¿Estamos bebiendo agua mal? Saber cómo hidratarnos correctamente podría salvarnos la vida
El calor extremo de este verano ha hecho que muchos se pregunten si hay mejores formas de abordar la hidratación. Estas son las consideraciones que merece la pena tener en cuenta.
El agua puede comprarse de muchas formas (carbonatada, con electrolitos o alcalina), pero los científicos afirman que lo más importante es la cantidad que se bebe.
Mantenerse hidratado (y saber cómo hacerlo) es más importante que nunca.
El calor excesivo de este verano no es sólo una ola de calor, sino más bien una muestra de lo que podemos esperar del cambio climático, dice Ashley Ward, director del recién inaugurado Centro de Innovación en Políticas de Calor del Instituto Nicholas de Energía, Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Duke (en Carolina del Norte, Estados Unidos): "Este no es el calor de tu abuela".
Para combatirlo, muchos de nosotros llevamos ahora encima botellas de agua, listas para calmar la sed en un momento. Y en redes sociales no es raro que los vídeos sobre la mejor manera de hidratarse lleguen a acumular millones de visitas.
Pero, ¿realmente necesitamos beber un litro al día para mantenernos sanos? ¿Y necesita el agua minerales, alcalinidad o sal para hidratarse de verdad?
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El importante papel de la sal
El cuerpo humano está formado por más de tres cuartas partes de agua. La mayor parte es absorbida por nuestras células; el resto lubrica músculos y tejidos y genera saliva. Cualquier pérdida notable de humedad corporal altera el equilibrio que nos mantiene sanos, alerta y vivos.
La ingesta diaria recomendada, para un adulto normal, es de ocho a 12 vasos de agua al día, según la Clínica Mayo, pero una investigación publicada el año pasado sugiere que ese consejo no tiene en cuenta el agua que se absorbe al comer ciertas frutas y verduras, como la sandía y los pepinos, ni factores relacionados con el estilo de vida, como la actividad física.
Cuanto más sudamos, más agua (y sal) perdemos.
La sal ayuda a mantener el equilibrio de líquidos a través de la ósmosis, que regula la cantidad de agua en las células. Sin sodio, las células podrían marchitarse por deshidratación.
La sal de nuestro cuerpo también es importante porque contiene electrolitos (minerales como el sodio, el potasio y el cloro) que transportan una carga eléctrica a través de la sangre y los fluidos corporales, manteniendo la hidratación en un nivel saludable.
La mayoría de los profesionales coinciden en que las bebidas con electrolitos son valiosas porque reponen el potasio y la sal que se pierden a través del sudor, pero antes de añadir sal al agua, ten en cuenta que la mayoría de nosotros ingerimos la cantidad recomendada de sodio en nuestra dieta.
Pero si estás sano y no tienes problemas cardiacos conocidos, una pizca de sal en el agua no te hará daño y puede ayudarte a mantenerte hidratado. El tipo de sal no importa. La reciente popularidad de la sal sin refinar del Himalaya, o sal rosa, se basa en el número ligeramente superior de minerales que contiene. Para reponer la sal perdida, no hace falta mucho (basta con un cuarto de cucharadita) y cualquier barrita energética o tentempié que contenga sal también sirve para reponer los electrolitos perdidos.
Y el agua no es la única bebida hidratante que puedes tomar: hay estudios que demuestran que la leche de vaca hidrata más que el agua. La leche puede ralentizar la pérdida de líquido en el estómago, lo que ayuda a mantener la hidratación durante más tiempo, y también contiene los electrolitos necesarios.
El agua embotellada contiene otros aditivos y mejoras que se han hecho populares, pero no está demostrado que hidraten más que el agua del grifo.
El agua alcalina, por ejemplo, tiene un valor de pH superior a la media que la hace menos ácida, pero para prevenir la deshidratación, los profesionales médicos dicen que la cantidad de agua que se bebe (no los niveles de pH) es más hidratante.
Se están realizando estudios sobre los efectos del agua alcalina en el rendimiento atlético, y otras investigaciones recientes han descubierto posibles beneficios para el público en general. Según la Arthritis Foundation, un estudio sugiere que el agua alcalina con un pH de 8,8 "neutraliza permanentemente el ácido estomacal"; otro estudio mostró beneficios prometedores para la densidad ósea.
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Peligros de beber poco y demasiado
Ten cuidado con las falsas narrativas de que tu cuerpo te dirá cuando tiene sed, dice Josh Beaumont, ex entrenador de fútbol femenino en la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos).
"Eso es demasiado tarde para hidratarse de verdad. Especialmente ahora, en los climas más cálidos, ya estamos un poco deshidratados", afirma, pero advierte de que no hay que "beber agua a raudales. El estómago y el intestino sólo pueden absorber una cantidad limitada de agua".
También es importante saber qué medicamentos que estés tomando pueden interferir en la capacidad natural del organismo para hidratarse. Entre los que hacen más peligroso el calor están ciertos antidepresivos, diuréticos y medicamentos para la tensión arterial, que pueden interferir en la función renal y los niveles de electrolitos. Las personas con diabetes, que ya de por sí aumenta la necesidad de orinar, deben vigilar de cerca la ingesta de líquidos.
En casos extremos, beber demasiada agua puede crear una condición conocida como hiponatremia, que es una respuesta a la falta de sal. La hiponatremia es más frecuente en las personas mayores y en los enfermos renales. Pero la gente puede beber demasiada agua, y de hecho lo hace. Hemos visto recientemente un ejemplo de ello (extremo) en una mujer de 35 años de Indiana(Estados Unidos), madre de dos hijos que falleció después de beber demasiada agua.
Según las noticias, estaba "gravemente deshidratada" tras un día de navegación y se bebió cuatro botellas de agua en 20 minutos (casi dos litros), mucho más de lo que el cuerpo puede absorber. Murió a causa de la toxicidad del agua, que provocó la inflamación del cerebro y cortó su propio suministro de sangre.
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Cómo la hidratación nos mantiene frescos y seguros
En un día caluroso, puedes notar que los vasos sanguíneos parecen estar más cerca de la superficie de la piel o incluso hinchados en los brazos. Esto se debe a que el hipotálamo, la parte del cerebro responsable de mantener la temperatura corporal en la homeostasis, está dirigiendo más humedad al torrente sanguíneo para ayudar a enfriar la superficie del cuerpo al sudar.
Sé consciente de tu cuerpo y de las circunstancias. Por ejemplo, si dejas de sudar, es una mala señal, porque el cuerpo está conservando el poco líquido que tiene para mantener el bombeo de sangre a los músculos.
A nivel celular, cualquier disminución sustancial del agua que entra en el cuerpo (y el aumento que sale a través del sudor) desencadena que la glándula del hipotálamo en el cerebro envíe su propia alarma de calor. La primera alarma llega a los riñones, que reciben la orden de dejar de extraer agua de la sangre. El resultado final, y una pista de que algo va mal, es la micción infrecuente.
El descenso de los niveles de agua en la sangre hace que disminuya la tensión arterial y se dispare la frecuencia cardiaca. En todo momento, el cuerpo hace lo que puede para minimizar la pérdida de este preciado líquido.
Al final, la temperatura interna empieza a subir porque el cuerpo es incapaz de enfriarse. En ese momento, beber agua no servirá de nada, advierte Beaumont. En primer lugar, hay que enfriar inmediatamente el exterior del cuerpo con paños húmedos, compresas frías y bolsas de hielo. Las salas de urgencias de Phoenix han llegado a traer bolsas para cadáveres llenas de hielo para reanimar a los afectados por el calor.
Si experimentas una deshidratación leve, sin los síntomas anteriores, descansa a la sombra o en un lugar cerrado con aire acondicionado o ventiladores; dúchate o date palmaditas con un paño húmedo para enfriar el cuerpo; y bebe lentamente agua, sola o con electrolitos" "Beber agua a grandes tragos puede intensificar el desequilibrio entre el organismo y sus electrolitos, además de ser perjudicial para el estómago".
Puedes tardar más de una hora en recuperarte por completo.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.