Para salvar a la mariposa monarca, estos científicos quieren mover montañas
El cambio climático podría arrasar los habitats invernales de las monarcas en 2090, pero una estrategia de 'migración asistida' quiere construir nuevos entornos en el que se sientan a gusto.
Cada otoño, se pueden observar las colonias de monarcas descansando en los árboles de la Reserva de la Bioesfera de la Mariposa Monarca.Su llegada suele coincidir con el Día de los Muertos y se cree que representan las almas de los ancestros que regresan.
En las laderas de un volcán en el centro de México, el biólogo Cuauhtémoc Sáenz-Romero y su equipo imaginan un refugio climático para los abetos de oyamel y las mariposas monarca que dependen de ellos. En 2021, los investigadores subieron la montaña para plantar plántulas en temperaturas extremadamente frías, como parte de un esfuerzo por salvar a la especie de una muerte provocada por el clima.
A unas 80 millas de distancia, en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, millones de mariposas monarca (Danaus plexippus) encuentran refugio en los bosques de oyamel (Abies religiosa) después de una ardua migración desde Canadá y Estados Unidos hasta México para pasar el invierno. Ahora, a medida que el aumento de las temperaturas, las sequías y las enfermedades amenazan los bosques de la reserva de monarcas, los científicos esperan ayudar a estos árboles a migrar.
"Estamos haciendo algo diferente", dice Sáenz-Romero, investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en Michoacán, donde también se encuentra la reserva. "Si no hacemos esto, los árboles de la reserva de la mariposa monarca van a morir", explica.
Para 2090, se espera que los hábitats forestales de la reserva, ubicados alrededor de los 3500 metros de altitud, se deterioren a medida que las temperaturas se calientan. Usando una técnica llamada migración asistida, los investigadores podrían ser capaces de mover estos árboles al volcán cercano, Nevado de Toluca, informaron Sáenz-Romero y sus colegas recientemente en Frontiers in Forests and Global Change.
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Para dar a las plántulas del Nevado de Toluca (México) más posibilidades de supervivencia, el equipo ha plantado retoños bajo "plantas nodrizas". Aquí, José Humberto García Miranda y Legna Pérez Cruz usan una técnica similar en un criadero de oyamel en Michoacán, México.
Bosques del futuro
Los bosques se mueven de forma natural; Se desplazan en muchas direcciones y elevaciones a medida que cambia el clima. En México, los árboles están migrando lentamente por las montañas, pero lo están haciendo a un ritmo más lento que el del cambio climático. En la reserva de la mariposa monarca, por ejemplo, las poblaciones más altas de oyamel ya están en las cumbres, dejándolos sin ningún lugar a donde ir.
La migración asistida ayuda a que el bosque se mueva más rápido de lo que lo haría de forma natural. Las semillas se recolectan en un lugar con un clima específico, como la reserva de monarcas, y se trasladan a un área que tendrá un clima similar en el futuro, explica Sáenz-Romero.
El experimento comenzó en 2017, cuando Sáenz-Romero y su equipo recolectaron semillas de abetos oyamel en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca a varias altitudes. Durante dos años, las plantas crecieron en una casa de sombra y luego durante otro año en un vivero a unos 3000 metros para ayudarlas a adaptarse a la altitud. Luego, en 2021, trabajaron con la comunidad indígena local de Calimaya para plantar las plántulas bajo "plantas nodriza", que las protegían de las duras condiciones, en la ladera noreste del volcán Nevado de Toluca. Se enfocaron en cuatro altitudes diferentes, que van desde aproximadamente 3400 a 4000 metros.
En 2023, seis años después de plantar las semillas, descubrieron que en dos de esas alturas, 3600 y 3800 metro, casi el 70 por ciento de las plántulas habían sobrevivido incluso en la elevación más alta.
"Este tipo de experimentos son tremendamente importantes", dice Sally Aitken, profesora de Ciencias Forestales y de la Conservación en la Universidad de Columbia Británica (Canadá), que no participó en el estudio. Aitken también formó parte de otras pruebas de campo que implicaron trasladar el pino de corteza blanca, una especie de árbol en peligro de extinción en Canadá, más al norte para protegerlo de las temperaturas más cálidas y enfermedades como la roya de la ampolla del pino blanco.
Sin embargo, la migración asistida fuera del rango normal de un árbol conlleva preocupaciones, dice Aitken. Los abetos de Oyamel no suelen crecer a esta altura en las laderas del Nevado de Toluca. El traslado de una especie podría tener consecuencias ecológicas no deseadas para otras especies presentes en ese ecosistema. Existe incertidumbre en torno a estas pruebas de campo, explica, pero son cruciales para comprender mejor si la migración asistida podría salvar los ecosistemas forestales de manera realista.
"No podemos implementarlas como soluciones a menos que sepamos que son soluciones", dice Aitken.
En México, las sequías han hecho que los bosques de oyamel sean particularmente vulnerables a amenazas como las infestaciones de escarabajos de la corteza. El verano pasado, ocurrió un evento de mortalidad masiva en Hidalgo, cerca de Michoacán, donde muchos árboles de oyamel sucumbieron a la sequía y las enfermedades y tuvieron que ser talados.
Para rehabilitar los habitat de oyamel en la Reserva de la Bioesfera de la Mariposa Monarca, las plántulas crecen en criaderos, como éste, y se plantan después en áreas de reforestación. Los esfuerzos para restaurar hábitats de la reserva a través de programas de plantación local son tan importantes como ampliar el rango de especies.
"No es que sea negativo o pesimista, veo que los árboles se están muriendo y sé que tenemos que tomar medidas más activas", dice Sáenz-Romero.
Para él, esto significaba adoptar un enfoque más proactivo tanto para los árboles como para los animales que dependen de ellos.
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Monarcas en movimiento
Otra gran pregunta es si las monarcas encontrarán bosques recién migrados. Las investigaciones indican que los sitios actuales de invernada para las monarcas en México pueden volverse inadecuados tanto para los abetos como para las mariposas en el futuro, y algunas monarcas ya se están mudando a otros lugares. El invierno pasado, las mariposas monarca disminuyeron en casi 60 por ciento en las zonas de invernada mexicanas. Y sorprendentemente, los conservacionistas encontraron la colonia más grande a varios kilómetros de la reserva, descansando en los bosques de San Antonio Albarranes, cerca del volcán Nevado de Toluca.
Las mariposas están buscando sitios nuevos y más fríos porque los sitios anteriores son más cálidos, dice Sáenz-Romero, quien ha realizado investigaciones anteriores sobre el clima histórico y futuro del hábitat. En el Nevado de Toluca, la temperatura a 3400 metros es un grado Celsius más fría que a la misma altura en la reserva de monarcas.
"Para que la migración de la mariposa monarca a esta parte del mundo continúe, tanto los árboles como las monarcas tendrán que moverse", dice Karen Oberhauser, bióloga de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) que no participó en el estudio. Según Oberhauser, que estudia la ecología de la mariposa monarca, la migración asistida podría ser una posible solución; sin embargo, está por ver si funcionará.
"Desafortunadamente, el cambio climático en la única Tierra que tenemos es como un experimento gigante con un tamaño de muestra de uno, no es una situación ideal", dice Oberhauser.
Por ahora, en México, Sáenz-Romero espera que este nuevo estudio convenza a los conservacionistas y funcionarios gubernamentales de que la migración asistida puede establecer nuevos sitios potenciales de invernada para las mariposas monarca. Preservar la reserva actual de mariposas monarca es tan importante como crear sitios potenciales, dice.
Estos nuevos árboles son un experimento de campo, añade, "necesitamos plantar miles más".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.