¿Cómo afectarán a la Tierra los cambios en la actividad del Sol?
Aunque los astrofísicos están de acuerdo en que el nuevo ciclo solar ha comenzado, su intensidad es aún motivo de debate. ¿Caminamos hacia un nuevo mínimo solar o hacia un pico de actividad sin precedentes?
El generador de imágenes ultravioleta solar a bordo del GOES-East capturó esta imagen del Sol en un período de mínimo solar el 15 de diciembre de 2019.
Aunque es una constante en nuestra vida y el germen de ella, el Sol que baña de luz y calor el planeta Tierra oculta grandes misterios que aún no hemos logrado comprender. Hasta ahora, sabemos que la actividad magnética del Sol se manifiesta oscilando entre sus mínimos y máximos a lo largo de un ciclo de once años. Sin embargo, incluso esos ciclos podrían estar cambiando sus patrones o superponiéndose y la comunidad científica no encuentra consenso al respecto.
“Aunque es más probable que se produzcan tormentas solares de pequeña y mediana magnitud durante los picos de actividad solar, es importante recordar que las grandes emisiones y eyecciones de masa coronal pueden tener lugar en cualquier momento, con independencia del punto en el ciclo solar en que nos encontremos o la intensidad que alcance el ciclo”, explica Juha-Pekka Luntama, responsable de la Oficina de Meteorología Espacial en la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Desde los albores de la astronomía moderna, las evidencias de los cambios en la actividad solar han supuesto un desafío para la ciencia: la variación periódica de su actividad ha generado gran interés desde que fue detectada por primera vez.
Desde hace más de una década, los científicos auguraban un cambio en la actividad solar: nuestro gran astro se acercaba al letargo en su ciclo 24, un período de baja actividad solar llamado mínimo solar. Este período ha sido comparado con el mínimo solar más marcado de la historia, que se produjo entre 1645 y 1715 y se conoce como Mínimo de Maunder. Estos 70 años fueron bautizados como la pequeña Edad de Hielo en Europa, la etapa más fría que se ha conocido.
Tras este período, el pasado mes de octubre nuestro astro rey entraba en un período diferente. Sin embargo, aunque los astrofísicos están de acuerdo en que el nuevo ciclo solar ha comenzado, su intensidad es aún motivo de debate.
¿Qué es un ciclo solar?
A pesar de que aún no se comprende bien este fenómeno, el campo magnético del sol aumenta y disminuye por períodos; crece hasta un máximo y luego se vuelve a debilitar hasta alcanzar un mínimo en su actividad.
Cuando este nivel de magnetismo está cerca de su máximo, comienza a haber mucha actividad en su superficie traducida en erupciones solares, eyecciones y manchas. Tras este máximo, esa actividad decrece durante otro periodo hasta que vuelve a aumentar, y así sucesivamente.
Por ello, los astrónomos buscan determinar el inicio de estos períodos en los que cambia el campo magnético del Sol, para así poder prever las posibles amenazas de las tormentas solares para la Tierra.
¿Rumbo a un punto de inflexión solar?
Basándose en un mayor número de manchas solares, fulguraciones o eyecciones de plasma magnetizado provenientes de su superficie, los expertos del Panel de Predicción del Ciclo Solar 25 de la NASA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), anunciaron un nuevo ciclo solar. Según sus predicciones, el ciclo 25 -desde el año 1755 que comenzaron los registros -, sería un período de actividad débil similar al anterior.
“La rapidez con que aumenta la actividad solar es un indicador de la intensidad del ciclo solar”, afirma en un comunicado de la NOAA Doug Biesecker, copresidente del panel y físico solar del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA. "Aunque hemos visto un aumento constante en la actividad de las manchas solares este año, es lento".
Las predicciones de este panel de expertos confían en que el ciclo solar 25 romperá la inercia al debilitamiento de la actividad solar observada en los últimos cuatro ciclos. "Predecimos que la disminución en la amplitud del ciclo solar, visto desde los ciclos 21 al 24, ha llegado a su fin", dijo Lisa Upton, copresidenta del panel y física solar de Space Systems Research Corp. “Esto indica que nos estamos acercando a un mínimo de tipo Maunder en la actividad solar".
Representación artística del observatorio de seguimiento del clima espacial L-1 de la NOAA.
Sin embargo, un estudio del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de Estados Unidos contradijo esas previsiones y afirmó que el ciclo 25 sería uno de los ciclos más intensos conocidos hasta ahora. El pasado mayo afirmaron que el ciclo solar se está intensificando, lo que ofrece a las sondas espaciales una oportunidad sin precedentes de desentrañar los misterios del Sol.
Según afirmó el subdirector del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, Scott Mcintosh, en sus redes sociales, la predicción de un ciclo actual débil se desviaría por completo de lo que muestran los datos. Si la teoría de su estudio llegase a tomar forma, es posible que los próximos años de actividad solar traigan consigo grandes tormentas y llamaradas que podrían causar daños en nuestros sistemas de comunicaciones y nuestra tecnología.
¿Cómo afecta a la Tierra el campo magnético del Sol?
En 1850, un desvío diario inexplicable en las agujas de las brújulas se relacionó con el promedio de manchas halladas en el Sol. El astrónomo inglés John Herschel, desconcertado por la idea del magnetismo del Sol, afirmó en una carta a Michael Faraday, que en aquel momento experimentaba con la electricidad y el magnetismo: "A menos que todo esto fuere prematuro, nos hallamos al borde de un enorme descubrimiento cósmico, sin parangón con nada de lo imaginado hasta ahora".
Desde entonces, los astrofísicos estudian desde sus telescopios la actividad del astro rey para tratar de prever cómo responderá el clima terrestre y nuestro sistema eléctrico a este fenómeno. “Desde hace más de siglo y medio se sabe que el Sol es capaz de transmitir a través del espacio energía electromagnética que puede afectar a la tecnología en la Tierra”, afirma en un comunicado la ESA.
Su campo magnético rodea el conjunto del sistema solar en una burbuja gigante llamada heliosfera. Los cambios en el plasma que se halla en su interior afectan a los planetas, dando lugar a las auroras y provocando interferencias en nuestros equipos tecnológicos. “Aun así, todavía no entendemos bien la manera en que este campo magnético se genera dentro del Sol”, afirma la ESA.
De hecho, el pasado mes de julio, un equipo de investigadores españoles del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicó un nuevo estudio en la revista Astrophysical Journal Letters sobre el hallazgo de evidencias que sugieren que el efecto marea de los planetas podría afectar a la actividad magnética del Sol.
Cuando el sol lanza una poderosa llamarada hacia la Tierra, aproximadamente cada 25 años, su energía electromagnética golpea nuestra atmósfera a la velocidad de la luz. Esa energía altera nuestros satélites, los sistemas de GPS, las frecuencias de radio, los sistemas de comunicación, las centrales eléctricas o la seguridad en los sistemas de los aviones.
“A medida que aumente nuestra dependencia cotidiana de las tecnologías, y especialmente de los satélites, vamos a tener que entender el modo en que el Sol puede afectarlas para así poder construir sistemas fiables”, alerta la ESA.