Con el descubrimiento de 20 nuevas lunas, Saturno bate un récord del sistema solar

Sumando los nuevos satélites, Saturno supera a Júpiter como planeta con más lunas conocidas del sistema solar.

Por Michael Greshko
Publicado 8 oct 2019, 14:33 CEST
Saturno
En octubre de 2016, la sonda Cassini de la NASA sacó sus últimas imágenes de Saturno y sus numerosos anillos. Casi tres años después, se ha anunciado el hallazgo de 20 pequeñas lunas orbitando Saturno, con lo que el planeta asciende a un total de 82.
Fotografía de NASA, JPL Cal-tech, Space Science Institute

Aunque Júpiter sea el rey del sistema solar, Saturno tiene un séquito más numeroso: un equipo de astrónomos ha anunciado el descubrimiento de 20 nuevas lunas alrededor de Saturno, con lo que la cifra de satélites del planeta asciende a 82, batiendo el récord entre los planetas del sistema solar. Este avance llega poco más de un año después de que se anunciara el descubrimiento de 12 nuevas lunas orbitando alrededor de Júpiter, pero con los últimos hallazgos la comitiva de Saturno supera los 79 satélites naturales conocidos de Júpiter.

En su conjuto, estos grupos de lunas relativamente pequeñas podrían ayudar a los astrónomos a comprender mejor las numerosas colisiones que se produjeron en el sistema solar primitivo y podrían aportar nuevos objetivos de sobrevuelo para futuras misiones a los gigantes gaseosos.

«Uno de los aspectos más emocionantes de estos satélites exteriores es que siempre hay misiones en marcha», cuenta Scott Sheppard, astrónomo del Instituto Carnegie de Ciencia y codescubridor de las nuevas lunas de ambos planetas. En la actualidad se están preparando tres misiones a Júpiter y Saturno: la Europa Clipper de la NASA, la misión Dragonfly de la NASA y la misión JUICE de la Agencia Espacial Europea.

«Ahora hay tantas lunas que es casi seguro que una de ellas estará cerca del punto de entrada de la sonda en el entorno de Júpiter o Saturno», explica Sheppard.

¿Agentes del caos?

Los diámetros de las nuevas lunas de Saturno miden casi cinco kilómetros. Son tan tenues que se hallan casi en el límite de detección del telescopio Subaru, situado sobre el volcán hawaiano Mauna Kea y que se ha empleado en la detección.

Por eso este descubrimiento ha sido el producto de más de una década de trabajo. Entre 2004 y 2007, Sheppard y sus colegas emplearon el Subaru para observar de cerca el área circundante de Saturno en busca de satélites no descubiertos. Aunque detectaron algunos puntos de luz intrigantes, les costó demostrar que orbitaban Saturno.

«[Este tema] siempre estaba presente en mi subconsciente», afirma Sheppard. Pero ahora, las nuevas técnicas informáticas han facilitado el análisis de varios años de imágenes de telescopios y del hallazgo de vínculos entre ellas. Cuando Sheppard revisó los datos, las imágenes confirmaron 20 puntos de luz que trazaban órbitas alrededor de Saturno.

Diecisiete de estas nuevas lunas orbitan en la dirección opuesta a la rotación de Saturno. Cada uno de estos satélites «retrógrados» tarda más de tres años en completar una órbita. Las tres lunas restantes orbitan Saturno en la misma dirección en la que rota el planeta. Dos de estos satélites «prógrados» tardan casi dos años dar una vuelta completa al planeta; por su parte, el tercero tarda más de tres años.

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    Nuevo satélite prógrado
    Imágenes del descubrimiento del nuevo satélite prógrado de Saturno, que ha recibido el nombre provisional de S/2004 S24. Las imágenes se sacaron con el telescopio Subaru, con casi una hora de diferencia entre cada imagen. La nueva luna, destacada con una franja naranja, se desplaza frente al fondo de galaxias y estrellas estáticas.
    Fotografía de Scott S. Sheppard

    Estas nuevas lunas se clasifican en grupos ya conocidos de satélites saturnianos, cada uno con el nombre de gigantes mitológicos. Basándose en las direcciones orbitales, las distancias desde Saturno y las inclinaciones de las órbitas en relación a Saturno, los satélites retrógrados se incluyen en el grupo Nórdico. Los dos satélites prógrados más cercanos forman parte del grupo Inuit, mientras que el más distante podría clasificarse en la agrupación Gálica.

    Sheppard y sus colegas creen que cada uno de estos cúmulos lunares se formó a partir de un cuerpo originario que Saturno capturó en los primeros días del sistema solar. A continuación, como si de coches de choque celestes se tratara, las colisiones rompieron los cuerpos originarios con el paso del tiempo y dieron lugar a las lunas fragmentadas que se observan hoy en día.

    «Creemos que estas lunas nos muestran lo caótico que era el sistema solar en el pasado distante», afirma Sheppard. «Todo chocaba con todo y estas lunas son los restos de ese proceso».

    Por ahora, ninguna de las 20 lunas tiene nombre oficial. Sheppard y sus colegas han invitado al público a proponer nombres en un concurso que finalizará el 6 de diciembre.

    «Un sueño hecho realidad»

    Los telescopios de la siguiente generación, como el Telescopio Gigante de Magallanes que se está construyendo en Chile, probablemente hallarán más lunas dando vueltas alrededor de los gigantes gaseosos del sistema solar. Sheppard afirma que hoy en día los mejores telescopios son incapaces de detectar lunas alrededor de Júpiter que midan menos de 1,6 kilómetros de diámetro o satélites saturnianos de menos de cinco kilómetros de diámetro. Podría haber objetos aún más grandes alrededor de Urano y Neptuno.

    «Son tan lejanos que solo conocemos los límites de Urano hasta un tamaño de 32 kilómetros o Neptuno hasta un tamaño de 48 kilómetros», explica Sheppard.

    Saturno 101

    Si hay objetos más pequeños y distantes aguardando ser descubiertos, Sheppard está preparado para asumir ese reto. Con el astrónomo Chad Trujillo, Sheppard codescubrió un objeto extremadamente distante con una órbita que podría estar vinculada a un «Planeta Nueve» invisible en las profundidades de los límites del sistema solar. En 2018, codescubrió el objeto más distante observado en el sistema solar, una masa congelada llamada Farout que está cientos de veces más lejos que la Tierra del Sol. Meses después, sus colegas y él batieron su propio récord cuando descubrieron un objeto aún más distante, llamado Farfarout.

    El descubrimiento de las lunas por parte de Sheppard tienen un matiz más personal. A los 12 años, recibía una revista de ciencia infantil que clasificaba todos los planetas y las lunas y colgaba las páginas en las paredes de su habitación.

    «Ser capaz de llenar aún más ese diagrama es un sueño hecho realidad», cuenta.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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