Este gusano pulmonar parásito está diezmando a las serpientes de Florida
Jenna Palmisano, una bióloga de la Universidad Central Florida (Estados Unidos), sujeta un especimen conservado de 'Raillietiella orientalis', un gusano pulmonar parásito.
En 2023, Jenna Palmisano recogió una serpiente de cascabel pigmea oscura enferma entre las hojas de palmera caídas del centro de Florida (Estados Unidos).
"La serpiente que encontramos estaba volteada boca arriba con el vientre hacia arriba, y falleció en nuestras manos", dice Palmisano, estudiante de doctorado en biología en la Universidad de Central Florida.
Una enfermedad espantosa se está abriendo camino a través de la maleza del Estado del Sol, dejando serpientes nativas muertas con un parásito parecido a un gusano que sobresale de sus bocas.
Una serpiente de cascabel pigmea oscura descansa en el sombreado suelo del Orlando Wetlands Park en Christmas, Florida. Pudiendo crecer solo entre 38 y 60 centímetros, la serpiente de cascabel pigmea oscura tiene unos pulmones pequeños que sufren con el gusano pulmonar parásito.
El parásito largo y blanquecino, Raillietiella orientalis, que se parece vagamente a un brote de soja, se alimenta de los pulmones de una serpiente hasta que el animal muere.
Melissa Miller, ecóloga de invasiones afiliada a la Universidad de Florida, descubrió por primera vez una serpiente nativa infectada con R. orientalis en 2012 en el sur de Florida, y luego rastreó los orígenes de la enfermedad hasta la pitón birmana invasora, que llegó al estado desde Asia a mediados de la década de 1990. Desde entonces, el parásito ha infectado al menos a 19 de las 46 especies nativas de Florida, desde culebras de agua en banda(Nerodia fasciata) hasta culebra corredora constrictor (Coluber constrictor).
Ahora, un estudio publicado en 2023 muestra que la enfermedad del gusano pulmonar de la serpiente se está moviendo rápidamente por el centro y el norte de Florida y es probable que se expanda a otros estados del sureste de EE. UU. El estudio se basó en datos recopilados por Snake Lungworm Alliance and Monitoring (SLAM), una organización establecida por la coautora del estudio, Palmisano, con más de 100 colaboradores de organizaciones sin ánimo de lucro, académicos, agencias estatales y científicos ciudadanos. Aunque los parásitos se llaman científicamente gusanos de la lengua, el término "gusano pulmonar" se usa más comúnmente en todo el sureste de los EE. UU.
"Hay muchas razones para pensar que la rápida propagación continuará", dice el coautor del estudio Terry Farrell, profesor de biología de la Universidad de Stetson en DeLand, Florida. "El parásito puede sobrevivir a las heladas, porque su huésped los protegerá de los extremos climáticos".
Zander Perelman, un ecólogo de la Univerisdad de Illinois, sujeta con cuidado una serpiente de cascabel pigmea oscura en un tuvo de manipulación en Christmas, Florida. Esta herramienta permite a los investigadores manipular y estudiar a las serpientes de manera segura.
Jenna Palmisano examina de cerca una Estudiando a las serpiente de cascabel pigmea oscura mientras el ecólogo Zander Perelman sujeta a la serpiente en un tubo de manipulación, sujetando la parte superior de su cuerpo.
Un entorno ideal para el gusano pulmonar
La enfermedad del gusano pulmonar de la serpiente comienza cuando una cucaracha come heces de una serpiente ya infectada. Los huevos eclosionan en larvas dentro de la cucaracha, que luego son presa de varios huéspedes intermediarios, como lagartos, ranas y pequeños mamíferos.
Cuando estos huéspedes intermediarios son presa de las serpientes, transfieren el parásito a su huésped final, donde las larvas se dirigen directamente a los pulmones.
Los parásitos adultos, que se alimentan de sangre y pueden crecer hasta casi 10 centímetros de largo dentro de algunas serpientes, causando inflamación y lesiones pulmonares, neumonía o sepsis. Las serpientes infectadas pierden tanta energía luchando contra el parásito que pueden dejar de alimentarse por completo y morir de hambre.
Para empeorar las cosas, los paisajes verdes y pantanosos de Florida proporcionan una multitud de huéspedes intermediarios, que permiten que el parásito se mueva más libremente.
Además, el papel del estado como el epicentro mundial del comercio de mascotas de reptiles y anfibios beneficia al parásito. Los vendedores que capturan legalmente serpientes salvajes no tienen forma de saber si están infectadas y pueden venderlas a los compradores. Otros reptiles populares en el comercio de mascotas, como los tegus o los geckos tokay, también pueden albergar estos parásitos, aunque se desconoce cómo se ve afectada su salud.
"El R. orientalis es un parásito generalista, lo que lo hace aún más aterrador. Tiene un potencial desconocido para propagarse a las mascotas de las personas", dice Palmisano.
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Jenna Palmisano compara un gusano pulmonar parásito conservado con los que se encuentran dentro de una serpiente de cascabel pigmea oscura muerta en el laboratorio Savage Lab de la universidad Central Florida. Para estudiar la enfermedad, los científicos piden a la gente que les informen sobre el descubrimiento de cualquier serpiente muerta mediante la Snake Lungworm Alliance and Monitoring system.
Las boca de algodón muestran resiliencia
Hay otros factores que hacen que la enfermedad sea difícil de investigar y controlar. Por un lado, debido a que las serpientes viven en su mayoría alejadas de las personas, "tendemos a subestimar la importancia de este tema", dice Farrell.
Las serpientes estadounidenses tampoco tienen defensas incorporadas para combatir el parásito extraño, lo que las hace más vulnerables. Debido a que las pitones birmanas evolucionaron junto con el gusano pulmonar de la serpiente, pueden sobrevivir más fácilmente a las infecciones.
Es posible que algunas serpientes infectadas puedan salvarse si son capturadas y tratadas por expertos, pero esa no es una solución realista.
"Es imposible salir, atrapar todas las serpientes salvajes de una zona, tratarlas y curarlas, porque también tendrías que tratar a todas las ranas, lagartijas y cucarachas", dice Farrell.
Sin embargo, hay algunas razones para la esperanza. La investigación de Miller muestra que, si bien varias especies de serpientes están disminuyendo, la boca de algodón de Florida (Agkistrodon piscivorus conanti), una especie muy infectada, no lo está.
"Los resultados preliminares sugieren que algunas especies de serpientes nativas pueden ser más resistentes a la infección por R. orientalis que otras", dijo en un correo electrónico. Es posible que el parásito no sea tan perjudicial para el sistema inmunológico de la boca de algodón, por ejemplo.
"Así que eso da esperanzas de que algunas especies de serpientes nativas puedan mitigar los impactos de la infección", afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.