La isla de Santorini oculta un secreto explosivo
Una iglesia de la isla griega de Santorini domina el pico volcánico de Kameni, donde una futura erupción podría ser más explosiva de lo que pensaban los científicos.
La isla griega de Santorini es una maravilla estética innegable, con sus emblemáticas casas blancas y azules encaramadas en lo alto de una bahía cerúlea. Pero este paradisíaco lugar tiene un origen espectacularmente violento.
Santorini tiene forma de arco y su interior está inundado porque, en un pasado remoto, colosales erupciones excavaron rápidamente un agujero en el centro de la isla. Después de cada erupción, el volcán de Santorini empieza a recargar sus reservas de magma, preparándose para otra gigantesca explosión. La más infame de estas erupciones tuvo lugar en el año 1560 a.C. Fue una de las más potentes de los últimos 10 000 años, y los escombros y tsunamis resultantes marcaron posiblemente el principio del fin de la civilización minoica, que floreció en la isla de Creta a unos 200 km al sur).
Para conocer mejor el potencial volcánico de Santorini, los científicos extrajeron grandes núcleos de sedimentos que mostraban los restos de erupciones anteriores. Analizando estos restos, pueden reconstruir el aspecto que pudieron tener las erupciones históricas.
¿Cuándo podría volver a activarse el volcán de Santorini?
La isla se encuentra actualmente en medio de este ciclo cataclísmico, y los vulcanólogos están actualmente más preocupados por el volcán Kameni de la isla. Se trata de una extensión del volcán de Santorini, mucho más grande, y es un pequeño edificio casi sumergido en el corazón de la isla, con dos picos, Palea y Nea Kameni, que sobresalen del agua.
En el año 726, una de las erupciones de Kameni generó importantes explosiones y arrojó una miríada de materia fundida. Basándose en las rocas volcánicas recuperadas de la erupción, se pensaba que éste era el peor escenario que Kameni podía producir.
Ahora, un nuevo estudio, publicado en Nature Geoscience, revela que la erupción real fue de uno a dos órdenes de magnitud más potente.
Estiman que Kameni expulsó al menos 2800 millones de metros cúbicos de lava, ceniza y rocas abrasadoramente calientes, lo que la hace comparable a la formidable detonación en 2022 del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, en el Pacífico. "Una erupción de este tipo que se produjera hoy tendría implicaciones importantes", afirma Jonas Preine, geofísico de la Universidad de Hamburgo (Alemania) y autor principal del estudio.
Se trata de una noticia desagradable, tanto para las 15 000 personas que viven en Santorini como para los dos millones de turistas que la visitan cada año. "Plantea la posibilidad de que las erupciones explosivas de moderadas a grandes sean más probables de lo que se pensaba", afirma David Pyle, vulcanólogo de la Universidad de Oxford (Reino Unido) que no participó en el nuevo trabajo.
Pero "esto no es motivo para que la población del Egeo entre en pánico ahora mismo", afirma Preine. El riesgo de que se produzca una gran erupción en Santorini en un futuro próximo es bajo, y no hay indicios de que vaya a producirse pronto. Además, este estudio mejora los conocimientos de los vulcanólogos sobre la isla y sus riesgos eruptivos, lo que permitirá a los científicos proteger mejor a la población de futuros peligros.
"El estudio de los volcanes submarinos es costoso", afirma Preine; "pero merece la pena. Hay una gran disparidad de peligros que podrían estar asociados a ellos".
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Investigando la historia volcánica de Santorini
Santorini es uno de los muchos volcanes que forman calderas en todo el mundo, aquellos que parecen funcionar en ciclos que culminan en explosiones masivas que forman una depresión en forma de caldera (la "caldera"). La actividad volcánica de la isla se remonta a unos 650 000 años, y en ese tiempo ha producido al menos cinco de estas explosiones catastróficas, incluida la de 1560 a.C., fatídica para los minoicos.
Desde entonces, la historia volcánica de la isla la ha escrito el volcán Kameni, de dos picos. La última vez que entró en erupción fue en 1950 y ha permanecido en calma, salvo por algunos disturbios sísmicos entre 2011 y 2012. Pero eso no significa que esté dormido.
"El volcán sigue bastante activo, así que, por supuesto, siempre hay algún riesgo", afirma Isobel Yeo, vulcanóloga submarina del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton (Inglaterra) que no participó en el nuevo trabajo. Y cuando se trata de volcanes submarinos, los científicos son muy conscientes de que "son capaces de cogernos por sorpresa".
La erupción del 726 ha sido el centro de atención de quienes esperan comprender hasta qué punto podría ser peligroso Kameni en el futuro. Los relatos históricos suenan aterradores: se decía que las aguas de la bahía empezaron a hervir, antes de que "todo el mar ardiera", dice Preine-después de lo cual, ensordecedoras explosiones cubrieron el cielo de ceniza y la tierra de piedras pómez.
Pero las pruebas volcánicas halladas por los científicos no parecían coincidir del todo con esas descripciones apocalípticas. "La piedra pómez sólo se forma y distribuye en erupciones explosivas", afirma Rebecca Williams, vulcanóloga de la Universidad de Hull que no participó en el nuevo trabajo. Pero "un reto importante para comprender plenamente la historia eruptiva de un volcán insular es que la mayor parte del registro rocoso se pierde en el mar."
La erupción del 726 no fue una excepción: sólo quedaron en tierra pequeños vestigios de ella. Como resultado, aunque se sabía que era un acontecimiento peligroso, "nunca se tomó realmente en serio el impacto de esta erupción", afirma Preine.
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¿Cómo será la próxima erupción de Santorini?
Con la esperanza de descifrar el pasado volcánico de Kameni, los miembros del Programa Internacional de Descubrimientos Oceánicos perforaron las cuencas marinas de la caldera en varios lugares, extrayendo testigos de sedimentos en cada ocasión.
Al hacerlo, hallaron un volumen considerable de ceniza y piedra pómez que remontaron a la erupción de 726. Rápidamente quedó claro que esta erupción fue tan importante y grave como la describen los relatos históricos, y que probablemente implicó estruendosos estampidos submarinos que dieron paso a altísimas columnas de ceniza y piedra pómez.
Una erupción explosiva que arroje 2800 millones de metros cúbicos de materia erupcionada es ciertamente una idea aterradora. Pero la realidad fue probablemente peor.
"La estimación que ofrecen es la más baja, porque sólo utilizan el volumen de material depositado dentro de la caldera", explica Yeo; "es probable que mucho material fuera transportado y depositado lejos del volcán durante la erupción".
Este estudio plantea la posibilidad de que Kameni sea capaz de causar daños mayores de lo que nadie sospechaba. Una erupción explosiva similar en la actualidad "plantea la posibilidad no sólo de una caída sustancial de ceniza y piedra pómez, sino también de tsunamis generados por un posible colapso 'sectorial' de la isla, que está construida sobre depósitos inestables de piedra pómez", afirma Kathy Cashman, vulcanóloga de la Universidad de Oregón (EE. UU.) que no participa en el trabajo.
El descubrimiento del equipo también significa que el peor escenario de Kameni es, bueno, peor de lo que se pensaba. Afortunadamente, hace tiempo que los científicos tienen en cuenta los riesgos volcánicos de la isla.
"Santorini debe tomarse en serio, dado el potencial tsunamigénico del volcán y el gran número de personas que podrían verse afectadas", afirma Amy Donovan, vulcanóloga de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) que no participó en el trabajo. "Aunque este estudio dice que el 726 era más grande de lo que pensábamos, no aumenta significativamente mi preocupación por lo que ya era un volcán preocupante por múltiples razones".
Como era de esperar, el volcán está vigilado las 24 horas del día. "Cualquier signo de agitación se detectará en sus fases más tempranas y se emitirán alertas", afirma Yeo.
Las implicaciones de esta investigación no se limitarán a la isla. Santorini está considerada como uno de los lugares clave cuyo estudio dio lugar a la ciencia moderna de la vulcanología. Se ha examinado exhaustivamente, y cada detalle accesible se ha analizado de forma forense innumerables veces. "Y aún así, nos da grandes sorpresas", dice Preine; "este volcán que estás viendo todos los días tiene algunos secretos que todavía estamos descubriendo".
Entonces, ¿qué dice eso de otros volcanes formadores de calderas de todo el mundo, especialmente los sumergidos bajo el océano? "Si no hemos sido conscientes de esto en Santorini, seguramente tampoco lo somos de erupciones similares en otros volcanes", dice Preine; "se trata de un enorme punto ciego para la comunidad vulcanológica".
El tiempo corre. "Casi ningún volcán sumergido está vigilado", dice Yeo; "y esto tiene que cambiar".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.