¿Queda esperanza para el mamífero más amenazado de Reino Unido?
Las ratas toperas, antaño habituales en las riberas británicas, se enfrentan ahora a la extinción debido a un nuevo depredador. ¿Serán capaces estos prometedores programas de conservación de salvarlos?
Hay pocos animales tan queridos en la literatura como Rata de Agua (Ratty en la versión original), uno de los personajes más entrañables y citados del clásico infantil de Kenneth Grahame El viento en los sauces.
Los aficionados al libro sabrán, por supuesto, que Rata no es en realidad una rata común, sino una rata topera (Arvicola amphibius), una criatura mucho más tierna, con un abundante pelaje marrón oscuro, nariz bulbosa, ojos brillantes e inquisitivos y orejitas peludas pegadas a la cabeza.
En 1908, cuando se imprimió por primera vez El viento en los sauces, las ratas toperas eran un animal familiar en las orillas de los ríos y canales británicos y su característico "plop" al zambullirse en el agua formaba parte del encanto fluvial tanto como los cisnes o el canto de los pájaros.
Pero hoy las cosas no van tan bien. La rata topera, el mamífero británico que más rápido está desapareciendo, se enfrenta a una posible extinción. Un reciente estudio sobre la fauna salvaje ha revelado un alarmante descenso del 94% en el número de ratas toperas con respecto a su saludable población de hace un siglo, unos 8 millones. En la actualidad está catalogada como especie en peligro de extinción en Inglaterra y Gales, amenazada en Escocia, y ya ha desaparecido por completo de muchas partes de Gran Bretaña.
Sin embargo, hay motivos para la esperanza: el declive de las ratas toperas, que ha ido en aumento desde principios de la década de 2000, ha provocado una oleada de programas de reintroducción en todo el país para intentar salvar a Ratty y, en marzo de 2024, el Gobierno británico reservó 25 millones de libras (unos 29 millones de euros) para restaurar el hábitat de animales emblemáticos como las ratas toperas y las nutrias.
"A lo largo de los años nos hemos centrado tanto en las nutrias que creo que hemos perdido de vista lo que ocurría con las ratas toperas", afirma Paul Wilkinson, ecologista del Canal & River Trust, que ha desplegado kilómetros de esteras de coco a lo largo de los caminos de sirga y las orillas del río para fomentar la diversidad de plantas favorables a las ratas toperas: "Ahora las nutrias están volviendo, y son las ratas toperas las que nos preocupan".
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Por qué las ratas toperas son importantes para sus ecosistemas
Como sucede con el personaje de El viento en los sauces, las ratas toperas son ciudadanos modelo, lo que los ecologistas llaman una especie clave, que desempeña un papel similar al de los castores en el mantenimiento de un ecosistema de humedales sano.
Su actividad de excavación y alimentación airea el suelo, desplaza semillas y nutrientes y ayuda a fomentar la biodiversidad, favoreciendo el hábitat de flores silvestres, insectos, reptiles y anfibios.
Por otra parte, son presa natural de nutrias, zorros, lucios y lechuzas, que también viven en los bosques y cursos de agua británicos.
Estos ecosistemas han sufrido la pérdida de ratas toperas en los años de posguerra, en los que se intensificó la agricultura, se extendieron las ciudades y pueblos, aumentó la contaminación y creció la amenaza del cambio climático.
Con la reintroducción de las ratas toperas en sus antiguos hábitats, los conservacionistas esperan restablecer también el equilibrio del ecosistema.
En Cornualles, donde las ratas toperas están localmente extinguidas desde la década de 1990, los conservacionistas liberaron 80 ejemplares criados en cautividad en septiembre de 2024 a lo largo del río Fowey, el mismo río cuyas ratas toperas inspiraron al personaje Ratty de El viento en los sauces. Recientemente se han liberado cientos más en el Distrito de los Lagos, las Midlands, West Country, Yorkshire y el Valle de Glamorgan, en el sur de Gales.
Los conservacionistas han visto la capacidad de estas acciones para marcar la diferencia: un año después de la liberación en 2017 de un centenar de ratas toperas en los arroyos que alimentan Malham Tarn, un lago en los Yorkshire Dales, las criaturas ya estaban rehaciendo el ecosistema.
"Las orillas solían ser de lados rectos, casi como canales", explica Roisan Black, guardabosques del National Trust. "Pero al excavar en las orillas, las ratas toperas han creado arroyos de aspecto mucho más natural, con charcas sombreadas que deberían ser muy buenas para los invertebrados y los peces pequeños".
Sin embargo, los expertos afirman que los programas de reintroducción por sí solos no bastan, porque las ratas toperas se enfrentan a una amenaza aún mayor.
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La mayor amenaza para las ratas toperas viene de fuera
Aunque la pérdida de hábitat, la contaminación y el cambio climático han influido en el declive de las ratas toperas, el gran villano de la obra es un escurridizo personaje de las vías fluviales que no estaba en escena cuando se escribió El viento en los sauces: el visón norteamericano, un voraz depredador contra el que las ratas toperas no tienen defensa.
Introducido en Gran Bretaña en 1929 y criado por su piel, cientos de visones fueron liberados ilegalmente en la naturaleza cuando el mercado cayó en picado en las décadas de 1950 y 1960. Hoy se cree que hay más de 100 000 visones, considerados una especie invasora, en los cursos de agua británicos, una catástrofe para Ratty y los suyos.
La única línea de defensa de una rata topera es meterse en su madriguera cuando llaman los depredadores. Esto es eficaz contra las amenazas caseras, como los búhos o las nutrias, incapaces de colarse por las estrechas aberturas o de penetrar en los elaborados pozos y túneles. Pero no ocurre lo mismo con los visones, sobre todo con las sanguinarias hembras, que pueden seguir a las ratas toperas hasta sus madrigueras y acabar con familias enteras.
Un visón americano (Mustela vison) caza una rana común (Rana temporaria) en un paisaje helado de Estonia. El visón americano es una especie invasora en Europa, donde se introdujo originalmente para la cría de pieles. Estos animales son ahora presa de la fauna autóctona y desempeñan un papel importante en el declive de las ratas toperas.
"Antes de poder empezar a reintroducir ratas toperas, tenemos que limpiar la zona de visones", dice Ali Morse, responsable de política de aguas de The Wildlife Trust, una de las mayores organizaciones benéficas británicas de conservación. "Los programas de erradicación de visones pueden llevar años y ser bastante caros", asegura.
Estos programas suelen consistir en atraparlos en jaulas y eliminarlos de forma compasiva, tras lo cual se realiza un seguimiento a largo plazo. Para ello se utilizan perros que olfatean a los visones, se busca ADN de visón en el agua de ríos y canales y se instalan "balsas de visones", madrigueras flotantes que atraen a los visones y registran sus características huellas en una matriz de arcilla húmeda. Si se detectan visones, se reanuda el trampeo hasta que no haya más señales. Sólo en ese momento se pueden reintroducir las ratas toperas con seguridad.
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En su mayor parte, los programas de erradicación del visón se han llevado a cabo hasta ahora en zonas locales bastante pequeñas. Sin embargo, hay esperanzas de que el visón pueda ser eliminado en todo el país: en 2023, un estudio sobre un importante programa de trampeo de cuatro años descubrió que unos 5800 kilómetros cuadrados de East Anglia, una región oriental de Inglaterra, estaban ahora libres de visones, una señal positiva no sólo para los roedores acuáticos, sino también para otras especies autóctonas de aves, peces y anfibios.
"Ha tenido un éxito extraordinario", afirma Bill Amos, catedrático de genética evolutiva de la Universidad de Cambridge que ha participado en el programa. "Hemos demostrado que limpiar Inglaterra es eminentemente factible. Librar al Reino Unido del visón tendrá un gran impacto en nuestra fauna. Las ratas toperas, en particular, se recuperarán. Ya lo están haciendo en East Anglia", explica.
El principal problema es el coste. El programa inicial de erradicación estaba bien financiado, pero para ampliarlo habrá que buscar más fondos.
Es un comienzo, pero para Ratty y los suyos seguirá siendo una carrera contrarreloj.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.