La donación de sangre en perros, un fenómeno en ascenso e imparable
Ya sea por traumatismos de urgencia o enfermedades crónicas, los animales domésticos necesitan a menudo transfusiones de sangre. El Reino Unido es pionero en un sistema nacional de bancos de sangre que ya ha salvado innumerables vidas.
Veterinarios extraen sangre a un perro durante una jornada de donación de sangre en Dordrecht (Países Bajos).
Cuando llegaron los dos cachorros, su situación ya era desesperada. Tras haber comido cebo para ratas, los bóxers de 16 semanas estaban pálidos como fantasmas: “encías blancas, letárgicos, apenas capaces de levantar la cabeza”, recuerda Karyn Kanowski, entonces veterinaria del único hospital de animales de Alice Springs, una remota ciudad del Territorio del Norte de Australia: “No tenía muchas esperanzas”.
El veneno había privado a los perros de su capacidad de coagular la sangre, dejándolos con hemorragias internas. Sin una transfusión inmediata aquella tarde de 2011, no habrían aguantado la noche.
Desesperado, Kanowski recurrió a un héroe inesperado: Bruce, un gran mastín que pertenecía a una de las recepcionistas de la clínica. Bruce ya había donado sangre antes y era conocido por su actitud tranquila.
“Era una leyenda. No se inmutaba ante nada. Extrajimos unos 400 mililitros y los repartimos entre los dos cachorros”, dice.
Con la donación de Bruce y las reservas de plasma que quedaban en la clínica, los cachorros se estabilizaron. Poco a poco, sus encías fueron recuperando el color. Cinco días después, se fueron a casa, moviendo la cola como si no hubiera pasado nada.
Para Kanowski, que ahora trabaja en Newquay (Inglaterra), fue un bautismo de fuego en el mundo de las transfusiones de sangre canina. En 2011, un rápido aumento de la población de ratones en Australia creó un pico de envenenamiento por cebos para ratas, inundando varias clínicas veterinarias de pacientes enfermos.
“Aquel verano me enseñó lo críticas que son las donaciones de sangre”, afirma, y añade que cada medio litro de sangre puede salvar hasta cuatro vidas.
Antes consideradas raras y ad hoc, las transfusiones se han convertido en una herramienta capaz de salvar vidas en la medicina veterinaria moderna. La demanda de productos sanguíneos en animales de compañía se ha disparado en los últimos años, sobre todo en el Reino Unido, que lidera el número de donantes de sangre canina.
El donante canino más prolífico del Reino Unido, Sharwood, un setter Gordon, se jubiló recientemente tras su donación número 40 a los siete años, después de haber ayudado a salvar la vida de hasta 160 perros.
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Un cambio hacia los bancos de sangre canina
Hace unas dos décadas, el Reino Unido aprobó el Reglamento de Medicamentos Veterinarios de 2005 para que la sangre canina pudiera recogerse, procesarse y almacenarse sistemáticamente, creando un suministro nacional fiable, muy parecido al sistema de bancos de sangre humana del país.
Los avances en la atención veterinaria han impulsado gran parte de la demanda de bancos de sangre. “Los tratamientos son cada vez más sofisticados”, explica Lara Howe, cirujana veterinaria y supervisora clínica del Pet Blood Bank U.K. [Banco de Sangre para Mascotas de Reino Unido], una organización sin ánimo de lucro fundada en 2007 que cuenta con 14 000 donantes registrados y recoge más de 3000 unidades de sangre al año.
“Estamos viendo más opciones para las mascotas que nunca: procedimientos y terapias que sencillamente no estaban disponibles ni siquiera hace 20 años”.
Al mismo tiempo, “los perros tienen más probabilidades de necesitar transfusiones ahora que hace una década”, afirma.
Y la necesidad va más allá de las urgencias. Las enfermedades inmunomediadas, en las que el organismo del perro ataca sus propias células sanguíneas, son una de las causas más comunes de transfusiones. En estos casos, la transfusión permite ganar un tiempo crucial y mantener al perro con vida hasta que la medicación surta efecto y el organismo empiece a combatir la enfermedad por sí solo.
A medida que el campo crece, también lo hace la necesidad de concienciación.
“La mayoría de la gente no piensa en la donación de sangre para animales de compañía hasta que se enfrenta a una crisis”, dice Howe. “Pero cuando ves lo que puede hacer una sola donación, queda claro lo importante que es”, explica.
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La ciencia de salvar vidas
Los perros tienen dos tipos de sangre: DEA 1 positivo y DEA 1 negativo. Para los veterinarios, los perros DEA 1 negativo son el patrón oro: donantes universales, capaces de ayudar a cualquier receptor en una crisis.
Para ser donantes en el Reino Unido, los perros deben cumplir una serie de estrictos criterios: estar en forma, sanos y tener entre uno y ocho años de edad, así como pesar más de 24 kilos y tener buen temperamento.
Muchos propietarios están motivados por el deseo de ayudar a otras mascotas necesitadas, de forma parecida a los donantes de sangre humanos, dice Howe.
“Un perro nervioso no es un buen candidato”, señala. “Necesitamos perros a los que les guste conocer gente nueva y se sientan cómodos en el veterinario”. Los posibles donantes también se someten a un examen médico para descartar enfermedades o cualquier medicamento en su organismo.
Una vez aprobados, los perros acuden a la clínica, donde una enfermera veterinaria adormece la zona con anestesia local y se les extrae la sangre en cuestión de minutos. Después, el perro recibe una golosina. En España, hay varias instituciones que ofrecen servicios de bancos de sangre desde centros veterinarios universitarios hasta centros privados especializados, pero las prácticas y requisitos pueden variar de unos centros a otros.
La sangre se extrae en bolsas estándar para humanos y luego se separa en componentes: glóbulos rojos, plasma y plaquetas. “Las plaquetas son cruciales para los factores de coagulación, pero caducan en sólo cinco días”, explica Howe. “El plasma, sin embargo, puede congelarse durante años, lo que nos proporciona un recurso fiable”, añade.
Para los perros que donan con regularidad, el proceso se convierte en rutina. “A algunos les encanta. Reciben golosinas, atención y la satisfacción (bueno, quizá nosotros también) de salvar vidas”, dice Howe.
A medida que aumenta la demanda de productos sanguíneos, existe también la posibilidad de ampliar el servicio a los gatos (algo que ya ocurre en España). Aunque todavía no está plenamente operativo, el Pet Blood Bank U.K. ya acepta inscripciones de gatos grandes y sanos a los que les guste que los toquen y pasar tiempo con la gente.
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Héroes silenciosos
Mientras tanto, en España, Estados Unidos y otros países desarrollados, los sistemas de donación de sangre canina están más fragmentados y dependen en gran medida de las donaciones de las mascotas del personal y los animales de los clientes. En España, donde destaca el Banco de Sangre Animal de Cataluña, es posible realizar extracciones de sangre en hospitales veterinarios y en clínicas grandes con servicio de hospitalización.
“Es un reto constante”, afirma David McGuffin, director médico del Riverside Drive Animal Care Center de Dublin (Ohio, Estados Unidos), que apoya el Banco de Sangre Canina de la Greyhound Health Initiative, también en Dublin. Con 94 donantes, la iniciativa ha recogido y distribuido más de 5100 unidades de sangre. “Siempre estamos educando a los dueños de mascotas e intentando ampliar nuestra base de donantes, pero es una batalla cuesta arriba”.
A los propietarios escépticos sobre el proceso, McGuffin les recalca que los perros donantes son tratados con el máximo cuidado y respeto. “Si un perro se siente incómodo en algún momento, paramos”, dice.
Howe, del Pet Blood Bank U.K., añade: “Estos perros donantes son los héroes silenciosos de la atención veterinaria. No se puede exagerar su impacto”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.