Descubierto un exoplaneta con una composición similar a la de Mercurio
Este hallazgo podría proporcionar indicios sobre la formación de Mercurio, un planeta rocoso cuya composición es motivo de debate entre los astrofísicos.
Un equipo de investigadores liderado por Alexandre Santerne, del CNRS francés, podría haber dado un paso adelante para desentrañar los misterios de la composición de Mercurio. El equipo internacional –en el que participa el investigador español David Barrado Navascúes, del Centro de Astrobiología (CAB/INTA-CSIC)– ha publicado un informe en la revista Nature Astronomy en el que revelan el hallazgo de un sistema planetario que orbita alrededor de la estrella K2-229.
Según detallan en el estudio, el planeta K2-229b tiene una composición similar a la de Mercurio, aunque esperaban que fuera más parecida a la de la Tierra, ya que su estrella es de tipo solar. Los investigadores proponen que este exoplaneta análogo de Mercurio se habría formado con una composición muy peculiar o habría evolucionado, por ejemplo, perdiendo parte de su manto.
Por ahora, saben que el sistema planetario cuenta con tres planetas: K2-229b, K2-229c y K2-229d. El K2-229b es el planeta más interior, orbita muy cerca de su estrella, parecida en temperatura y edad a nuestro Sol y su tamaño es el doble del de la Tierra. La temperatura en la superficie del planeta podría oscilar entre los 2.000 y los 700 grados centígrados.
Los misterios de Mercurio
Mercurio, un planeta rocoso en nuestro sistema solar, tiene una composición peculiar cuyo origen es motivo de debate en el mundo de la astrofísica. Tiene un 70 por ciento de núcleo metálico y un 30 por ciento de manto de silicato. Pero, en comparación, otros planetas rocosos como la Tierra, Venus, Marte y algunos planetas terrestres extrasolares tienen un porcentaje invertido: su composición suele ser un 30 por ciento de núcleo metálico y un 70 por ciento de manto de silicatos.
Para explicar la composición tan rica en metal de Mercurio se han propuesto varios supuestos de formación y evolución, como un gran impacto, la evaporación del manto o la pérdida del silicato. Los expertos todavía debaten estas hipótesis.
Dos hipótesis posibles
Según explicó Barrado al CSIC, la cercanía a su estrella «posiblemente provoque que su manto, la parte más externa del planeta, se volatilice y que se forme una atmósfera de vapores de silicatos».
Otra explicación para esta composición sería el impacto de asteroides « de manera análoga a lo que le sucedió a la Tierra cuando se formó la Luna», añadió el investigador.
Lo que nos desvelan los exoplanetas
El descubrimiento se ha llevado a cabo mediante el telescopio Kepler con el método de los tránsitos planetarios, es decir, cuando el planeta pasa frente a su estrella, bloqueando parte de su luz. El Kepler se lanzó en 2009 y su misión es buscar breves oscilaciones de la luz estelar provocadas por los planetas que se cruzan frente a su estrella. Cuando los científicos encuentran una señal como esa en los datos, pueden determinar el tamaño del planeta y la distancia a la que orbita de su estrella. (Este mismo mes, la NASA ha revelado que a Kepler le queda poco combustible y se espera que deje de operar en cuestión de meses.)
En la Tierra, los astrónomos emplearon el Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión (HARPS, por sus siglas en inglés), que se encuentra en el Observatorio Europeo Austral, en Chile. Con este instrumento han podido confirmar que los tres planetas del sistema son, de hecho, planetas.
Hasta la fecha, se han descubierto e identificado más de 3.500 exoplanetas. Los futuros descubrimientos de exoplanetas (en misiones como MESSENGER o BepiColombo) con composiciones similares a las de los integrantes de nuestro sistema solar podrían hacer avanzar la investigación sobre su origen, formación y evolución.