Estos animales norteamericanos se buscan la vida para sobrevivir al invierno

Si bien nosotros podemos simplemente ponernos un jersey o subir la temperatura, los animales salvajes deben tener estrategias para sobrevivir a los fríos meses de invierno.

Por ejemplo, las arañas. Muchas especies de América del Norte que habitan en el suelo, como las arañas lobo, pasan el invierno bajo el suelo, debajo de la hojarasca o dentro de los troncos. 

"La diferencia de temperatura entre una superficie congelada de nieve o hielo y solo unos pocos centímetros por debajo de la cubierta es a menudo sorprendente", dice el ecólogo conductual George Uetz, experto en arañas de la Universidad de Cincinnati en Estados Unidos. "Muchas arañas e insectos están activos en este ambiente 'subnivium', que a veces está a unos pocos grados por encima del punto de congelación".

Debido a que las arañas son ectotermos y no producen calor corporal, su metabolismo se ralentiza cuando baja la temperatura.

"Aun así, no es raro ver arañas e insectos activos en los días cálidos", dice Uetz. 

Muchas arañas constructoras de telarañas tejen sacos de huevos con múltiples capas de aislamiento sedoso para proteger sus huevos durante el invierno. Las arañas de jardín negras y amarillas, por ejemplo, incuban sus huevos en el otoño, por lo que las arañas jóvenes se agrupan en el saco de huevos durante todo el invierno para emerger en masa en primavera.

Algunas arañas también tienen un arma secreta: durante las frías noches de otoño, producen compuestos especiales similares a los anticongelantes que evitan que se formen cristales de hielo dentro de sus cuerpos, dice Uetz, un truco útil para llegar a la primavera sin congelarse.

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Las tortugas se ralentizan y respiran bajo el agua

Las tortugas son lentas en cualquier estación, pero cuando se acerca el invierno realmente reducen su actividad.

Algunas especies, como las tortugas de caja del este, simplemente se entierran en el suelo, se retiran a sus caparazones y entran en un período de letargo inactivo conocido como brumación, al que sobreviven quemando reservas de grasa.

Las tortugas pintadas pasan el invierno sumergidas en el fondo de un cuerpo de agua, lo que las protege de la congelación incluso si la superficie se congela. Debido a que las temperaturas corporales de estos ectotermos coinciden con las del agua circundante, el frío no es un problema.

Normalmente, estos reptiles respiran aire, pero durante el invierno, han desarrollado la capacidad de absorber oxígeno del agua y descargar dióxido de carbono en ella. "Cuando los ectotermos son fríos, no necesitan mucho O₂, por lo que lo que pueden recoger de la columna de agua es generalmente suficiente para pasar el invierno", dice Jackie Litzgus, bióloga de la Universidad Laurentian en Ontario (Canadá).

Las tortugas intercambian gases a través de vasos sanguíneos especializados cerca de la superficie de la piel, el revestimiento de la boca e incluso la cloaca, una cavidad que también sirve como descarga de desechos y apertura reproductiva.

Cuando el oxígeno se vuelve extremadamente escaso, las tortugas pintadas y las tortugas mordedoras pueden incluso entrar en un modo metabólico que no requiere ninguno. Esta respiración aeróbica produce una peligrosa acumulación de ácido láctico, pero las tortugas pueden canibalizar el calcio de sus caparazones para neutralizar la acumulación de ácido.

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Las abejas melíferas producen calor para todos

Cuando bajan las temperaturas, las abejas melíferas europeas  se refugian en sus colmenas, donde se agrupan, permaneciendo activas durante los largos meses de invierno.

"Es único, no hay otro insecto que pase el invierno manteniéndose caliente", dice Thomas Seeley, biólogo de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y autor de Piping Hot Bees & Boisterous Buzz-Runners: 20 Mysteries of Honey Bee Behavior Solved [Espiando a las abejas calientes y los escandalosos zumbidos: 20 misterios de las abejas melíferas resueltos].

Las abejas obreras se reúnen alrededor de la reina, regulando la composición del grupo para que coincida con las fluctuaciones de temperatura. Las abejas generan calor contrayendo y relajando isométricamente los dos conjuntos de músculos utilizados para mover las alas en vuelo. "Su gasto de energía no pretende moverse o hacer otra cosa que no sea producir calor", explica Seely.

El lugar de la reina en el centro del enjambre es el más cálido y cómodo, pero incluso las abejas más externas no se congelan. A medida que se enfría, presionan hacia adentro, mejorando el aislamiento y compactando el área que debe mantenerse caliente. "Las abejas en esa gruesa capa o manta más externa tienen como objetivo mantenerse por encima de los 10 ° C", dice Seely. "Eso las mantiene vivas".

La estrategia depende de meses de planificación. Durante los meses de verano ricos en flores, las abejas producen y almacenan 40 kilos de miel para mantener una colmena durante el invierno. También eligen sabiamente un lugar, dirigiéndose a la parte superior de la cavidad de un árbol hueco, para crear un microambiente cálido.

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Las ardillas listadas construyen un búnker

Las ardillas listadas son miembros de la familia de las ardillas, pero a diferencia de sus parientes de cola tupida, no las verás fuera de casa durante el invierno. Tampoco hibernan toda la temporada, como lo hace la marmota antes de supuestamente emerger para anunciar el momento de la primavera.

En cambio, estos pequeños mamíferos pasan el rato en elaboradas madrigueras, túneles y sistemas de cámaras que han construido para conectar esos pequeños agujeros que están repletos de nueces, semillas y otros alimentos almacenados.

Las ardillas listadas orientales pasan días en un estado de letargo, durante el cual su ritmo cardíaco cae de aproximadamente 350 latidos por minuto a un solo dígito, y su temperatura corporal cae de 34 ° C a la temperatura ambiente de la madriguera, que puede llegar a 4 ° C.   Pero sí se despiertan cada pocos días para comer y usar las cámaras de aseo designadas.

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Los pájaros de la nieve se dirigen a climas más cálidos

Más del 70 por ciento de las aves de los jardines de Estados Unidos y Canadá son migratorias, y muchas se dirigen al sur durante el invierno, según Jill Deppe, directora de la Iniciativa de Aves Migratorias de la Sociedad Nacional Audubon.

"Por eso, incluso sin que se sepa necesariamente qué pájaros lo son, las personas notan que en el otoño sus patios traseros se vuelven más silenciosos", añade.

El Bird Migration Explorer de Audubon mapea los vuelos anuales de más de 450 especies de aves que viajan a lugares más cálidos, y algunas son alucinantes. 

El colibrí garganta roja tanto como un céntimo, sin embargo, en su camino a América Central, algunas de estas aves cruzan el Golfo de México, 800 kilómetros, en un solo día.

"Son tan ligeros que parece que pueden simplemente cabalgar los vientos", dice Deppe. Mientras tanto, algunos colibríes rufos en el oeste de los EE. UU. rompen el estereotipo de volar hacia el sur.

"Algunas aves terminan en lugares donde no te lo esperas. Hay bastantes que realmente se dirigen hacia el este, por lo que los encuentras en los patios traseros de Louisiana o Florida en el invierno", dice Deppe.

Entonces, si el clima se vuelve frío, brinda por los animales resistentes que superan las estaciones más difíciles por sí solos.