Detectan un extraño cometa procedente de otro sistema estelar
El cometa, descubierto por un astrónomo aficionado, es el segundo objeto interestelar detectado hasta la fecha.
El 30 de agosto, en las horas previas al amanecer, un astrónomo aficionado ucraniano llamado Gennady Borisov avistó un cometa extraño atravesando nuestro sistema solar. Ahora, se ha verificado de forma provisional que el objeto, llamado C/2019 Q4 (Borisov), avanza demasiado rápido como para que lo capture la gravedad solar, una señal de que probablemente se trata de un visitante interestelar.
Si estos resultados se sostienen, C/2019 Q4 sería el segundo visitante procedente de otro sistema estelar detectado hasta la fecha, tras el descubrimiento de la enigmática roca espacial 'Oumuamua en 2017. Aunque sus orígenes son inciertos, se ha confirmado que C/2019 Q4 es un cometa. Los astrónomos ya han observado que el objeto —que probablemente mida unos 3,2 kilómetros de diámetro— tiene una coma o cabellera, el envoltorio difuso de polvo y gas que se forma cuando la luz solar calienta la superficie helada de un cometa.
Esto significa que los científicos podrán recopilar muchos más datos sobre su composición de los que recopilaron sobre 'Oumuamua. C/2019 Q4 es más grande y brillante, lo que ofrece más oportunidades de estudiar su luz y detectar pistas químicas. Es más, los astrónomos descubrieron 'Oumuamua cuando salía del sistema solar, pero C/2019 Q4 aún está entrando. Su acercamiento máximo al Sol se producirá el 7 de diciembre y su acercamiento máximo a la Tierra, a casi 290 millones de kilómetros, se producirá el 29 de diciembre.
«Se trata del primer objeto de gran actividad que hemos observado en su entrada y que se formó alrededor de otra estrella», afirma Michele Bannister, astrónoma de la Queen’s University en Belfast. Bannister añade que las observaciones de C/2019 Q4 no podrán analizarlo de veras hasta mediados de octubre, debido a su posición respecto a la cegadora luz solar. Pero más adelante, durante meses, los astrónomos volverán la vista hacia el cielo para tener la mejor perspectiva hasta la fecha de un visitante interestelar.
«Lo realmente fantástico es que será observable durante un año», afirma Matthew Holman, director interino del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, que publicó la verificación de la trayectoria del C/2019 Q4 por el espacio la tarde del miércoles.
«Hemos logrado ver un pedacito de otro sistema solar y sin saber necesariamente de cuál procede. Es emocionante», añade.
Muy excéntrico
Borisov, un cazador de cometas veterano, descubrió C/2019 Q4 durante sus observaciones en el Observatorio Astrofísico de Crimea en el bajo horizonte nordeste, en una franja del firmamento cerca de la constelación Géminis. Los astrónomos suelen evitar observar estas partes «brillantes» del cielo cerca del horizonte, ya que cuesta verlas y pueden dañar las lentes sensibles de los telescopios.
Las primeras noticias del hallazgo de Borisov generaron un gran alboroto entre los astrónomos. Quanzhi Ye, de la Universidad de Maryland, supo del cometa el domingo, cuando un colega comentó la rara trayectoria orbital del objeto en un correo grupal. Ye también se dio cuenta de que Scout, un servicio de rastreo de cometas y asteroides dirigido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, calculaba que el objeto no parecía tener una órbita circular ni elíptica.
A Ye le fascinó uno de los parámetros orbitales del cometa: su excentricidad. Si la excentricidad orbital es cero, el objeto traza un círculo perfecto alrededor de su estrella. Cuanto más elongada y estrecha es la órbita, más se acerca la excentricidad a uno. Si un objeto de nuestro sistema solar tiene una excentricidad superior a uno, el objeto tiene una trayectoria con forma de arco y se trata de una visita puntual. El Centro de Planetas Menores afirma que la excentricidad de C/2019 Q4 es superior a tres.
Según Ye, es improbable que C/2019 Q4 se formara en el límite de sistema solar y que, de algún modo, fuera empujado hacia una trayectoria de escape. Para obtener este tipo de impulso, el cometa tendría que acercarse a un objeto lo bastante grande como para alterar su curso, como un planeta. Pero hasta donde saben los astrónomos, C/2019 Q4 no podría haberse acercado a los planetas de nuestro sistema solar. Las órbitas de los planetas alrededor del Sol se alinean, más o menos, sobre el mismo plano, pero C/2019 Q4 parece estar cayendo en picado por el sistema solar en un ángulo de 44 grados.
«Por eso afirmamos que las perturbaciones gravitatorias son casi imposibles», afirma Ye.
Hora de usar telescopios
Los astrónomos estiman que, en cualquier momento dado, hay un cometa o asteroide interestelar en algún punto de la órbita de Marte y unos 10 000 en la órbita de Neptuno, pero estos objetos son diminutos y muy tenues, lo que prácticamente imposibilita su observación.
'Oumuamua, el primer visitante interestelar detectado en nuestro sistema solar, lo atravesó en el otoño de 2017. Los astrónomos no avistaron el extraño objeto hasta que se disponía a salir del sistema solar, a una velocidad de casi 158 000 kilómetros por hora. Pero en el poco tiempo que tuvieron, científicos de todo el mundo apuntaron sus telescopios hacia el objeto y lograron sacar bastante información de este fragmento de desechos cósmicos.
Aunque el objeto distante solo parecía un puntito de luz en los mejores telescopios, su intenso oscurecimiento e iluminación cada pocas horas sugería que era alargado y que daba vueltas al atravesar nuestro sistema solar. Los astrónomos estiman que el objeto medía entre 180 y 400 metros de largo, pero solo 40 de ancho, por lo que este cuerpo rocoso se habría parecido a un lápiz.
Y lo más curioso: 'Oumuamua no se desplazaba al mismo ritmo. Tras rodear el Sol a principios de 2018, se aceleró de forma inesperada. Enseguida se especuló sobre la posible causa. Los profesores de Harvard Shmuel Bialy y Abraham Loeb plantearon una idea sobrenatural: quizá se trataba de una nave espacial enviada por una civilización extraterrestre que empleaba una vela solar.
Sin embargo, es casi seguro que existe una explicación más terrenal. Según otra investigación, los respiraderos en la superficie del objeto podrían haber liberado chorros de gas que lo propulsaron, un sprint en su actividad demasiado tenue para que lo captaran nuestros telescopios. 'Oumuamua también podría haber sido un cúmulo de hielos porosos lo bastante ligero para que la luz solar le diera un empujón.
'Oumuamua dejó muchos misterios a su paso que quizá nunca podamos resolver, por eso la oportunidad de estudiar C/2019 Q4 en mayor detalle ha entusiasmado a los astrónomos. Cuando le preguntamos por correo qué opinaba de la verificación del Centro de Planetas Menores, Ye respondió: «Síiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡es hora de usar telescopios!».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.