¿Qué hace falta para ser astronauta? Esto dice la NASA
La próxima promoción de astronautas se seleccionará de entre miles de candidatos. Algunos de ellos podrían llegar a la Luna o ser los primeros en pisar Marte.
La directora de selección de astronautas de la NASA Anne Roemer junto a la promoción de candidatos a astronautas más reciente, seleccionada en 2017 de entre más de 18 000 solicitantes. La promoción de 2017 se graduó este año.
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Los próximos viajeros espaciales de la NASA se disputan ese puesto de trabajo con miles de personas. En marzo, durante un plazo breve, 12 040 personas solicitaron formar parte de la próxima promoción de astronautas de la agencia espacial.
La primera ronda de entrevistas, programada originalmente para finales de septiembre o principios de octubre, se ha pospuesto hasta la próxima primavera por la pandemia, explica Anne Roemer, directora de selección de astronautas de la NASA. «Ahora tenemos más tiempo para estudiar las solicitudes».
Incluso sin una pandemia, elegir a los viajeros espaciales profesionales de la NASA no es un proceso sencillo. Los astronautas tienen que ser disciplinados pero flexibles, audaces pero seguros, capaces de dirigir y seguir. Deben poseer cierto je ne sais quoi, en otras palabras, «lo que hay que tener».
Para encontrar a los candidatos óptimos, Roemer y un grupo de astronautas examinan a miles de solicitantes para identificar a una docena, más o menos, que posea la mezcla adecuada de características y experiencias para unirse al que podría ser el cuerpo oficial más exclusivo del planeta Tierra. Una de las personas que elijan podría ser el primer humano que pise Marte.
Roemer ha hablado con National Geographic sobre cómo la NASA elige a sus astronautas, qué busca en los candidatos y qué piensa sobre viajar en la flota actual de cápsulas espaciales. Esta entrevista ha sido editada para hacerla más concisa y clara.
¿Cuántas personas crees que seleccionarás para la siguiente promoción de astronautas?
Siempre dejamos cierto margen de maniobra para poder tener en cuenta las bajas; quién abandona la oficina de astronautas, quién se jubila, quién nos dice que quizá no quiera volver a volar, etcétera. Yo diría que empezamos con una estimación aproximada de ocho a 12 personas, y cuanto más retrasamos la toma de decisiones, más se acerca ese número a 12.
¿Cómo es el proceso de selección?
Empezamos revisando las solicitudes escritas y esa es nuestra primera impresión de cada solicitante. Después comprobamos las referencias a medida que vamos reduciendo el número. Al final, invitamos a unos 120 candidatos a la primera ronda de entrevistas. Empezamos con unos análisis de aptitudes y pruebas médicas básicas, y después invitamos a entre 40 y 60 personas a la segunda ronda de entrevistas.
Durante la segunda ronda, pasan casi una semana con nosotros. Hacemos ejercicios de trabajo en equipo, ejercicios de rendimiento individual y varias pruebas más para evaluar si poseen las competencias que buscamos en un buen astronauta.
Esta vez, los criterios de solicitud han sido diferentes. ¿Qué ha cambiado y por qué?
En el último ciclo de selección recibimos más de 18 000 solicitudes. Este año, tener un máster es un requisito obligatorio. Siempre dijimos era preferible tener un máster, pero [esta vez] hemos sido más explícitos, porque en nuestras últimas promociones no habíamos seleccionado a nadie que solo tuviera un grado universitario.
¿Qué ayuda a los solicitantes a destacar cuando revisas 12 000 solicitudes?
Solemos centrarnos en la experiencia operativa en situaciones en las que tengan que tomar decisiones en tiempo real en un entorno en el que hay mucho estrés. No todo el mundo tiene experiencia operativa en su trabajo cotidiano, pero hay formas de conseguirla. Vemos a mucha gente que va a la Antártida o que se dedica a los rescates en zonas remotas. Mucha gente decide sacarse la licencia de piloto privado. La experiencia trabajando en equipo y la experiencia de liderazgo en el currículo también es importante.
Y después, la verdad, yo diría que a veces cuando revisas muchos currículos lo que te llama la atención son las cosas únicas. Ofrecemos a los solicitantes una sección para que nos hablen de sus aficiones e intereses, y hay gente que ha hecho de todo, ya sea correr 25 maratones o completar 300 inmersiones de buceo.
¿Cuáles son las aficiones más memorables que has visto?
Mucha gente trata de conseguir hitos atléticos en deportes de alto riesgo. Algunos tienen aficiones en las bellas artes, además de ser muy científicos y del campo de las CTIM.
He visto un poco de todo. Pero probablemente uno de mis currículos favoritos —antes de aplicar cualquier tipo de medidas de preselección— fue una solicitud de escritura creativa. Se habían graduado por Hogwarts. Y su primer trabajo fue en la SNASA, que era la «Secret NASA».
¿Cuáles son las características personales que buscáis?
Las aptitudes interpersonales son fundamentales: capacidad para trabajar en equipo, para seguir a un líder, para comunicarse. No solo en situaciones idóneas, sino ¿cómo se comunican con los demás cuando están bajo presión? Estamos buscando todo eso. Creo que cuando hablas con otros astronautas que han volado y después se sientan en la junta, resumen todo eso en una pregunta: ¿querría yo volar con esta persona?
Cuando pensamos en las misiones a la Luna y en nuestra meta de llegar a Marte hablamos de una misión de larga duración. Así que creo que sopesan si podrían estar encerrados en una lata metálica con esta persona y sentirse a salvo, en buenas manos y preparados para llevarse bien y tener una relación cortés con esa persona.
¿Qué características ayudan a alguien a estar preparado para misiones de larga duración?
Creo que, en general, es la pasión. Hay mucha gente que tiene experiencia en entornos extremos y trabaja bien en equipo, pero también podría sobrevivir y rendir a nivel individual si fuera necesario. Creo que es un poco de todo.
Hay veces, como en una emergencia, en las que quizá tengan que estar al mando y dando órdenes e imponiendo respeto. En otras ocasiones, tendrán que seguir las órdenes que envíe el control de misión. Hay que saber cómo modular ese conjunto de destrezas y quizá hasta la personalidad propia para estar preparado para lo que se necesite en cada ocasión.
¿Te dice el equipo que elige las tripulaciones de las misiones si hay algún vacío o laguna específico que intenten llenar cuando escogen a la próxima promoción?
Sí, en la medida de lo posible. Un ejemplo son los pilotos. Aunque no volemos en el transbordador, los astronautas aún dependen mucho del avión T-38 como vehículo de entrenamiento. Así que hay un gran deseo de tener a varios astronautas pilotos que puedan volar con otros miembros de la tripulación.
¿Alguna vez buscáis un tipo específico de experiencia en ciencia o ingeniería?
Si volvemos a las misiones planetarias o en superficie, quizá. En la era Apolo sabían que querían enviar a un geólogo a la superficie lunar. Así que creo que esa siempre es una posibilidad.
Con la mayor variedad de naves espaciales en las que podrían volar los astronautas, ¿elegís a la gente con criterios diferentes a cuando todos volaban en el mismo tipo de vehículo?
La verdad es que no. Desde el punto de vista de la selección, ha abierto un poco la ventana en lo referente a la antropometría. Si solo voláramos en Soyuz [la cápsula espacial rusa], habría limitaciones de altura y peso muy estrictas, como la longitud entre la cadera y la rodilla de los astronautas. Si son demasiado altos, pueden pulsar botones que no deberían pulsar por accidente. Así que esto, contar con varios vehículos de nuevo, ha abierto la puerta desde la perspectiva de la altura y el peso.
Pues no había pensado en eso.
Sí, la Soyuz probablemente sea la más restrictiva. No sé si has visto una por dentro, pero no me metería en una ni aunque me dieran un millón de dólares.
¿Te meterías personalmente en una cápsula Dragon de SpaceX ahora que las vuelan con una tripulación a bordo?
Comparada con la Soyuz, parece bastante espaciosa. Es un poco claustrofóbica, así que prefiero quedarme en tierra y poder abrir la ventana y salir cuando quiera. Estoy contenta en la Tierra.
Cuando estudias a los solicitantes, ¿piensas en que podrían ser los primeros humanos en Marte? ¿O están ya esas personas en el cuerpo de astronautas?
Pues puede que ambas. Estamos pensando en regresar a la Luna para 2024 y eso lo hará alguien que ya forma parte de él. Creo que todos esperamos que alguien de la última promoción o de esta próxima promoción sea la primera persona en Marte.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.