Utensilios de cocina con plástico negro

¿De verdad los utensilios de cocina con plástico negro son peligrosos?

La reciente preocupación por los contaminantes presentes en los plásticos de color negro ha despertado la inquietud de los consumidores, y lo cierto es que hay más de una razón para pensárselo dos veces antes de comprar estos artículos.

El plástico negro utilizado en los utensilios de cocina puede contener restos de sustancias químicas procedentes de residuos electrónicos, y los envases de un solo uso pueden ser especialmente difíciles de reciclar.

Fotografía de Photo illustration by Jon Bower, Alamy Stock Photo
Por Kieran Mulvaney
Publicado 26 dic 2024, 10:18 CET

El plástico está siendo sometido cada vez más a un mayor escrutinio en cuanto a la forma en que se fabrica y por lo que las sustancias químicas que se usan durante esos procesos hacen a nuestros cuerpos. Y de entre todos los plásticos, destaca uno en concreto que recientemente ha sido objeto de especial escrutinio: el plástico negro.

Se trata de un material de color oscuro, que se utiliza habitualmente para envolver productos electrónicos como televisores, equipos de música, cafeteras y ordenadores portátiles, y que también es frecuente encontrarlo en utensilios de cocina y envases de alimentos. El color suele proceder de la adición de negro de carbón o negro de humo (carbon black, en inglés), que es esencialmente una forma de hollín creada normalmente por la combustión parcial de productos derivados del petróleo. El negro de carbón se utiliza sobre todo para reforzar el caucho de los neumáticos, pero también se encuentra en tintas de impresora, mangueras y cintas transportadoras. Suele añadirse a los plásticos con fines estéticos y porque los hace más resistentes y menos propensos a desgastarse por la luz solar.

Envases de plástico

Cuando las instalaciones de reciclaje utilizan escáneres de infrarrojos para clasificar la basura plástica, a menudo pasan por alto los pigmentos oscuros de algunos envases. Como consecuencia, el plástico negro se deposita en los vertederos.

Fotografía de g_dasha, Shutterstock

En las últimas semanas, el plástico negro ha ganado cierta notoriedad debido a un estudio revisado por expertos y publicado en octubre en la revista Chemosphere en el que se descubrieron retardantes de llama tóxicos en 17 de los 20 ejemplos analizados de vajillas, utensilios de cocina, accesorios para el pelo y juguetes infantiles con componentes de plástico negro. Los autores del estudio, investigadores de la organización Toxic-Free Future y de la Vrije Universiteit de Ámsterdam, tuvieron que publicar más tarde una corrección al descubrirse que su artículo contenía un error matemático que afirmaba que estos plásticos podían exponer a los consumidores al 80% de los límites diarios seguros de retardantes de llama recomendados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés). La cifra real era del 8%.

Además, algunos expertos incluso han puesto en duda la fiabilidad de los métodos del estudio.

Joe Schwarcz, director de la Oficina de Ciencia y Sociedad de la Universidad McGill de Montreal (Canadá), señaló que los autores colocaron espátulas de plástico negro en aceite de oliva a 150 ºC durante 15 minutos. “No es una situación realista. No se suele tener el utensilio de cocina hirviendo en aceite caliente durante 15 minutos. Se usa para darle la vuelta a una tortilla o remover los espaguetis”, señaló.

Aun así, los expertos en medio ambiente y salud afirman que sigue habiendo razones para evitar este tipo de plástico.

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Demasiado oscuro para reciclar

Un estudio sobre el plástico en el Reino Unido descubrió que el plástico negro representaba alrededor del 15% del flujo de residuos plásticos. La mayor parte eran envases de un solo uso o contenedores de alimentos.

Sin embargo, su característico color oscuro hace que los plásticos negros sean incompatibles con la mayoría de las instalaciones de reciclado de plásticos.

Estas instalaciones utilizan luz infrarroja para identificar la composición de los distintos plásticos y clasificarlos, pero como el negro de humo absorbe los infrarrojos, los escáneres suelen identificar el plástico negro como residuo general.

Schwarcz explica que “en teoría, el plástico negro podría reciclarse” si los escáneres pudieran identificarlo; para ello, dice, algunos centros están experimentando con el uso de inteligencia artificial para mejorar su capacidad de “ver” el plástico negro. Un fabricante ha ideado un método alternativo para teñir el plástico de negro que, según afirma, permitirá reciclarlo en mayor medida.

Pero, hasta que esta tecnología no se adopte de forma generalizada, la mayor parte del plástico negro irá directamente al vertedero.

Esto plantea una serie de problemas. Uno, por supuesto, es que el plástico que en teoría podría haberse reciclado acaba generando más basura. Greenpeace es una de las muchas organizaciones que han pedido que se prohíba el plástico negro (y otros plásticos de un solo uso) para reducir la contaminación de vertederos, ríos y mares.

Así lo ha hecho el Gobierno de Canadá, que ha prohibido la fabricación, importación y venta de bolsas de plástico negras y de otros plásticos de un solo uso, cubiertos y artículos de restauración, entre otros productos.

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¿De dónde procede este material plástico?

Según un estudio de 2018, hay “cada vez más pruebas” de que “la demanda de plástico negro parece satisfacerse, en una parte nada desdeñable, mediante el reciclaje de plástico procedente de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos.” Como señaló el controvertido estudio de octubre, muchos de estos productos de desecho electrónico contienen retardantes de llama para proteger los dispositivos del sobrecalentamiento, incluido un compuesto conocido como éter de decabromodifenilo, o decaBDE.

Los estudios han relacionado el decaBDE con cánceres y daños reproductivos y de desarrollo en animales de laboratorio. Aunque hay menos pruebas exhaustivas de su impacto en los seres humanos, se ha restringido o prohibido severamente en varios países, incluidos los de la Unión Europea. En 2021, la EPA prohibió en gran medida “toda fabricación (incluida la importación), procesamiento y distribución en el comercio de decaBDE, o productos o artículos que contengan decaBDE”, y actualizó esa orden con restricciones adicionales a finales de 2024.

“No es tanto problema si lo usas como bajante, canalón o señal de tráfico”, explica Andrew Turner, de la Universidad de Plymouth (Inglaterra), autor del estudio de 2018 sobre la presencia de residuos electrónicos en plásticos domésticos. “Pero cuando empiezas a ponerlo en juguetes, frascos y varillas de cocina, es cuando comienza el verdadero problema, es cuando comienzas a exponer a las personas a través de la manipulación, la masticación y la cocina a cosas que realmente no deberían estar allí”, añade.

En un comunicado, Toxic-Free Future argumentó que el error de su reciente documento no afectaba a las conclusiones generales de su informe, que son que los retardantes de llama potencialmente tóxicos están presentes en un gran número de productos de consumo.

“Estos retardantes de llama son conocidos como productos químicos hidrófobos, lo que significa que repelen el agua, pero les encanta el aceite”, explicó Turner. “Cuando se exponen al aceite, éste actúa como disolvente y facilita su lixiviación”.

Pero la temperatura y el tiempo exactos en que esto ocurre siguen sin estar claros.

(Relacionado: Los neumáticos son una gran fuente de contaminación por plástico)

¿Deberían los consumidores tener acceso al plástico negro?

Earthjustice ha presentado una demanda en nombre de la tribu Yurok de California, Alaska Community Action on Toxics, el Center for Environmental Transformation y la Consumer Federation of America contra la EPA, alegando que la presencia continuada de decaBDE en el plástico negro y la consiguiente presencia en los vertederos supone un riesgo especial para el bienestar de los pueblos indígenas.

John Hocevar, director de la campaña de océanos de Greenpeace Estados Unidos, sostiene que la polémica sobre los plásticos negros es ilustrativa del fracaso del reciclado de plásticos en su conjunto. Sólo se recicla alrededor del 6% del plástico fabricado en Estados Unidos, y parte de ello se debe a que los productos de plástico no están diseñados para pasar eficazmente por el proceso de reciclado.

Estados Unidos es uno de los países que están negociando un tratado mundial sobre el plástico, cuyo objetivo es reducir la contaminación por este material. El tratado, explica Hocevar, podría abordar los plásticos con sustancias químicas nocivas o los productos de plástico difíciles de reciclar.

Mientras tanto, ¿deberíamos sustituir nuestros productos de plástico negro?

Turner asegura que aunque “no me gusta ser alarmista y decirle a todo el mundo que lo tire todo porque, por supuesto, no se va a poder reciclar. Pero si estuvieras pensando en salir a comprar cosas nuevas, yo evitaría las que son negras y de plástico”.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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