¿Qué es el síndrome del intestino permeable?
Existen dudosas afirmaciones de que el intestino permeable causa enfermedades como la depresión o trastornos autoinmunes. Los expertos explican por qué no es así.
Microscopio electrónico de barrido de células intestinales (púrpura) cubiertas de microvellosidades (rosa). Normalmente, estas células están muy juntas y los nutrientes se filtran y absorben a través de sus microvellosidades. En el caso del síndrome del intestino permeable, la inflamación aumenta la permeabilidad de esta membrana, permitiendo que sustancias no deseadas pasen del tubo digestivo al torrente sanguíneo.
Numerosos sitios web han alertado sobre una afección llamada "síndrome del intestino permeable", afirmando que puede causar depresión, ansiedad, trastornos autoinmunes como fatiga crónica, eccema, tiroiditis de Hashimoto, dolor articular, esclerosis múltiple, artritis reumatoide y otros trastornos.
Pero, ¿es real? Y, en caso afirmativo, ¿es peligroso? ¿Puede prevenirse?
La enfermedad es real, pero los médicos y científicos la denominan "hiperpermeabilidad intestinal" y, hasta ahora, las investigaciones no han demostrado que sea la causa de todas esas afecciones. Al contrario, parece ser cierto justo lo opuesto. Diversos problemas de salud pueden hacer que el intestino se vuelva más poroso y libere más sustancias nocivas de las que debería.
"Es un mito que todas estas enfermedades empiecen con un intestino permeable", explica Michael Camilleri, gastroenterólogo y profesor de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota, Estados Unidos). "Lo que sí sabemos es que ciertas enfermedades provocan hiperpermeabilidad intestinal", afirma. Algunos ejemplos son la celiaquía, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la obesidad, el daño intestinal por el uso de AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos), entre otros.
Una de estas enfermedades, el síndrome del intestino irritable (SII), es el trastorno digestivo más comúnmente diagnosticado, y afecta a entre el 6 por ciento y el 15% de los adultos estadounidenses. Junto con el dolor abdominal y la hinchazón, este trastorno provoca movimientos intestinales crónicamente anormales. Una revisión de la Clínica Mayo descubrió que hasta el 62 por ciento de las personas con SII de tipo diarreico y hasta el 25 por ciento con el de tipo principalmente estreñimiento presentaban hiperpermeabilidad intestinal.
"Pero sigue sin saberse si la hiperpermeabilidad es una causa del SII", según escribe en un correo electrónico Andrea Shin, gastroenteróloga y profesora clínica asociada de la Facultad de Medicina Geffen de la Universidad de California (EE. UU.).
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Un poco de intestino permeable es bueno, mucho no
Para entender el intestino permeable, es útil comprender la función de vida o muerte del tracto gastrointestinal: introducir nutrientes en el organismo y mantener alejadas las sustancias nocivas.
Para ello, "el tracto intestinal debe ser al menos un poco poroso y permeable. Debe permitir la absorción de agua y nutrientes de los alimentos digeridos, como el sodio, y de moléculas pequeñas, como la glucosa", afirma Camilleri. Una vez que las células intestinales absorben los nutrientes, éstos pasan al torrente sanguíneo y nutren el resto del organismo.
Para realizar este truco de absorción, las células especializadas que recubren el intestino tienen paredes semipermeables. Y aunque están unidas entre sí por las llamadas "uniones estrechas", queda un pequeño espacio por el que pueden colarse pequeñas moléculas. Esto es normal. Las proteínas de las uniones estrechas son el pegamento que mantiene unidas a las células.
"Pero si las uniones se aflojan y el tracto intestinal se vuelve demasiado permeable, tu salud está en peligro porque sustancias que no deberían tener acceso, como proteínas no completamente digeridas o bacterias, consiguen pasar. Éstas pueden pasar a la circulación general y, posiblemente, dañar órganos", afirma Camilleri.
Nadie discute si la hiperpermeabilidad intestinal es peligrosa; lo es. Pero en lo que el estamento médico discrepa de algunos miembros de la industria del bienestar es en la causa, el diagnóstico y el tratamiento.
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Pruebas de hiperpermeabilidad intestinal
¿Cómo saber si se tiene un intestino anormalmente permeable? Los expertos dudan de los kits de pruebas disponibles en Internet.
"No existe una prueba no invasiva bien establecida que sea científica y clínicamente válida. Por eso, la mayoría de las investigaciones sobre la permeabilidad intestinal se han llevado a cabo en animales y cultivos celulares: así los científicos pueden estudiar mejor el intestino y su función", afirma Hannah D. Holscher, dietista y profesora asociada de Nutrición en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (Estados Unidos).
Shin coincide: "Mis pacientes me preguntan si se les puede hacer una prueba de "intestino permeable", y yo les digo que, aunque en la investigación se utilizan diferentes herramientas y métodos, todavía no hay un patrón oro claro."
"No conozco ningún kit de prueba intestinal disponible en el mercado que diagnostique el intestino permeable", afirma Camilleri, de la Clínica Mayo. Sin embargo, él y sus colegas podrían haber desarrollado una prueba diagnóstica que pronto podría estar disponible (declara que no tiene ningún interés económico en la nueva prueba). Consiste en beber un líquido enriquecido con determinados tipos de azúcares y recoger orina a lo largo del día para ver qué cantidad se excreta. Cuantos más de estos azúcares acaben en la orina, más permeable será el intestino. No es precisamente una prueba fácil, pero se ha demostrado que es precisa.
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La relación entre la dieta y la permeabilidad intestinal
Hay pocos datos que revelen factores específicos del estilo de vida que contribuyan a un intestino peligrosamente permeable. Pero las investigaciones emergentes sí indican que la dieta puede afectar a la permeabilidad intestinal de muchas maneras. He aquí algunas de ellas:
Fibra dietética (fibra). Los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, ayudan a prevenir el estreñimiento y a mantener la capa de mucosidad del intestino, una barrera defensiva que impide que las bacterias y otras sustancias nocivas se infiltren en las células intestinales y degraden las uniones estrechas entre ellas.
"Tenemos billones de microorganismos en nuestro tracto gastrointestinal; muchos de ellos utilizan la fibra de nuestra dieta como combustible. Sin suficiente fibra, algunas de estas bacterias se alimentan de la capa de mucosidad, adelgazándola, por lo que ya no es tan protectora. Esto podría aumentar la permeabilidad intestinal", explica Holscher.
Las dietas ricas en fibra también aumentan la población de bacterias intestinales productoras de ácidos grasos de cadena corta, que cumplen una doble función como combustible saludable para las células intestinales y reducen la inflamación, lo que es clave para preservar la salud de las células intestinales y sus uniones estrechas.
Grasa alimentaria. Los frutos secos, las semillas, el marisco y el aceite de oliva, alimentos básicos de la dieta mediterránea, son ricos en grasas "buenas" insaturadas, que ayudan a reducir la inflamación, el colesterol en sangre y, posiblemente, el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
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Sin embargo, los alimentos ricos en grasas saturadas (mantequilla, piel de pollo, aceite de coco, nata y carnes grasas), habituales en las dietas estadounidenses, hacen lo contrario.
"Comer demasiada grasa saturada aumenta las poblaciones de microbios intestinales que pueden aflojar las uniones estrechas", dice Holscher.
Las dietas ricas en grasas saturadas favorecen el crecimiento de microbios con ciertos tipos de lipopolisacáridos (LPS) incrustados en sus paredes celulares. Las células inmunitarias del intestino atacan a estos microbios, liberando LPS, que son tóxicos para el intestino y lo hacen más permeable. Y lo que es peor: los LPS pueden deslizarse a través de las uniones ahora no tan herméticas y llegar al torrente sanguíneo, provocando inflamación y otras complicaciones: diabetes, aterosclerosis (estrechamiento de las arterias que conducen al corazón) y otras enfermedades crónicas. Las grasas insaturadas tienen el efecto contrario: reducen los LPS.
En la investigación de Holscher, 18 hombres y mujeres consumieron más microbios intestinales antiinflamatorios y menos bacterias inflamatorias al completar su dieta con sólo 42 gramos de nueces al día durante tres semanas.
"Las nueces son ricas en grasas insaturadas, fibra y fitonutrientes, que actúan de distintas formas para promover la salud intestinal", afirma. Su laboratorio está realizando un experimento similar con aguacates.
Alcohol. Al igual que las grasas saturadas, el alcohol favorece el crecimiento de microbios intestinales que contienen LPS. Tanto el abuso crónico del alcohol como una sola borrachera pueden dañar directamente las células y aflojar las uniones estrechas.
Polifenoles. Las frutas, verduras, hierbas, legumbres y cereales integrales contienen muchos fitonutrientes (compuestos vegetales antioxidantes y antiinflamatorios) que ayudan a prevenir enfermedades. Se ha demostrado que uno de los principales tipos (los polifenoles) aumenta la producción de proteínas de la unión estrecha, evitando así una filtración excesiva.
Suplementos. Los expertos entrevistados para este reportaje se mostraron escépticos sobre la existencia de suplementos específicos que solucionen las fugas intestinales, como afirman algunos fabricantes. Sólo citaron algunos suplementos que normalizan la permeabilidad del intestino.
Las investigaciones preliminares sugieren que los suplementos de glutamina pueden ayudar a restablecer la permeabilidad normal en personas con SII.
"La glutamina es un aminoácido que constituye una fuente principal de combustible para las células intestinales que absorben nutrientes y también para las células inmunitarias del intestino. La escasez de glutamina puede hacer que estas células se encojan o provocar una reducción de las proteínas de la unión estrecha. El resultado: aumento de la permeabilidad intestinal", explica Shin.
Shin advierte que deben completarse estudios más amplios antes de prescribir glutamina como tratamiento estándar y que aún no se ha estudiado como agente preventivo.
"También hay pruebas de que los suplementos de vitamina D, ácidos grasos de cadena corta y fibra pueden ser importantes para mantener y mejorar la barrera intestinal", dice Shin.
Hasta que no se sepa más sobre la hiperpermeabilidad intestinal (tanto sus causas como sus tratamientos), lo mejor es ignorar las páginas web e ir al pasillo de los productos para disfrutar de un enfoque seguro y delicioso de la salud intestinal: la dieta mediterránea.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.