¿Por qué parece que esta enorme luna llena se cae del cielo?
Este vídeo grabado cerca del Teide es un gran ejemplo de cómo la ciencia puede jugar con la mente humana.
«Esta gente no está en peligro».
Así comienza la explicación de la NASA de un impresionante vídeo publicado el 1 de junio, que muestra una luna monstruosa aproximándose rápidamente a una docena de humanos que se encuentran sobre una colina. Con la misma rapidez, el amenazante orbe lunar empieza a hundirse tras la colina, dando la apariencia de que se está cayendo del cielo.
Quizá te preguntes por qué la NASA se emociona por un vídeo propio de una peli de ciencia ficción, o una ilusión creada con artimañas de edición. Pero no es así.
Daniel López, fotógrafo de las Islas Canarias, grabó esta escena la mañana del 30 de mayo desde el Teide, en Tenerife, capturando el paisaje sobrenatural a medida que salía el sol y la luna llena se ponía. (Esta luna llena en particular, la primera de su tipo en el mes de mayo, se conoce tradicionalmente como la Luna de las flores, la Luna del maíz o la Luna de la leche en varias culturas, por si te interesa.)
El vídeo resultante es real y no está modificado, y es también una ilustración perfecta de cómo la ciencia nos juega malas pasadas.
Para empezar, la razón de la enormidad aparente de la Luna es sorprendentemente simple. López usó una lente telefotográfica para capturar la escena, que puede comprimir en gran medida la distancia aparente entre los objetos en primer plano y los objetos en el fondo. Es un efecto muy habitual en las fotografías de ballenas en la costa californiana, que muchas veces parecen saltar del agua a apenas unos metros de la orilla.
En estas imágenes en particular, los minihumanos se encuentran sobre un volcán a unos 16 kilómetros de distancia. Nuestra compañera celestial se encuentra en realidad a unos 386.000 kilómetros tras ellos, posicionada de forma que su disco completamente iluminado enmarca de forma perfecta la cima del volcán.
Respecto a por qué la luna parece moverse tan rápidamente, ese es el resultado de la rotación terrestre y no un truco de la fotografía time-lapse o de un vídeo reproducido de forma acelerada.
Las piruetas perpetuas de la Tierra, que gira a aproximadamente 1.600 kilómetros por hora, suelen ser imperceptibles para quienes estamos en su superficie, excepto cuando miramos durante mucho tiempo los objetos en el firmamento o las sombras proyectadas sobre el suelo. De nuevo, la distancia extremadamente comprimida de estas imágenes ilustra el ritmo al que gira nuestro planeta y acentúa el tamaño del satélite terrestre.