Los manatíes inspiraron las leyendas sobre sirenas
En su diario, Cristóbal Colón narra que pudo «ver» tres sirenas desde la proa de su barco durante su primer viaje a las Américas.
Las zosteras autóctonas que antes cubrían los fondos de los manantiales de Florida —como el parque estatal Wes Skiles Peacock Springs, en la foto— son asfixiadas por las algas alimentadas por los fertilizantes y la escorrentía agrícola. La falta de vegetación hace que muchos manatíes mueran de hambre en invierno.
Los manatíes son criaturas marinas que viven en las aguas poco profundas en las áreas costeras pantanosas del Sistema Arrecifal Mesoamericano, a lo largo de México, Belice, Guatemala y Honduras. Por su curioso aspecto, estos emblemáticos animales han protagonizado muchas historias a lo largo de la historia.
En México, los manatíes también eran conocidos como tlacamichin, que significa “hombre pez”, mientras los mayas llamaban a estos animales chiilbek o “pez grande”.
Estos lentos y curiosos animales duermen bajo el agua durante medio día, subiendo a la superficie para tomar aire y buscar alimento cada 20 minutos.
Aunque los manatíes son animales solitarios, la curiosidad de estos mamíferos les lleva a acercarse a embarcaciones pequeñas y grandes, lo que supone una amenaza para la especie.
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La importancia de esta emblemática especie es clave para mantener el equilibrio de la vegetación en los ecosistemas y su salud es un indicador del bienestar marino y ecológico.
Estos apacibles mamíferos, también llamados vacas marinas, están clasificados como vulnerables por la Unión para la Conservación de la Naturaleza, entre otros motivos, porque muchos de ellos mueren cada año como consecuencia del choque con barcos. De hecho, solamente quedan unos 13 000 ejemplares en estado salvaje, según U.S. Fish & Wildlife Service.
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Los manatíes están divididos en tres especies: amazónico (Trichechus inunguis), africano (Trichechus senegalensis) y del Caribe (Trichechus manatus), y pertenecen al orden de los sirenios, formada por cinco especies de mamíferos entre las que se encuentran también los llamados dugongos (Dugong dugon) de la familia de los dugónguidos (Dugongidae).
Un manatí nada por las aguas turbias de Crystal River, Florida.
Mitos y leyendas de los manatíes
Los sirenios son los herbívoros más grandes del océano y son conocidos por ser el origen de muchos mitos y leyendas del mundo entero relacionados con las sirenas. El mejor ejemplo de ello es el de Cristóbal Colón, que en su primer viaje a las Américas pudo "ver" tres sirenas desde la proa de su barco.
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Así lo reflejó en su diario: "Cuando el Almirante iba a Río del Oro dijo que vio tres sirenas surgiendo del agua, pero no eran tan hermosas como dicen, pues sus rostros tenían rasgos masculinos".
Los dudongos, las damas del océano
Efectivamente, los manatíes y los dugongos pueden elevarse considerablemente sobre el agua, mostrando a veces su cola.
Además, con unas patas delanteras que cuentan con cinco conjuntos de huesos parecidos a dedos y un cuello vertebrado que les permite girar la cabeza, es posible que los humanos pudieran confundirlos con sirenas al verlos de lejos.
Los dugongos, que viven en el océano Pacífico, también están muy presentes en las leyendas. En 1959 se descubrió en la cueva Tambun de Malasia representaciones de 3000 años de antigüedad en la que aparecían estos animales. La palabra se traduce como "dama del mar" en el lenguaje malayo.
En Palaos, una nación del Pacífico que se extiende por 340 islas, los dugongos, que en malayo significa «sirena», son protagonistas de muchas ceremonias y tradiciones: sus habitantes sienten un gran respeto por los seres vivos de su entorno (plantas, animales, aves) y creen que los dugongos fueron una vez humanos.
Además, sus habitantes cuentan historias de mujeres jóvenes transformadas en estos tranquilos herbívoros, y tallan madera donde ilustran a dugongos ayudando a los pescadores perdidos en el mar.
Artículo publicado el 9 de julio de 2015 y actualizado el 22 de abril de 2022.