Siete formas de pasar la Semana Santa en casa

Así puedes llevar a los niños en un “viaje” educativo diferente cada día durante las vacaciones de Semana Santa.

Por Maryellen Kennedy Duckett
Publicado 9 mar 2021, 14:07 CET
Unos niños fingen estar en la playa.

Unos niños fingen estar en la playa.

Fotografía de RICHVINTAGE / GETTY IMAGES

Para muchas familias, la Semana Santa 2021 será un recordatorio no muy alegre de que llevan más de un año socialmente distanciadas, utilizando mascarillas y viviendo en burbujas.

Como es probable que las restricciones de viajar sigan durante la Semana Santa, ¿por qué no organizar una semana entera de actividades sin necesidad de salir de casa? Para empezar, hemos creado una muestra de siete “viajes” a prueba de pandemias, uno por cada día de la semana y todos con algún componente educativo. Pero no temas… las ideas son tan entretenidas que tus hijos ni se enterarán de que están aprendiendo al mismo tiempo.

Domingo: “Visita” un parque nacional y aprende sobre biodiversidad

DESCUBRE qué significa la biodiversidad y qué pueden hacer los niños para preservarla. Investigar los parques nacionales puede mostrar a los niños por qué la diversidad biológica (la variedad de la vida en un lugar o en la Tierra) es importante para la salud de las plantas, los animales y los humanos. Un lugar fantástico para explorar la biodiversidad es el parque nacional de Doñana. La combinación de paisajes del parque lo hace único en Europa. Por sus marismas, los ecosistemas más vastos del parque, pasan aves migratorias tanto de Europa como de África. En sus cotos se encuentran dos especies icónicas del parque, el águila imperial y el lince ibérico, clasificadas como vulnerable y en peligro de extinción, respectivamente, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

QUÉ HACER: Pon la merienda, una botella de agua y una libreta para naturalistas (papel y rotuladores) en las mochilas de los niños. Después, salid al jardín o id a un rincón de vuestra casa y observad “mundos de bolsillo”, pequeños puntos de naturaleza en lugares como macetas o parterre (el Real Jardín Botánico ofrece recursos y actividades educativas acerca de polinizadores y plantas). Examinar estos espacios proporciona a los niños una imagen de lo lleno de vida que puede estar el mundo, explica Logan Rosenberg, director de programas juveniles del Great Smoky Mountains Institute en Tremont, Estados Unidos. “Es asombroso cómo cuando vas despacio y te agachas, ves una gran variedad de vida”, afirma.

Lunes: “Viaja” al extranjero y aprende sobre una cultura

DESCUBRE cómo explorar otras culturas ayuda a los niños a ver las cosas desde perspectivas diferentes. En casa, investigad destinos internacionales basándoos en algo que les encante o que querrían hacer. ¿Chocolate? Suiza. ¿Pirámides? Egipto. ¿Volar como un superhéroe? Sudáfrica (que alberga unas tirolinas larguísimas).

QUÉ HACER: Escoge tres lugares que “visitar” a lo largo de un día como trotamundos. Comed, jugad y vivid como las familias de cada país. Recolocad los muebles y utilizad almohadas y otros objetos para recrear espacios de vida tradicionales: una yurta mongola, una sala de tatamis japonesa, una sauna familiar finlandesa, etc. Practicad la etiqueta cultural local; por ejemplo, en Croacia, los miembros de la familia se saludan dándose un beso en cada mejilla. Aprended palabras en el idioma local, como gracias (asante en suajili) y helado (dondurma en turco). Jugad a un juego popular como el Hacky-Sack-ish jegi chagi de Corea del Sur o el fútbol americano. Para comer, preparad versiones aptas para niños de comidas callejeras culturalmente distintivas, como el bunny chow sudafricano, un curri servido dentro de una hogaza de pan blanco.

Martes: “Pasad el día” en la playa y aprended a proteger el océano

DESCUBRE cómo los humanos y el calentamiento marino están cambiando el océano y afectando a los animales que lo habitan. Observad tiburones y otras criaturas marinas con el  Google’s Underwater Street View y pregunta a los niños si pueden ver lugares dañados (como corales blanqueados).

QUÉ HACER: Poneos gafas de sol y bañadores. Pon sonidos de las olas por un altavoz o en el móvil. Después observad un “océano” intacto (un cuenco de cristal grande lleno de agua). Haz que los niños añadan cosas que la gente suele llevar a la playa —como protector solar, trocitos de papel, pajitas de plástico— para observar cómo las sustancias químicas de la crema y otros desechos perjudican al océano. Podéis daros una vuelta por vuestro barrio y recoger la basura para impedir que los desechos lleguen al mar.

Miércoles: “Id” de acampada y aprended sobre contaminación lumínica

DESCUBRE cómo los elementos que crean demasiada luz artificial en el cielo nocturno afectan al comportamiento de las tortugas marinas y otras criaturas (¡humanos incluidos!). La página web Dark Skies for Kids conecta la contaminación lumínica con cosas que importan a los niños. Cread una casa responsable con el cielo nocturno utilizando las luces exteriores solo cuando las necesitéis. “La luz que ilumina el cielo es el equivalente a un aspersor que rocía agua en una acera, es un desperdicio”, afirma Bettymaya Foot de la Asociación Internacional de Cielo Oscuro.

QUÉ HACER: Colocad una tienda de campaña o construid un fuerte de mantas. Descárgate una aplicación de observación de estrellas para crear un planetario portátil. Tras el anochecer, salid y apunta la aplicación hacia el cielo. Identificad objetos brillantes que los niños puedan ver y después investigad qué maravillas celestes —como las lluvias de meteoros, la Vía Láctea y las lunas de Júpiter— no pueden ver debido a la contaminación lumínica. Comparad las observaciones de la familia con lo que ven otras personas participando en una campaña ciudadana como Globe at Night. Encontrarás más información en la Red española de estudios sobre la contaminación lumínica y en Ligth Pollution Initiatives.

Jueves: “Visita” un parque temático y fomenta la creatividad mediante CTIAM

DESCUBRE cómo las actividades basadas en CTIAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas) hacen realidad las ideas creativas en forma de atracciones de parques temáticos. Visita de forma virtual Walt Disney Imagineering para que los niños conecten lo que aprenden en el colegio con lo que utilizan los ingenieros para diseñar y crear atracciones rápidas, divertidas y —a veces— temibles.

QUÉ HACER: Adoptad al cien por cien el concepto del parque temático. Poneos sombreros excéntricos y otras prendas de ropa extravagantes. Convertid la mesa de la cocina en un taller equipado con papel, tijeras, una tableta u ordenador portátil, y otras herramientas de diseño de parques temáticos. Elaborad versiones en miniatura del Castillo de la Bella Durmiente y el Carrusel del Rey Arturo utilizando estas hojas de actividades de corta y pega. Los niños mayores pueden profundizar más en el diseño de atracciones con este curso de dos horas. (The Walt Disney Company es el accionista mayoritario de National Geographic Partners.)

Viernes: “Recorre” museos y fomenta la curiosidad

DESCUBRE exposiciones que coincidan con los intereses de tus hijos —arte, dinosaurios, música, ¡lo que sea!— recorriendo los museos con visitas virtuales. Explorar instituciones como el Museo Nacional de Ciencias Naturales o el Museo del Prado puede alentar a los niños a aprender más sobre un tema.

QUÉ HACER: En el Science Hub at Home del Museo Field de Chicago hay proyectos (traducidos al español) que desafían a los niños a pensar como científicos (los niños obsesionados con los dinosaurios también disfrutarán del juego de aprendizaje Mission to the Mesozoic). Tras la visita, cread vuestro propio museo familiar: dad a cada persona un espacio donde crear una exhibición sobre algo que coleccionen o por lo que sientan curiosidad: cómics, muñecos, lo que sea. Celebrad una inauguración, incluyendo zumo de uvas como sustituto del champán, cubitos de queso y otros aperitivos. Por turnos, describid vuestras exposiciones y compartid datos entretenidos.

Sábado: Id de “viaje por carretera” para aprender geografía

DESCUBRE por qué la geografía, que básicamente es observar dónde están las cosas y por qué están ahí, es mucho más interesante de lo que puedan haber aprendido en el colegio. “La geografía es mucho más que memorizar las capitales en un mapa”, afirma Nancee Hunter, directora del Centro de Educación Geográfica de Oregón, Estados Unidos. “Se trata de observar la interacción entre las personas y los lugares”. Y eso, explica Hunter, ayuda a los niños a comprender todo tipo de cosas, del cambio climático a por qué comemos lo que comemos.

QUÉ HACER: Proponed ideas de sitios que visitar. Utilizad Google Maps para planificar la ruta juntos y después subíos al “coche” (un sofá cómodo) para un viaje virtual. Probad una ruta por carretera mundialmente famosa como la Ring Road, en Islandia. Id despacio para que los niños sean conscientes del lugar, observando qué alberga: árboles, edificios, accidentes geográficos, el tiempo atmosférico. “Parad” el coche para hacer preguntas y buscar las respuestas: ¿por qué está la frontera de este país en medio de un río? ¿Dónde están los árboles? ¿Cuál es el origen de los nombres de determinados pueblos?

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com y ha sido editado para añadir ubicaciones y contenido local.
Fotografía de carámbanos en Montreal

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