Aumenta el cáncer de colon entre los adultos jóvenes; estos son los síntomas a los que estar atento
Según los expertos, la genética, el microbioma y las bajas tasas de cribado pueden ser factores determinantes de este aumento. Estos son los factores de riesgo de la enfermedad y los síntomas más comunes.
Esta radiografía abdominal coloreada muestra cáncer de colon ascendente; el tumor aparece como la sombra ovalada sobre el hueso pélvico derecho (a la izquierda en la imagen).
Suele pensarse que el cáncer colorrectal afecta a las personas mayores, pero uno de cada cinco casos diagnosticados hoy se da en personas menores de 55 años, frente a uno de cada 10 casos en 1995, según un estudio reciente publicado por la Sociedad Americana del Cáncer. En España, el cáncer de colon y recto es el de mayor incidencia, según la Sociedad Española de Oncología Médica, con alrededor de 43 000 casos diagnosticados en 2022. Le siguen el cáncer de pulmón (30.948 diagnósticos), próstata (30.884) y vejiga urinaria (22.295).
No hay una explicación clara para la mencionada reducción de edad en los pacientes de cáncer de colon, aunque un nuevo artículo que acaba de publicarse en Science sugiere una serie de posibles razones, entre ellas factores ambientales y genéticos. Es probable que también influyan las bajas tasas de cribado y los diagnósticos erróneos en personas que no sospechan que padecen cáncer.
"Estamos llegando a un punto en el que no deberíamos considerar el cáncer colorrectal una enfermedad exclusiva de los adultos mayores", afirma Andrew Chan, catedrático de Medicina de la Facultad de Medicina de Harvard y vicepresidente de Gastroenterología del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos).
Supervivientes de cáncer posan para una foto en una instalación de concienciación sobre el cáncer colorrectal en el National Mall el 13 de marzo de 2023 en Washington, DC. La instalación es una representación visual de las más de 27 400 personas menores de 50 años a las que se calcula que se diagnosticará cáncer colorrectal en 2030.
El cáncer de colon es uno de los más frecuentes en el mundo occidental. Aquí se muestra una micrografía electrónica de barrido en color de células de cáncer colorrectal. Los adenocarcinomas de colon y recto suelen comenzar como un crecimiento de tejido denominado pólipo, que a menudo se extirpa durante una colonoscopia rutinaria antes de que se convierta en canceroso. Los síntomas son hemorragia rectal y dolor abdominal. El tratamiento consiste en extirpar quirúrgicamente la zona afectada.
Los resultados también han revelado un aumento de los diagnósticos de enfermedad avanzada, lo que es especialmente preocupante porque las colonoscopias son "una gran herramienta para la prevención y la detección precoz del cáncer colorrectal en términos de cribado que realmente puede detectar y eliminar las lesiones precancerosas", afirma la autora principal Rebecca Siegel, directora científica senior de investigación de vigilancia del cáncer en la Sociedad Americana del Cáncer. Las tasas de supervivencia son del 90% si se detecta a tiempo.
El aumento de las tasas en adultos más jóvenes llevó al Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos a cambiar su recomendación en mayo de 2021 para comenzar las pruebas de detección a los 45 años en lugar de a los 50, pero aquellos con factores de riesgo pueden necesitar comenzar incluso antes, afirma Siegel, quien señala que casi un tercio de los cánceres colorrectales están asociados con antecedentes familiares de la enfermedad.
"Hasta que no veamos que estas tendencias empiezan a invertirse, tendremos que seguir estudiando qué estrategias adecuadas debemos adoptar para frenar realmente este aumento de la enfermedad de aparición precoz", afirma Chan.
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Identificar los factores de riesgo colorrectal
Las puntuaciones de riesgo genético pueden ser útiles para identificar a quienes tienen más probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal a una edad temprana, pero podrían ser más eficaces si tuvieran en cuenta la interacción con factores ambientales, sugirió Marios Giannakis, oncólogo del Instituto Oncológico Dana-Farber y coautor del artículo de Science. La cuestión es qué factores ambientales. Para averiguarlo hacen falta estudios a largo plazo de grandes poblaciones que son caros y difíciles de realizar, sobre todo porque serían más útiles si incluyeran muestras de heces, sangre y tejidos recogidas a lo largo del tiempo.
A primera vista, los factores relacionados con el estilo de vida parecen culpables fáciles de la aparición precoz de la enfermedad, pero la realidad es más complicada. El exceso de peso corporal aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, afirma Siegel, pero sólo alrededor del 5 por ciento de los cánceres colorrectales se atribuyen al exceso de peso corporal. El exceso de peso también está vinculado predominantemente a tumores en el lado derecho del colon, no en el izquierdo, que es donde la sociedad del cáncer descubrió que se producen los aumentos.
El exceso de peso también es un factor de riesgo mayor para los hombres que para las mujeres, aunque la tendencia en los adultos jóvenes es similar para todas las personas.
"La dieta, la obesidad y la inactividad física pueden estar impulsando parte de este aumento, pero no son la historia completa", dijo Chan. "Hay otros factores que aún no se han descubierto, y creo que debemos centrar nuestra atención en ellos, porque son los que pueden tener un mayor impacto en la reducción de la incidencia".
El documento de Giannakis señala que el mayor consumo de bebidas azucaradas, así como de carnes rojas y procesadas, son posibles factores. Otros son "los antibióticos, las toxinas ambientales más omnipresentes y los mayores índices de cesáreas y otros procedimientos quirúrgicos".
Lo que todos esos factores tienen en común es un efecto sobre el microbioma, la población de bacterias y otros microorganismos que pueblan el sistema digestivo humano. Mark A. Lewis, director de oncología gastrointestinal de Intermountain Health, en Utah (Estados Unidos), afirma que la aparición precoz de la enfermedad se explica, al menos "en parte, por el uso de antibióticos en la infancia y la edad adulta temprana, como se demostró de forma muy convincente" en un estudio de 2019 del Reino Unido.
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No descartes los síntomas molestos
Es difícil dilucidar en qué medida el aumento de la mortalidad se debe a mayores factores de riesgo frente a bajas tasas de cribado, sobre todo en zonas rurales o de bajos ingresos, pero es probable que se trate de ambas cosas, afirma Rishi Naik, profesor asistente de medicina en gastroenterología, hepatología y nutrición en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos).
Las lagunas en el cribado son evidentes en el hecho de que el 27 por ciento de los adultos jóvenes son diagnosticados de enfermedad avanzada, frente al 20 por ciento de los adultos mayores. Las tasas de supervivencia son similares en todas las edades, a pesar de que los pacientes más jóvenes suelen recibir un tratamiento más agresivo y padecer menos otras afecciones.
"Tememos que esto indique también una biología más agresiva por razones que debemos comprender", dijo Giannakis, pero aún no está claro si la enfermedad es más agresiva en los jóvenes, si se detecta demasiado tarde o ambas cosas. El artículo de Siegel señala que los pacientes sintomáticos menores de 50 años tardaron un 40% más en recibir un diagnóstico que los de más edad.
"Es importante que los pacientes y los profesionales de la salud investiguen enérgicamente los síntomas y signos preocupantes, como la hemorragia rectal y la carencia inexplicable de hierro, para asegurarse de que la causa no sea un cáncer colorrectal insospechado, independientemente de la edad", afirma Reid Ness, profesor asociado de medicina en gastroenterología, hepatología y nutrición del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.
Los síntomas más comunes del cáncer colorrectal en los pacientes más jóvenes son dolor abdominal; pérdida de peso inexplicable; cambios en la frecuencia, el tamaño o el aspecto de las heces; y hemorragia rectal, que se produce en el 46 por ciento de los casos de aparición temprana, frente al 26 por ciento de los casos en adultos mayores de 50 años.
"Los jóvenes tienden a suponer que son jóvenes y sanos, y que si tienen algún síntoma, se trata de algo pasajero o no preocupante", señaló Chan. Siegel también señaló la importancia de luchar contra el estigma, ya que no todas las personas pueden sentirse cómodas hablando de los síntomas rectales. Pero hacer un seguimiento significa asegurarse de que los médicos también se toman en serio los síntomas.
"A veces, las historias más desafortunadas son las de pacientes a los que se les dice que sólo tienen una hemorroide y, un par de meses después, tienen cáncer de colon metastásico", explicó Naik. "Si son sintomáticos, necesitan una colonoscopia y no sólo una prueba basada en las heces".
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Las disparidades sanitarias revelan la necesidad de más cribados
Al igual que la tendencia a un mayor número de casos en edades más tempranas, las disparidades raciales y étnicas en las tasas y muertes por cáncer colorrectal son probablemente el resultado de una combinación de mayores factores de riesgo y menores tasas de cribado y acceso a la atención sanitaria.
Siegel destaca que los nativos de Alaska tienen las tasas de cáncer colorrectal más altas del mundo. Los casos en esta población son más del doble que entre los individuos blancos, y las muertes son casi cuatro veces mayores en la población nativa de Alaska, el único grupo racial o étnico en el que los casos totales no están disminuyendo. De hecho, los casos aumentan un 2% cada año y sigue siendo el cáncer más diagnosticado en este grupo.
Según el estudio de Siegel, entre los posibles factores de riesgo que contribuyen a la aparición de casos en esta población se encuentran la deficiencia de vitamina D por una menor exposición al sol, el tabaquismo, la obesidad y una dieta rica en pescado ahumado y pobre en fibra, frutas y verduras.
La disparidad entre casos y muertes es más llamativa en los estadounidenses de raza negra, cuyos casos son un 21% superiores a los de los estadounidenses de raza blanca, pero cuya mortalidad es un 44% mayor. Las tasas de supervivencia a tres años para el cáncer rectal metastásico son del 30 por ciento para los pacientes diagnosticados entre 2016-2018, frente al 25 por ciento de una década antes, pero las tasas de supervivencia a tres años de los pacientes negros se han estancado en el 22 por ciento, probablemente debido a un menor acceso a tratamientos mejorados, escriben Siegel y sus coautores.
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La relación entre la mortalidad del cáncer de colon y el nivel económico
Las disparidades geográficas también se deben, al menos en parte, a unas tasas más elevadas de tabaquismo y sobrepeso, así como a unos ingresos más bajos y un peor acceso a la atención sanitaria, afirma Siegel. Tanto los casos como la mortalidad son más bajos en el Oeste y más altos en los Apalaches y en partes del Sur y del Medio Oeste de Estados Unidos.
"Si se observa un mapa de la pobreza por condados y la mortalidad por cáncer colorrectal por condados, se aprecia una sorprendente similitud", afirma Siegel. El exceso de peso y las dietas deficientes son más comunes con los ingresos más bajos, especialmente porque los alimentos procesados son más baratos y tienen menos probabilidades de estropearse que los alimentos frescos, dijo Siegel.
Otro factor que contribuye a las disparidades es la información inadecuada sobre las opciones de cribado además de la colonoscopia, dijo Naik. Las colonoscopias requieren acudir a centros, que son más escasos en Alaska y las zonas rurales. Las colonoscopias también suelen requerir anestesia, lo que significa que el paciente debe ausentarse del trabajo y hacer que otra persona, que también puede necesitar ausentarse del trabajo, le lleve a casa, todo lo cual es más difícil para las personas con bajos ingresos.
"Aunque la colonoscopia es la prueba de referencia para detectar el cáncer de colon, no es la única modalidad", afirma Naik. "También disponemos de pruebas basadas en las heces, que pueden hacerse cómodamente en casa". Aunque los proveedores desempeñan un papel fundamental a la hora de fomentar el cribado, "realmente los sistemas sanitarios tienen que hacer un mejor trabajo a la hora de implicar a las comunidades a nivel programático", afirma.
Ness lleva esta idea aún más lejos. "La mayor fuente de disparidad en la incidencia y mortalidad por cáncer colorrectal siguen siendo las bajas tasas de cribado entre las personas sin seguro y con bajos ingresos", afirmó. "Hasta que en Estados Unidos no nos comprometamos con el concepto y la práctica de una asistencia sanitaria básica universalmente disponible, incluido el cribado del cáncer colorrectal, seguiremos viendo disparidades en los resultados sanitarios."
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.