Esta famosa orca lleva consigo otra cría muerta: esto es lo que sabemos sobre el duelo de las orcas
Tahlequah ya cargó anteriormente con otro recién nacido muerto durante 17 días en 2018. Esto es lo que nos ha enseñado sobre cómo afrontan la muerte las orcas.
Tahlequah transporta el cadáver de su cuarta cría en el estrecho de Puget, frente a Washington, el 1 de enero de 2025.
La tragedia ha vuelto a golpear a Tahlequah, la mamá orca que captó la atención del mundo en 2018 cuando cargó con su cría muerta en la cabeza durante 17 días. Su cría más reciente, una hembra, fue vista por primera vez poco antes de Navidad, pero pereció antes del Año Nuevo.
Aunque otros mamíferos marinos han sido vistos llevando a sus muertos de esta manera, el viaje de Tahlequah en 2018 a través de 1600 kilómetros fue inusualmente largo, y también arriesgado. Tahlequah, o J35, no podía cazar para alimentarse mientras llevaba a su cría muerta de esta manera.
Una vez más, los investigadores están preocupados por si no consigue suficiente comida, aunque esta vez cuenta con la ayuda de su hijo y su hermana, que se quedan cerca, según Michael Weiss, director de investigación del Centro de Investigación de Ballenas estadounidense. Weiss dice que durante el viaje de 2018, la propia madre de Tahlequah permaneció cerca, pero también ha fallecido. Esta vez, la hermana de Tahlequa, Kiki, es la que le hace compañía, y se sabe que comparte la comida con la familia.
En estos momentos, Tahlequah, Kiki y Phoenix, el hijo de Tahlequah, están “un poco separados del resto de la manada. Se mueven más despacio”, dice Weiss. Aunque el grupo se ha quedado un poco rezagado, todavía pueden oír al resto de la manada, añade.
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El movimiento más lento puede deberse al peso y la resistencia de empujar a su cría muerta a través del agua, y también podría ser un signo de dolor. Weiss dice que nunca sabremos realmente lo que siente.
“Sabemos que el vínculo entre las orcas madres y sus crías es increíblemente fuerte, tan fuerte como puede ser un vínculo social”, dice Weiss, “Sabemos que J35 no está lista para dejarla ir. Creo que eso es todo lo que podemos, o necesitamos, para interpretar su estado emocional en este momento”.
Los investigadores de un estudio que examinó la atención y el cuidado que prestan varias especies de ballenas a los muertos sugirieron que una posible razón para cargar con una cría muerta es que el adulto quizá esté intentando reanimar al recién nacido. También es posible que, debido al fuerte apego entre madre y cría, esta esté de duelo.
La comunidad de Tahlequah, las orcas residentes del sur, depende del pescado. El salmón, en particular el salmón chinook (preferido y en peligro de extinción) es más escaso que antes. Esto está provocando una disminución de las tasas de natalidad y el declive de las poblaciones.
“No es ya que no se queden embarazadas, ni siquiera que no lleguen a término. Se trata de fallos en las últimas fases del embarazo o de partos muertos y muertes muy jóvenes. Morir joven ocurre en la naturaleza, pero el ritmo al que ocurre en las residentes del sur es realmente preocupante”, explica Weiss.
La segunda muerte de una cría en Tahlequah es desgarradora para los lummi, dice Kurt Russo, codirector ejecutivo de Se'Si'Le, una organización tribal lummi. Los lummi mantienen relaciones con las residentes del sur desde hace miles de años, y consideran a la comunidad ballenera como parientes: “Las residentes del sur son un clan llamado Sk'aliCh'elh, ese es su nombre... no son sólo animales, son parientes. La gente está viendo morir innecesariamente a los hijos de sus parientes”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.