Los problemas de hígado relacionados con el consumo de suplementos están en alza: ¿por qué?

La industria de los suplementos está en auge, pero también lo están los graves problemas de salud relacionados con el consumo de estas píldoras y polvos. Esto es lo que los expertos dicen que hay que tener en cuenta.

Por Ali Pattillo
Publicado 17 feb 2025, 13:09 CET
Suplementos alimenticios

La industria de los suplementos está en auge con píldoras y polvos que prometen transformar la salud intestinal, acelerar el metabolismo e incluso ayudar a vivir más tiempo. Pero los suplementos no están regulados como otros medicamentos y algunos pueden ser perjudiciales.
 

Fotografía de Francesco Zerilli, Zerillimedia, SCIENCE PHOTO LIBRARY

En los últimos 30 años, nuestra relación con los suplementos se ha convertido en una auténtica obsesión, sobre todo en Estados Unidos, donde más de la mitad de los adultos toman suplementos para “tratar” casi todos los problemas de salud y trastornos psicológicos. Ciertos creadores de TikTok toman berberina para “acelerar” su metabolismo, otros famosos ingieren musgo marino para la salud intestinal y los biohackers, metformina para la longevidad. 

Los suplementos pueden parecer un atajo hacia un mejor estado de ánimo o un físico más esbelto, pero las nuevas pruebas sugieren que estos compuestos pueden perjudicar más que ayudar. En el último cuarto de siglo, la comunidad científica ha observado un marcado aumento de las lesiones y los fallos hepáticos relacionados con el consumo de suplementos. Otros pacientes también acuden a las clínicas con efectos secundarios menos graves, como cambios de humor, problemas gastrointestinales, fatiga, cálculos renales, caída del cabello e hipertensión.

Detrás de esta preocupante tendencia hay tres factores clave: el aumento de los suplementos que contienen compuestos especialmente tóxicos, las interacciones perjudiciales entre medicamentos y un fenómeno conocido como “megadosis”, es decir, tomar mucho más de lo recomendado.

“Todo el mundo busca la bala mágica y el elixir de la juventud, algo que sea muy fácil de tomar como pastilla para ralentizar el proceso de envejecimiento o prevenir enfermedades crónicas”, afirma JoAnn Manson, médico, epidemiólogo y endocrinólogo del Hospital Brigham and Women's de Massachusetts (Estados Unidos) y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard. 

El 84% de los consumidores confía en la seguridad y eficacia de estos productos. Sin embargo, la mayoría de las decenas de miles de suplementos que hay en el mercado no han sido sometidos a pruebas de eficacia o seguridad. “Es el Salvaje Oeste, así que el comprador debe tener cuidado”, advierte Manson.

Ojos amarillentos

La acumulación de bilirrubina en la sangre causada por daños hepáticos puede provocar ictericia o coloración amarillenta de la piel, las mucosas y los ojos. Los médicos atienden a pacientes con estos síntomas que pueden estar relacionados con el consumo de determinados suplementos.
 

Fotografía de Mid Essex Hospital Services NHS Trust, SCIENCE PHOTO LIBRARY

Los beneficios (limitados) de los suplementos

Durante miles de años, los seres humanos han utilizado productos botánicos, hierbas, plantas, minerales y metales para tratar enfermedades o mejorar el bienestar general.

Pero en los últimos años, las estanterías de las farmacias (y las redes sociales) se han llenado de ingredientes que antaño pertenecían al campo de la sabiduría ancestral o del boca a boca, a menudo en forma de comprimidos, cápsulas, cápsulas blandas, polvos, barritas, gominolas y líquidos.

"Tenemos una crisis mundial de enfermedades relacionadas con la dieta y la gente está realmente enferma, destrozada y sufriendo", afirma Dariush Mozaffarian, cardiólogo y decano de la Escuela Friedman de Ciencia y Política Nutricional de Tufts (en Massachusetts, EE. UU.).

Las encuestas a pacientes sugieren que el 52% de las personas en Estados Unidos siente que sus síntomas son "ignorados, descartados o no creídos" cuando buscan tratamiento médico. El sistema médico occidental tradicional "les está fallando", añade Mozaffarian, por lo que muchos recurren a la medicina natural "hágalo usted mismo", que a menudo incluye suplementos.

Para determinadas condiciones de salud, deficiencias y etapas de la vida, la suplementación específica puede ser beneficiosa. Las mujeres embarazadas toman ácido fólico para prevenir defectos congénitos, mientras que las personas mayores suelen beneficiarse de la vitamina B12 adicional. Se ha demostrado que el ácido omega-3 pueden contribuir a la salud del corazón y que los probióticos pueden aliviar el síndrome del intestino irritable.

Numerosos estudios respaldan estos usos, pero la mayoría de las demás afirmaciones no están a la altura de las circunstancias.

"No hay datos convincentes de que los suplementos de hierbas sean necesarios para mantener la salud en general", afirma Marwan Ghabril, hepatólogo y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana. "Resulta más complicado dar una respuesta única para todos los casos cuando lo que se pretende es tratar un malestar específico o una intención terapéutica".

Para la mayoría de la gente, tomar suplementos dietéticos comunes en la dosis recomendada es seguro y no plantea riesgos graves para la salud. Simplemente producirán "orina cara", afirma Mozaffarian.

Pero ciertos suplementos (y ciertas dosis) requieren especial precaución.

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    Imagen microscópica del hígado

    El hígado desempeña un papel clave en la desintoxicación de los residuos de la sangre y en el almacenamiento y metabolismo de las grasas. En esta imagen, los intrincados racimos de vasos sanguíneos del tejido hepático se ramifican a partir de los vasos principales. Esta red de vasos se infiltra en el tejido y lo irriga de sangre.
     

    Fotografía de Micrograph by Susumu Nishinaga, SCIENCE PHOTO LIBRARY

    Cuándo hay que tener cuidado con los suplementos

    A medida que la industria de los suplementos ha ido alcanzando sus actuales cotas meteóricas, también lo han hecho sus efectos secundarios: las estimaciones de 2022 sugieren que los suplementos pueden causar hasta el 43% de las lesiones hepáticas inducidas por fármacos en Estados Unidos y el 19% de los casos de insuficiencia hepática aguda inducida por fármacos (que son los que te colocan en la lista de trasplantes). Se trata de un aumento masivo, ocho veces superior, en 25 años.

    Los medios de comunicación han informado recientemente de pacientes que han terminado en urgencias con ojos amarillos, dolor abdominal y fatiga, todos síntomas de insuficiencia hepática relacionados con la ingesta de suplementos, incluso de marcas supuestamente “validadas clínicamente”.

    Algunos suplementos ya han sido relacionados con estos efectos, como el extracto de té verde, que suele encontrarse en suplementos para adelgazar o “potenciadores” del metabolismo; los suplementos de culturismo, a veces contaminados con esteroides anabolizantes; y los suplementos nutricionales con múltiples ingredientes utilizados para diversos fines, desde el crecimiento del cabello hasta la salud mental.

    Estos ingredientes son comunes: en 2024, los investigadores descubrieron que 15 millones de estadounidenses toman compuestos conocidos por ser tóxicos para el hígado: cúrcuma, ashwagandha, cohosh negro, garcinia cambogia, té verde y arroz de levadura roja.

    “Aunque las vitaminas y los minerales sencillos suelen estar bien, con algunas precauciones [la niacina puede ser hepatotóxica en dosis altas], yo evitaría todo lo que contenga hierbas o ingredientes botánicos”, dice Ghabril.

    Estos agentes nocivos afectan a la salud de múltiples maneras: El extracto de té verde puede inflamar el hígado, mientras que los suplementos diseñados para el culturismo pueden ralentizar o estancar el fluido biliar. Los suplementos con múltiples ingredientes son más difíciles de estudiar desde el punto de vista de la salud, ya que a los científicos les resulta complicado aislar sus componentes activos.

    Además, en la industria de los suplementos también es común el etiquetado incorrecto y la adulteración, lo que dificulta la identificación de los efectos secundarios. Los consumidores suelen mezclar suplementos con múltiples ingredientes bioactivos, a veces en dosis muy altas o con otros fármacos, mientras que los fabricantes cambian los ingredientes por otros más baratos para abaratar costes.

    En raras ocasiones, los análisis han llegado a revelar suplementos contaminados con metales pesados como el plomo y el arsénico, fármacos sintéticos, bacterias, levaduras y hongos, agentes que están relacionados con la demencia, las infecciones, los huesos frágiles y la apendicitis, sobre todo en ancianos o personas con la función inmunitaria comprometida.

    La megadosis, es decir, la ingesta de micronutrientes por encima de la cantidad recomendada en la dieta o más de lo aconsejado por el médico, también es arriesgada, sobre todo cuando el compuesto es liposoluble y se acumula en el organismo.

    “Cuando se trata de suplementos, más no significa necesariamente mejor”, dice Mozaffarian.

    Las dosis altas de vitaminas pueden interferir en los procesos normales del organismo, explica Mozaffarian, y provocar efectos secundarios como síntomas gastrointestinales, dolores de cabeza, palpitaciones o insomnio. Las mujeres pueden ser especialmente vulnerables a los efectos tóxicos de la megadosis debido a su menor tamaño corporal y a las diferencias en el metabolismo y la función inmunitaria.

    Y lo que es más importante, las reacciones también dependen de los genes o el sistema inmunitario de cada persona, explica Ghabril. El extracto de té verde puede ser totalmente inocuo para una persona y causar graves daños a otra.

    “Está claro que los suplementos dietéticos y a base de plantas pueden causar lesiones hepáticas, al igual que los medicamentos con receta”, afirma Ghabril. “Existe una clara necesidad insatisfecha para el bienestar y la seguridad de nuestra población en lo que respecta a su comercialización y uso”.

    (Relacionado: Estos dos suplementos vitamínicos podrían hacer más mal que bien)

    Cómo elegir el mejor suplemento

    ¿Cómo hemos llegado a esta situación? En primer lugar, al igual que pasa con los medicamentos de venta con o sin receta, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no regula los suplementos dietéticos. A diferencia de la algo más vigilada comercialización de suplementos alimenticios de España, en Estados Unidos, los fabricantes de suplementos no tienen que demostrar que sus productos son seguros o eficaces antes de introducirlos en el mercado. Eso significa que los consumidores no pueden estar seguros de qué es lo que contiene el frasco ni de cómo puede afectarles exactamente.

    “Es realmente lamentable que, en Estados Unidos, las empresas de suplementos puedan obtener millones de dólares de beneficios sin probar sus agentes”, afirma Mozaffarian. “Deberíamos exigirles que destinaran una parte de sus beneficios a demostrar que sus productos funcionan”.

    Con más de 80 000 productos únicos a la venta, es difícil distinguir los de alta y baja calidad. Manson y Ghabril recomiendan a los consumidores que recurran a recursos de confianza, como la Oficina de Suplementos Dietéticos de los NIH o la base de datos LiverTox.

    Si estás pensando en tomar suplementos, Manson, Ghabril y Mozaffarian sugieren primero hablar con tu médico, obtener los suplementos de un proveedor de confianza con pruebas de terceros, evitar la megadosis, comprobar las posibles interacciones entre medicamentos o contaminaciones. Y, por supuesto, no esperar que ocurra ningún milagro.

    “Los suplementos no pueden sustituir a una dieta equilibrada ni a un estilo de vida saludable, como el ejercicio y el sueño”, afirma Manson. 

    Y esa es, en última instancia, la verdadera clave para mejorar la salud. “La fórmula mágica para una vida larga y sana es bien conocida: una dieta sana de alimentos mínimamente procesados, sobre todo vegetales, mucho ejercicio, una buena rutina de sueño, poco estrés, evitar las drogas y, en definitiva, darle sentido a la vida”, dice Mozaffarian: “Necesitamos obtener nuestras vitaminas de los alimentos”.

    "Puede que estos principios básicos", añade, "no parezcan tan atractivos como un frasco de suplementos milagrosos, pero funcionan".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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