Un intérprete de chino trabaja en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza)

Por qué nunca es demasiado tarde para aprender un idioma de adulto

La idea tan extendida de que es mejor aprender idiomas antes de la edad adulta es discutible. Los adultos tienen una serie de ventajas a la hora de aprender una segunda lengua, y ello conlleva grandes beneficios.

Un intérprete de chino trabaja en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza). Para los angloparlantes nativos, el mandarín puede ser uno de los idiomas más difíciles de aprender: se calcula que lleva 88 semanas de práctica intensiva, frente a las 24 o 30 semanas de idiomas como el español o el francés.

Fotografía de Mark Henley, Panos Pictures, Redux
Por Tatyana Woodall
Publicado 24 jun 2024, 15:10 CEST

Para quienes desean aprender un nuevo idioma, el proceso puede resultar desalentador, sobre todo en la edad adulta.

Durante mucho tiempo se ha pensado que cuanto antes se aprenden las nuevas destrezas, más fácil resulta aprenderlas. La idea de que la edad puede desempeñar un papel importante en la capacidad de aprendizaje de una persona es una de las razones por las que se consideraba que la primera infancia era el mejor momento para introducir una segunda lengua. Pero en la comunidad científica se ha debatido mucho si esto realmente es así.

Por desgracia, esta idea ha contribuido a perpetuar la duda sobre la capacidad de los individuos de más edad para adaptarse rápidamente a la nueva gramática, sintaxis y semántica, frustrando el ascenso de muchos políglotas en potencia.

El cerebro humano, un órgano complejo capaz de evolucionar constantemente, tiene potencial para un mayor aprendizaje después de la pubertad, según sugieren los estudios: los adultos y los niños simplemente absorben y aprenden las cosas de forma diferente.

"Las investigaciones dicen que los adultos aprendemos mejor en todo porque tenemos mucha autorregulación y somos muy decididos cuando queremos aprender algo", dice Lourdes Ortega, profesora de lingüística de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos), que habla cuatro idiomas; "los adultos de todo el mundo llegan a distintos niveles de competencia, fluidez y capacidad para lo que quieren hacer con el lenguaje, pero no hay techo para ello".

Las personas que pueden comunicarse fuera de su lengua materna también experimentan una serie de beneficios cognitivos, lo que sugiere que puede merecer la pena ampliar tus horizontes verbales.

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Qué se necesita para aprender una segunda lengua

Según la Oficina del Censo de EE. UU., alrededor del 20% de la población estadounidense habla otro idioma distinto del inglés, frente al 59% de los europeos que pueden hablar al menos una segunda lengua, lo que ilustra cómo las distintas regiones valoran el aprendizaje de idiomas.  

Sin embargo, Ortega, que se especializa en cómo las personas aprenden nuevas lenguas después de la infancia, afirma que los factores que van más allá de la edad, como la inmersión, marcan una mayor diferencia en el éxito del aprendizaje de idiomas. "Sin la oportunidad de estar expuesto al idioma, no hay aprendizaje posible, ni temprano ni tarde", afirma.

Según Ortega, la mayoría de los estudiantes tarda años en dominar una lengua extranjera. Según The Foreign Service Institute (FSI) dependiente del Departamento de Estado de Estados Unidos, factores como la capacidad natural de una persona, su experiencia lingüística previa y la constancia de sus clases afectan al proceso de aprendizaje de idiomas.  

El FSI afirma que las lenguas que los hablantes nativos de inglés encontrarían similares a las suyas, como el español o el francés, pueden enseñarse con relativa rapidez en unas 24-30 semanas. En cambio, las lenguas que presentan diferencias culturales significativas con el inglés, como el griego o el ruso, tardarán unas 44 semanas. El tiempo de aprendizaje podría duplicarse en el caso de lenguas consideradas excepcionalmente difíciles, como el árabe o el mandarín.

Estas estimaciones reflejan un modelo de estudio riguroso, con un número determinado de horas dedicadas a practicar durante varios días a la semana, dice Ortega. Es imposible y poco probable esperar que una persona siga un programa tan estricto por sí sola, sobre todo teniendo en cuenta que el auge de aplicaciones para aprender idiomas como Babbel y Duolingo ha ampliado la accesibilidad a la educación en el extranjero al permitir a las personas disponer del tiempo y la confianza necesarios para alcanzar determinados objetivos a su propio ritmo.

"Nadie puede aprender, como adulto, un nuevo idioma a menos que lo ame y a menos que lo convierta en parte de su vida", dice Ortega; "en teoría, es algo estupendo, pero hay que tener motivos para ello y tiempo para invertir [en] ello".

Dicho esto, niños y adultos tienen sus propios puntos fuertes y débiles a la hora de captar nuevas conexiones. Los niños tienden a aprender nuevas lenguas de forma más intuitiva, tienen más oportunidades de jugar y experimentar con nuevos idiomas y se ven obligados a adaptarse sin la ayuda de aplicaciones de traducción u otros recursos. Los adultos pueden emplear estrategias personalizadas para perfeccionar su experiencia de aprendizaje de idiomas, como crear sus propios sistemas de memorización o técnicas de visualización.

Aun así, Joshua Hartshorne, profesor asociado de investigación en el Instituto de Profesiones de la Salud del MGH, afirma que los científicos están descubriendo que a edades avanzadas ocurren muchas más cosas en las que antes no pensaban.

"La gente ha estado asumiendo que más o menos has llegado a ser tan bueno como vas a llegar a ser en un nuevo idioma en cuatro o cinco años", dice Hartshorne. "Lo que vimos fue que, en realidad, [mientras] la gente siga aprendiendo durante unos 30 años, seguirá mejorando".

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Cómo una segunda lengua alimenta la mente  

Cada vez más, las generaciones más longevas buscan mejorar su salud cognitiva y su vida social, y la creciente demanda de aprender otro idioma ha demostrado rápidamente ser una forma estupenda de conseguirlo.

"Ser bilingüe tiene todo tipo de beneficios cognitivos", afirma Boaz Keysar, profesor de psicología de la Universidad de Chicago; "cuantas más lenguas aprendes, más te das cuenta de lo importante que es [esa] lengua para nuestra vida. Lo damos por sentado".

Para los adultos mayores, los posibles beneficios incluyen un aumento de la retención de memoria y la obtención de un vocabulario más amplio. Es más, muchos estudios sugieren que aprender otro idioma en la edad adulta podría incluso ayudar a prevenir la demencia. El aprendizaje de idiomas permite a los estudiantes convertirse en pensadores más flexibles, dice Keysar.

"Se está más dispuesto a asumir riesgos cuando se utiliza una lengua extranjera", afirma; "las palabras no conectan tanto con tus emociones". Además, las personas multilingües son mejores en la toma de perspectiva, lo que significa que están más en sintonía con la intención del hablante, dice Keysar. Es una capacidad que permite una interacción social intercultural más fluida, y otra faceta del lenguaje para la que los adultos parecen estar mejor preparados.

A pesar de que el vínculo lingüístico es una herramienta fantástica para ampliar la red social de una persona, todavía hay una falta de investigación en torno a los desafíos que enfrentan los adultos mayores cuando se proponen aprender un nuevo idioma.

Según un estudio de 2019 que investigó las dificultades a las que pueden enfrentarse en el aula, las personas mayores pueden verse obligadas a utilizar libros de texto que no tienen en cuenta sus necesidades, como los que utilizan ejemplos y actividades que podrían ser demasiado infantiles o inapropiadas para que se los tomen en serio, y ser reacios a hablar para evitar cometer errores.

Sin embargo, descubrir una lengua distinta de la propia puede ser muy gratificante. La mejor manera de cosechar la mayor parte de esas recompensas es empezar hoy mismo.

Como dice Ortega: "Sería maravilloso que la gente estuviera más abierta a la idea de que puede aportar mucha riqueza a tu vida. Aunque sólo sea por eso, no pruebes sólo un idioma, prueba al menos dos, porque cada uno de ellos es muy diferente".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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