El tiburón ballena, el pez más grande del mar gracias a sus 12 metros o más, tiene un gran menú para elegir. Afortunadamente para la mayoría de las criaturas marinas (¡y para nosotros!), su comida favorita es el plancton. Capturan estas diminutas plantas y animales, junto a cualquier pez pequeño que pase por ah, con su colosal boca abierta mientras nadan cerca de la superficie del agua.
El tiburón ballena, al igual que el segundo pez más grande del planeta, el tiburón peregrino, se alimenta por filtración. Para comer, abre de par en par sus enormes mandíbulas y absorbe todo lo que está cerca. Después cierra la boca, expulsando y filtrando el agua por las agallas. Todo lo que quede dentro es ingerido por este tiburón gigante.
La cabeza aplanada del tiburón ballena luce un hocico romo sobre su boca, con pequeñas barbas que sobresalen de las fosas nasales. Su dorso y laterales son entre grises y pardos, con manchas blancas entre rayas pálidas verticales y horizontales, y el vientre es blanco. Sus dos aletas dorsales están orientadas hacia la parte trasera de su cuerpo, que termina con una gran cola o aleta caudal bifurcada.
Como prefieren las aguas cálidas, los tiburones ballena están presentes en todos los mares tropicales. Se sabe que migra cada primavera a la plataforma continental de la costa oeste central de Australia. La reproducción del coral del Arrecife de Ningaloo, situado en esa zona, ofrece al tiburón ballena plancton en abundancia.
Pese a su enorme tamaño, el tiburón ballena es un pez dócil que a veces permite que los buceadores naden agarrados a ellos. En la actualidad figura en la lista de especies vulnerables. Pese a ello, siguen siendo cazados en algunas partes de Asia, como Taiwán y Filipinas.