una proteína única en su organismo, denominada Dsup (abreviatura de "supresor de daños"), que protege su ADN de daños causados por la radiación ionizante, presente en el suelo, el agua y la vegetación.

Otro asombroso truco de supervivencia es la criptobiosis, un estado de inactividad provocado por un entorno seco. Los microanimales extraen toda el agua de su cuerpo, retraen la cabeza y las extremidades, se enrollan en una bolita y se vuelven inactivos. Cuando las condiciones mejoran, se despliegan y vuelven a sus quehaceres.

Naturalmente, los tardígrados también tienen hábitos de apareamiento inusuales. Dependiendo de la especie, los animales pueden reproducirse asexual o sexualmente. En algunas especies, los machos depositan esperma dentro de la cutícula de una hembra que está mudando y que lleva huevos durante un proceso de apareamiento que dura una hora. Algunas hembras mudan la cutícula y depositan los huevos en su interior para que los machos los fecunden más tarde.

Los huevos tardan unos 40 días en eclosionar, o hasta 90 días si han estado en estado de desecación.

Tardígrados moderno (Milnesium sp.)

Los tardígrados modernos (Milnesium sp.) son conocidos por su capacidad de supervivencia, pero estos animales rara vez aparecen en los registros fósiles.

Fotografía de Micrograph By Ruben Duro, SCIENCE PHOTO LIBRARY

¿Sabías qué...

Los tardígrados llevan en la Tierra unos 600 millones de años, es decir, unos 400 millones más de lo que estuvieron los dinosaurios.

-Museo Americano de Historia Natural

 

Fueron descritos por primera vez en 1773 por el pastor alemán J.A.E. Goeze, que los llamó kleiner Wasserbär, o "pequeño oso de agua".

-SQ Online

 

La nave espacial israelí Beresheet transportaba miles de tardígrados cuando se estrelló en la Luna en abril de 2019. Experimentos posteriores mostraron que los animales probablemente murieron en el impacto.

-Science

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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