China desarrolla una vacuna para el coronavirus y comienza las pruebas en humanos a la par que Estados Unidos
Desde el inicio del brote y tras el nuevo pequeño repunte en sus cifras, China da máxima prioridad a la carrera mundial por conseguir una vacuna para el Covid-19.
La carrera por conseguir una cura para la pandemia mundial que se extiende país por país a lo largo del mundo entero se acelera. Tras la noticia de que las investigaciones del CSIC van por buen camino, China aseguró ayer que ha desarrollado con éxito una nueva vacuna para el coronavirus SARS-CoV-2, causante del Covid-19, y que comienzan sus pruebas en humanos.
Enmarcado en el trabajo de la Academia de Ciencias Médicas Militares, este hallazgo fue aprobado para ensayos clínicos el lunes por la noche, según informó ayer la Televisión Central de China. Chen Wei, investigadora responsable del equipo que ha desarrollado la medicina, llegó el pasado enero a Wuhan, donde inmediatamente comenzó a trabajar en la vacuna.
Asegurada su seguridad, eficacia y calidad, Chen Wei aseguró “que la vacuna también ha completado el trabajo de preparación preliminar para la producción en masa”, según afirma en un comunicado el Ministerio de Defensa Nacional de China.
La vacuna, llamada de subunidad, ha sido explicada por la Organización Mundial de la Salud como aquella que “contiene solo un fragmento del patógeno para estimular una respuesta inmunitaria protectora”, lo que se considera “más seguro y más estable que las vacunas atenuadas vivas, que contienen una versión debilitada del patógeno vivo, pero puede no obtener una protección tan fuerte como las versiones atenuadas vivas”.
En esta línea, se espera que China lidere el desarrollo de esta vacuna debido a que es su ejército quien “ha liderado la investigación y el desarrollo de vacunas, y la Academia de Ciencias Médicas Militares del Ejército Popular de Liberación tiene abundantes fuerzas de investigación en este campo”, afirma Yang Gonghuan, ex subdirector del Centro Chino para el Control de Enfermedades y Prevención, en declaraciones al Global Times.
Comienzan las pruebas en humanos
Tras la luz verde para comenzar las pruebas en personas, los investigadores arrancarán los ensayos clínicos de esta etapa inicial de la posible vacuna. Este anuncio llega tras el comunicado del pasado lunes de Estados Unidos, donde otra posible vacuna desarrollada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas comienza sus ensayos clínicos.
Aunque cada país tiene unas normas diferentes al respecto, “la aprobación reglamentaria es imprescindible antes de que una vacuna pueda expenderse o administrarse a las personas”, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asegura que “en las mejores condiciones posibles, todo el proceso puede llevarse a cabo en cinco o seis meses. Solo entonces se podrá empezar a distribuir y utilizar la vacuna antipandémica”.
En cuanto al procedimiento necesario para lograr estas vacunas, la OMS afirma que tras el descubrimiento de un virus nuevo, “debe adaptarse para poder usarlo en la fabricación de una vacuna”.
“Con el fin de que el virus se vuelva menos peligroso y aumente su capacidad de multiplicarse en huevos de gallina (el método de producción que emplean casi todos los fabricantes), se mezcla con una cepa estandarizada de virus de laboratorio y se deja que se multipliquen juntos. Transcurrido cierto tiempo, se forma un híbrido que por dentro contiene los componentes de la cepa de laboratorio y por fuera los de la cepa pandémica”.
Preparada para su producción
Tras este proceso, se procede a la verificación de la cepa vacunal, en la que el virus híbrido tiene que “someterse a prueba para comprobar que en verdad produce las proteínas exteriores de la cepa pandémica, que es inocuo y que se multiplica en huevos de gallina”.
Después de esta comprobación, se preparan los llamados reactivos para someter a prueba la vacuna y ver su rendimiento y las dosis correctas. “Casi todas las vacunas antigripales se producen en huevos de gallina que tienen entre 9 y 12 días de fecundados”, afirman. “Las proteínas del virus se purifican y se obtienen cientos de millares de litros de proteína vírica purificada que constituye el antígeno, es decir, el ingrediente activo de la vacuna”.
Tras un riguroso control de calidad, bioseguridad y de esterilidad, comienzan los estudios clínicos, para los que “hacen falta 4 semanas como mínimo”.
Dentro de todo este proceso, se espera que en abril China complete los procesos preclínicos. En el informe al respecto, la investigadora Chen Wei, que ha trabajado anteriormente también en la investigación de la vacuna contra el Ébola, ha afirmado que esta vacuna para el Covid-19 “ha sido probada en seguridad, efectividad y control de calidad” y que “está preparada para una producción masiva”.