Consejos clave para tomar las mejores fotografías microscópicas
Una abeja melífera (Apis mellifera) sale de su panal en Berkeley, California (Estados Unidos). La macrofotografía es una buena forma de hacer que lo mundano parezca nuevo e inesperado.
Creo que mi afición a fotografiar cosas pequeñas me viene de la infancia y de explorar mi patio trasero. Correr por encima de troncos y recoger piedras en el arroyo que había detrás de la casa donde crecí en Atlanta, Georgia (EE. UU.), hizo que me enamorara de este proceso de exploración y descubrimiento. Aunque cosas como los elefantes y los tiburones me parecían geniales, las cosas pequeñas (bichos y salamandras) eran más accesibles y las podía encontrar yo mismo.
Cuando acababa el instituto, le pedí prestada a mi padre su cámara, que tenía un objetivo macro. Hice una foto de una serpiente de liga y pude ver los detalles de sus escamas. Más que la foto en sí, recuerdo la reacción de mi amigo al verla: estaba entusiasmado con todos los detalles. Fue la primera vez que experimenté lo que era compartir una imagen y la emoción del descubrimiento.
La macrofotografía siempre tiene los resultados más sorprendentes porque puedes ampliar los detalles más allá de lo que ven tus ojos.
Una cigarra saliendo de su exoesqueleto (izquierda) y un fragmento de una planta acuática carnívora (derecha).
Estos son mis mejores consejos para hacer buenas fotos macro.
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Ten en cuenta la perspectiva y la escala
Piensa siempre en sorprender a tu público. Estamos tan acostumbrados a verlo todo desde la perspectiva de nuestra propia altura. En macrofotografía, me gusta romper ese esquema e intentar ponerme a la altura de los ojos del sujeto.
Considera la posibilidad de hacer la foto desde la perspectiva de otra criatura del mismo tamaño, o incluso mirando hacia arriba al sujeto. Si la criatura tiene cara, fotografiarla a la altura de los ojos crea una perspectiva diferente.
La escala es la verdadera salsa mágica de la macrofotografía. Tanto revelar como ocultar la escala puede ser una forma poderosa de captar la atención del público.
Puedes pensar en la escala intencionadamente, colocando algo reconocible (como una uña o una moneda) junto al sujeto, para que el público comprenda inmediatamente el tamaño de lo que está viendo. También puedes ocultar intencionadamente la escala para que resulte difícil saber el tamaño de la criatura... eso también puede ser divertido.
Primer plano de un colibrí corona violeta (Thalurania columbica) macho tomado en la Tienda las Rosas cerca del albergue El Dorado en las montañas de Santa Marta en Colombia.
Dispara de noche y con una fuente de luz
Siempre disparo con una fuente de luz para dirigir el enfoque hacia el sujeto.
Llevo mi propia luz, ya sea un foco, una linterna o la luz de un teléfono.
Suele ser más fácil encontrar insectos y ranas de noche, ya que muchas son nocturnas. También es más fácil encontrarlos porque estás buscando mucho más concentrado y no te distraes con todos los detalles visibles a la luz del día.
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Primer plano de los tentáculos de una anémona agregada en una poza de marea en la zona recreativa de Salt Creek, cerca de Port Angeles, Washington.
Los parques donde vives pueden servirte de inspiración
A la hora de elegir dónde fotografiar, escoge un lugar que sientas curiosidad por conocer más a fondo. A mí me gusta ir a un lugar conocido, porque la macrofotografía consiste en convertir un lugar conocido en desconocido y encontrar detalles sorprendentes en lo que de otro modo parecería mundano y aburrido.
En un espacio natural, como un bosque, un arroyo o los bordes descuidados de un parque, es donde es más probable encontrar sujetos naturales y atractivos. Incluso un solar o una acera cubiertos de maleza pueden ser lugares ideales para encontrar bichos o criaturas interesantes.
Nenúfar de agua azul (Nymphaea nouchali) fotografiado durante el estudio de aves de humedales de 2018 dirigido por Steve Boyes a través del delta del Okavango, Botsuana.
Si no te entusiasman demasiado los bichos o las serpientes, las flores, las hojas y las plantas también ofrecen muchas oportunidades para la macrofotografía. Un vivero o un jardín botánico local es un lugar estupendo para encontrar texturas, formas y colores interesantes. La macrofotografía es una de esas formas de enseñarnos a movernos más despacio y fijarnos en los detalles que pasamos por alto a primera vista.
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Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.