¿Piscina? ¿Cine? ¿Restaurantes?: Planea un verano divertido y seguro para los niños
Los expertos en salud pública opinan sobre cómo planificar actividades de verano para niños de forma segura.
Un niño lleva una mascarilla en Coney Island después de que Nueva York decidiera abrir las playas, aunque no está permitido bañarse.
Kristy Cruz y su marido acaban de darles la noticia a sus hijos —de 16, 12 y 10 años— de que la gran reunión familiar en los cayos de Florida se ha cancelado. Entre las incógnitas sobre la limpieza de las instalaciones del destino y el temor por la salud de los miembros mayores de la familia, Cruz concluye que lo más prudente es quedarse en casa.
«Somos militares, así que les disgustó no poder ver a sus primos y sus parientes, y tenían muchas preguntas sobre qué podrían hacer este verano», explica Cruz, que vive en Maryland, Estados Unidos. «Les dijimos que intentaríamos salir a comer y hacer cosas al aire libre: ir al lago, bañarnos en el río, alojarnos en un campamento o en una cabaña. Si es algo que podemos hacer de forma segura, intentaremos hacerlo con ellos».
Como muchos otros planes interrumpidos por la COVID-19, las actividades de verano no son una excepción. Incluso ahora, con la reapertura gradual de tiendas, restaurantes, cines, recintos para conciertos al aire libre y otros espacios públicos como playas y parques, la incertidumbre sobre qué es posible —o qué es seguro— dificulta la planificación de actividades estivales.
Y a medida que vemos cómo la gente sale más a menudo, resulta muy tentador ceder ante la idea equivocada de que el virus ya no supone una amenaza.
«Queremos reanudarlo todo desesperadamente y tenemos ganas de abrazar, darnos la mano, estar cerca de los demás. Pero en lo que respecta al virus, nada ha cambiado. Sigue en nuestras comunidades y no existe ni un tratamiento eficaz ni una vacuna», explica la médica Marissa Levine, directora del Center for Leadership in Public Health Practice de la Universidad de Florida del Sur.
«El virus no se toma vacaciones de verano. No es el momento de que bajemos la guardia», añade el médico Joshua Sharfstein, vicedecano de salud pública y participación comunitaria de la Facultad Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque los investigadores ya habían propuesto la teoría de que el aumento de las temperaturas podría amortiguar la propagación del coronavirus, nuevos estudios sugieren que el tiempo más cálido y húmedo apenas afecta a la transmisión de las enfermedades, pero que el distanciamiento social y las coberturas faciales sí tienen un impacto importante.
A continuación, te proponemos medidas para disfrutar de actividades de verano populares manteniendo la seguridad de tu familia.
Agua, agua por todas partes
Pasar calor sin poder jugar en el agua es inimaginable para muchos niños. Con la reapertura de muchas piscinas públicas, cómo encaja jugar en el agua dentro de las actividades estivales es una cuestión en evolución.
Aunque es cierto que el cloro es un asesino de microbios muy eficaz, el cloro no detiene el peligro de la transmisión aérea que acompaña a la cercanía interpersonal. Esto es un reto en particular para los niños. «No puedes meter a un niño pequeño en una piscina y no esperar que juegue con sus amigos», señala Sharfstein.
Levine, que es la excomisionada de salud del estado de Virginia, afirma que lo primero es hacer los deberes. Llama a la piscina para saber qué tipo de medidas de mitigación ha aplicado el centro: medidas de distanciamiento, límites de aforo, desinfección del equipo y las instalaciones. Si decides ir a la piscina en familia, los CDC recomiendan llevar mascarilla cuando no estemos nadando y lavarnos las manos a menudo.
En el caso de playas y lagos, Sharfstein sugiere buscar información en las páginas web locales y nacionales y comprobar cualquier tipo de restricciones o normas específicas que se hayan aplicado a tu destino. Por ejemplo, quizá no siempre dispongan de baños y fuentes de agua. Y Levine también recomienda estar preparados para cancelar los planes de playa o piscina si vemos que los aparcamientos están muy llenos.
«Hay que darse la vuelta y encontrar otra playa o volver a casa», afirma. En el caso de que no estén llenas y decidas seguir adelante, asegúrate de que todos lleváis la mascarilla si hay otras personas a vuestro alrededor, sobre todo en los lugares de congregación, como las entradas y los baños.
Actividades de interior
Para afrontar los días más calurosos, muchas familias recurren a entretenimiento con aire acondicionado. Pero las actividades infantiles populares como el cine o salir a comer a un restaurante entrañan nuevos riesgos este año.
Los procedimientos de reapertura varían, pero a muchas de estas instalaciones se les exige que apliquen medidas de separación y que desinfecten las superficies con mucho tráfico. En los cines, eso puede traducirse en reservar las entradas por internet con antelación y tener cobertores desechables para los asientos. Busca medidas similares en los establecimientos locales que reabran y, de nuevo, insiste en que toda la familia lleve mascarilla y se lave las manos con frecuencia.
En los restaurantes, Levine recomienda comer fuera, donde el flujo del aire es bueno, y tocar los pomos de las puertas u otras superficies con pañuelos o servilletas cuando vayamos al baño. Los niños de más de dos años deberían llevar mascarilla en lugares cerrados.
Sharfstein sugiere reflexionar sobre la idea de pasar mucho tiempo en un sitio cerrado con otras personas.
«Aún hay muchas incógnitas sobre la transmisión del virus», explica. «Yo espero que haya menos transmisión si la gente está al aire libre. Pero me pone nervioso saber que hay gente que se mete en un espacio cerrado sin mascarilla».
Viajes por carretera
Si tienes pensado un viaje por carretera para este verano, quizá debas planificarlo de forma más minuciosa, independientemente del medio en el que viajes.
Aunque las nuevas pautas de muchos aeropuertos buscan reducir el contacto entre viajeros y agentes de seguridad, Sharfstein señala que aún es difícil mantener una distancia adecuada de otras personas en un avión, sobre todo si viajas con niños.
En lo que respecta a los viajes por carretera, la improvisación es probablemente la peor idea, según Levine. Planifica las paradas entre el origen y el destino antes de salir y asegúrate de que llevas toallitas desinfectantes y gel hidroalcohólico (60 por ciento o más). No olvides llevar pañuelos para evitar tocar superficies que quizá hayan tocado otras personas.
Sharfstein sugiere que si viajar en grupo es una prioridad, una posibilidad es ir de vacaciones con otra familia y acordar dos semanas de vigilancia de síntomas antes y después del viaje.
«Si viajas [con amigos], es fantástico saber que la gente ha hecho todo lo que ha podido para minimizar los riesgos. Nuestro mayor reto es no negar que hay un problema y que todo irá bien», añade Levine.
Siempre con cautela
A pesar de que muchos establecimientos hacen lo que pueden para mantenerlo todo limpio y separar a la gente, Levine insiste en que si estas medidas bastan para que todos estemos a salvo es una gran incógnita.
«Es importante que no creamos falsamente que estamos protegidos de una posible infección», incluso con mascarilla, señala. Una vez estás en un espacio cerrado, los riesgos aumentan y la importancia de las mascarillas aumenta de forma exponencial.
Dicho esto, es probable que el coronavirus vaya a convivir con nosotros un tiempo y salir es necesario para la salud mental y el bienestar de padres e hijos.
«Tenemos que aprender a vivir con la COVID, pero hay formas de hacerlo de forma segura. Es un buen momento para ser creativos e innovadores con esto. Pero hay que ser cautelosos y usar las mejores evidencias de las que dispongamos», concluye Levine.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.