Un objeto misterioso bloqueó una estrella gigante durante 200 días
Algo enorme y opaco hizo que una estrella de nuestra galaxia se atenuara y los astrónomos tienen dificultades para explicar el fenómeno.
Una representación artística muestra la estrella VVV-WIT-08, que desapareció misteriosamente durante la primera mitad de 2012.
Las estrellas pueden titilar, pero no desaparecen sin más, así que cuando una estrella gigante y lejana desapareció durante unos 200 días, supuso una sorpresa para los astrónomos.
Ahora, casi una década después, los astrónomos están barajando una serie de explicaciones posibles y todavía no tienen ni idea de qué fue responsable de la desaparición de casi toda la luz de la estrella.
Algunas de las teorías que aún están sobre la mesa, descritas en un nuevo estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se basan en fenómenos no observados, como un disco oscuro de material que orbita alrededor de un agujero negro cercano o estrellas acompañantes que no se han descubierto y están envueltas de polvo. Sin embargo, tras 17 años de observaciones, la estrella solo se ha oscurecido una vez, en 2012, lo que dificulta la tarea de determinar un culpable plausible.
Está claro que el objeto que eclipsó a la estrella distante es enorme, mucho más grande que la propia estrella. También parecía ser totalmente opaco, bloqueando gran parte de la luz de la estrella, y parecía tener un borde duro.
«El grado de descenso del brillo es impresionante», afirma Emily Levesque, de la Universidad de Washington, que estudia estrellas masivas y no participó en las observaciones. «Será genial ver más observaciones de esta estrella, de lo que sea que haya causado esto, para reconstruir cómo ha sucedido algo así».
Estrellas gigantes que actúan de forma extraña
La galaxia está llena de estrellas que se comportan de forma extraña y el brillo de muchas fluctúa de forma natural. Una de estas estrellas variables, llamada Betelgeuse, se oscureció drásticamente en 2019, provocando la especulación de que podría estar a punto de explotar. (No lo hizo.) Esta supergigante roja en el hombro de Orión recuperó su brillo habitual y ahora los astrónomos atribuyen este oscurecimiento a un punto frío en su hemisferio sur y a una nube de polvo.
En 2015, los astrónomos observaron una estrella que parpadeaba de forma tan extraña que algunos científicos consideraron la posibilidad de que su luz estuviera siendo bloqueada por una megaestructura alienígena en su órbita. El atractivo de las tecnologías alienígenas hizo que la estrella —conocida como estrella de Tabby— saltara a la fama durante años, pero observaciones de 2018 revelaron que el culpable era el simple polvo.
Esta estrella que se apagó durante la primera mitad de 2012 también es intrigante.
«Es inusual que el brillo de una estrella disminuya tanto y durante tanto tiempo, y me llamó la atención enseguida», dice Leigh Smith, autor del estudio y astrónomo de la Universidad de Cambridge.
Smith descubrió el extraño eclipse mientras examinaba los datos del estudio VISTA Variables in the Via Lactea, o VVV. Este proyecto observa el cielo austral en busca de estrellas variables en el disco de la galaxia.
Debido a la observación, la estrella fue clasificada en una categoría especial: WIT, las siglas en inglés de «¿Qué es esto?» y que los astrónomos del proyecto VVV utilizan para clasificar objetos curiosos. La estrella pasó a llamarse VVV-WIT-08 y el equipo la marcó para realizar observaciones de seguimiento. Basándose en observaciones preliminares, calcularon que la estrella se encontraba a 25 000 años luz en dirección al vértice galáctico y que era una estrella gigante de 8000 millones de años, unas 100 veces mayor que nuestro sol, pero con temperaturas más bajas.
Durante la primera mitad de 2012, la estrella desapareció casi por completo, perdiendo el 97 por ciento de su brillo. Los datos sugirieron que el objeto que había provocado esa atenuación tan precipitada era opaco y había oscurecido uniformemente todas las longitudes de onda de luz visible e infrarroja durante todo el eclipse.
«Es muy difícil de entender», dice Jason Wright, de la Universidad Estatal de Pensilvania, que no participó en las observaciones. «Es algo más grande que la estrella y es completamente opaco, y no hay muchas cosas que hagan eso».
Las investigaciones de seguimiento emplearon datos de la sonda Gaia de la Agencia Espacial Europea y un estudio terrestre llamado OGLE para obtener más información sobre la estrella. Pero a medida que aumentaban las observaciones, también aumentaban las preguntas. Se volvió más difícil determinar el tamaño y la distancia exactos de la estrella, y su movimiento a través del espacio parecía peculiar: VVV-WIT-08 parecía estar viajando lo bastante rápido como para salir de la Vía Láctea.
«Está muy por encima de lo que cabría esperar en esta dirección», afirma Smith. «Así que aquí hay algo que no va del todo bien, algo que está mal en nuestras hipótesis».
Una explicación esquiva
Atónitos por las insólitas características de la estrella, Smith y sus colegas empezaron a tratar de explicar el fenómeno. Tuvieron en cuenta los cambios del brillo que se originan en las pulsaciones o espasmos dentro de la propia estrella, un comportamiento que es bastante habitual, pero que no ocurre de forma tan drástica en estrellas como VVV-WIT-08. Los científicos también descartaron la idea de que el eclipse pudiera explicarse por una alineación fortuita con un objeto oscuro más cercano a la Tierra que simplemente se interpusiera en el camino de la luz, como una estrella tenue y envuelta en polvo.
«Necesitaríamos una gran cantidad de estos objetos oscuros flotantes», afirma Smith. «Es una hipótesis bastante improbable: deberíamos haber visto muchos más objetos de este tipo cerca».
Wright y otros creen que es más probable que lo que haya ocultado la VVV-WIT-08 esté ligado gravitacionalmente a la estrella. Según los autores, si eso es verdad, tal vez la mejor explicación sea un enorme disco de restos polvorientos que gira alrededor de una estrella en órbita. Ya existen sistemas como este, como ε Aurigae, donde cada 27 años una estrella supergigante es eclipsada parcialmente por una estrella gigante envuelta en polvo.
Pero el polvo filtra la luz, dejando pasar las longitudes de onda más largas y rojas, que no es lo que indican estas observaciones. Además, normalmente los discos de desechos van disminuyendo, en lugar de tener bordes definidos, aunque Wright señala que las pequeñas lunas crean huecos en los anillos de Saturno que tienen bordes definidos.
Tampoco está claro qué tipo de objeto acompañante podría estar en órbita con la VV-WIT-08. El equipo se planteó diversas posibilidades, como las estrellas de secuencia principal y los cuerpos estelares densos, como las enanas blancas, pero los discos que suelen formarse alrededor de esas estrellas no explican completamente las observaciones.
Otra explicación posible es que haya un agujero negro en órbita rodeado por un anillo de desechos oscuro y denso, algo que los astrónomos creen que debería existir, pero que nunca se ha observado. También es posible que un objeto en órbita esté extrayendo el polvo que oscurece la estrella, pero eso no explicaría del todo las observaciones.
Con todo, Levesque dice que concentrarse en el polvo del sistema tiene sentido, ya que los astrónomos prevén que las estrellas gigantes en evolución desprenden material que acaba en la órbita, aunque dichos sistemas no sean exactamente iguales que este.
«No es demasiado extraño; es el tipo de cosa que cabe esperar», dice. «Pero el polvo no parecería tan pulcro y sin duda entrañaría algo muy inusual sobre la distribución de ese polvo».
Y aunque puede resultar tentador preguntarse si algún tipo de megaestructura extraterrestre podría haber volado frente a la estrella, Wright afirma que dicha hipótesis no se está considerando de forma seria por ahora.
«En este momento es algo prematuro», afirma. «Hay mucho sobre esta estrella que aún no sabemos».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.