Taza de té caliente

¿Y si nos conviene cambiar la taza de café diaria por una de té?

Ambas bebidas tienen sus beneficios, aunque el té, más sutil, puede ofrecer más.

Desde antioxidantes hasta compuestos calmantes, he aquí por qué el té podría ser la mejor elección para tu ritual diario.

Fotografía de Lilian Cazabet, Hans Lucas, Redux
Por Rachel Fairbank
Publicado 19 dic 2024, 13:23 CET

El café y el té son algunas de las bebidas más populares del mundo. Y con razón: varios estudios demuestran que las personas que beben café o té con regularidad viven más tiempo y tienen menos problemas de salud que las que no lo hacen. Aunque el café suele acaparar más protagonismo debido a su sabor intenso y su subidón de energía, el té, repleto de compuestos únicos que favorecen la concentración, se ha hecho un hueco entre las bebidas más potentes. A continuación te explicamos por qué el té podría ser una mejor opción para tu próxima taza.

Menos cafeína, menos efectos secundarios

Una de las principales razones por las que puede merecer la pena pasarse al té es su bajo contenido en cafeína. Para algunos, la cafeína puede mejorar la concentración y el estado de alerta, pero para otros, los efectos secundarios de un consumo excesivo (inquietud, insomnio e incluso palpitaciones) pueden ser mayores que los beneficios. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda un límite diario de cafeína de 400 miligramos, aunque algunas personas pueden ser mucho más sensibles a la cafeína debido a la edad, el sexo, la genética o los medicamentos.

Las autoridades sanitarias de la Unión Europea afirman que "las ingestas de cafeína de hasta 400 mg al día (alrededor 
de 5,7 mg/kg pc al día) consumida a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud de los adultos en la población general, excepto en el caso de las embarazadas".

"Los efectos secundarios de la cafeína son la principal razón para alejarse del café", dice Alexis Supan, dietista de la Clínica Cleveland, en Cleveland, Ohio.

Aquí es donde brilla el té. Una taza típica de té contiene entre 20 y 60 miligramos de cafeína, dependiendo del tipo, en comparación con los 80 a 100 miligramos de cafeína de una taza media de café. Las infusiones (que no contienen cafeína por naturaleza) también pueden ser una alternativa relajante. La manzanilla, por ejemplo, es conocida por sus efectos calmantes, mientras que el rooibos está repleto de antioxidantes.

Tanto el café como el té son ricos en compuestos bioactivos (sustancias químicas vegetales beneficiosas para la salud), pero el té destaca por su gran variedad de antioxidantes. Estos compuestos, como los flavonoides, los polifenoles y las catequinas, están relacionados con un menor riesgo de padecer cardiopatías, diabetes y ciertos tipos de cáncer.

El té verde, por ejemplo, es especialmente rico en galato de epigalocatequina (EGCG), un potente antioxidante que favorece la salud celular y puede retrasar el envejecimiento. El té negro, por su parte, está repleto de teaflavinas, compuestos que favorecen la salud cardiovascular.

"Cuando comemos frutas y verduras, obtenemos bioactivos que son buenos para la salud", afirma Emma Beckett, investigadora en nutrición de la Universidad de Newcastle (Australia). "Cuando nos preparamos una taza de té o café, el agua muy caliente [combinada con] ese [material vegetal] muy pequeño y troceado es una forma muy eficaz de extraer bioactivos y hacer que entren en nuestro organismo muy rápidamente", explica.

Esto significa que tu bebida diaria también puede ser una potente fuente de compuestos saludables. "Si no te gusta comerte las verduras, el té es un buen lugar para obtener compuestos bioactivos, como harías con la fruta y la verdura", afirma Beckett.

Las investigaciones sugieren que muchos de los beneficios para la salud asociados al consumo de té (desde un menor riesgo de enfermedades crónicas hasta una mayor esperanza de vida) pueden atribuirse a estos bioactivos. "Tiene sentido que las poblaciones que beben más té vivan más y mejor", afirma Beckett.

Una de las principales diferencias entre el café y el té es la presencia de una molécula, la L-teanina. Este aminoácido no proteínico, que se encuentra principalmente en las hojas de té, puede hacer que las personas se sientan más alerta, sin alarmarlas, afirma Beckett: "Obtienes más por tu dinero, potencialmente, del té, debido a la combinación de la cafeína y la L-teanina".

Para las personas sensibles a la cafeína, el efecto calmante de la L-teanina puede compensar la sensación de nerviosismo asociada al café. "Reduce la ansiedad y te hace sentirte bien", afirma Evangeline Mantzioris, dietista de la Universidad del Sur de Australia.

La L-teanina también tiene efectos notables sobre la salud cerebral. Las investigaciones sugieren que mejora el rendimiento cognitivo, reduce el estrés e incluso puede mejorar la calidad del sueño.

En última instancia, la elección entre café y té suele reducirse al gusto personal y al estilo de vida. "Bébete el que prefieras. Si te gustan los dos, bebe los dos, porque obtendrás beneficios ligeramente distintos de ambos", dice Mantzioris. "Todo depende del patrón dietético", añade. Pero para los que buscan un chute de cafeína más suave, un aporte de antioxidantes y un ritual consciente, el té puede ser la infusión más saludable.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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