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Página del fotógrafo
Christie Hemm Klok
Lemarié trajo a Petey, una cacatúa sulfúrea, a su casa de San Mateo tras la muerte de su dueño en 2023. Como el pájaro, de unos 20 años, puede ser agresivo con las mujeres, ha sido difícil encontrarle un dueño permanente. "Quiere atención, compañía y enriquecimiento: cosas que hacer, gente con la que bailar, juguetes con los que jugar", explica. "Si paso a su lado sin saludarle, me dirá 'Hola Petey' para llamar mi atención".
Mister, antes Missy, vive ahora vida mimada en Pacifica (California), donde disfruta de juegos acuáticos y una sombrilla para escapar del calor, como en esta foto de 2023. Ross rescató a esta tortuga radiada de 10 años cuando cerró una tienda de animales cercana.
Alexis Bordeaux, miembro del personal de Oasis, prepara la comida para las 800 aves del santuario con la ayuda de Zoey Blair, de 8 años, hija de Elizabeth Blair, empleada de Oasis, en 2024. La preparación de la comida requiere un equipo de personas y de tres a cuatro horas de diligente trabajo. Los loros reciben una mezcla de verduras de temporada picadas, garbanzos, pasta orzo, quinoa y cereales enrollados. Luego, antes de servir, los voluntarios lo completan con golosinas, como melón picado y frutos secos.
Cosmo, una cacatúa moluqueña hembra de 28 años, nació con un buche anormalmente pequeño, una bolsa extensible que retiene la comida antes de digerirla. Como no puede retener tanta comida como un polluelo normal, Sybil Erden, fundadora de Oasis, la alimentó a mano hasta que pudo comer sola. Como Cosmo se destroza las plumas y no puede volar, vive en una pajarera especial con perchas bajas. También le gusta morder las botas.
Janet Trumbule, directora ejecutiva de Oasis, se encuentra en el aviario de guacamayos, un recinto exterior de 370 metros cuadrados en Benson, Arizona, donde viven 33 guacamayos y seis palomas domésticas macho, muchos de ellos rescatados de propietarios ancianos. También tiene cuatro loros en casa, todos rescatados excepto un gris africano llamado Elmo, que compró hace 26 años. "Elmo es lo que llamamos el pájaro del error. Muchos de los que tenemos loros compramos en su día un pájaro bebé. Ahora sabemos que nunca debemos comprarlos", dice.
Erin, un guacamayo verde hembra, tiene unos 30 años. Vivió en cuatro hogares distintos antes de aterrizar en Oasis. Su último dueño la abandonó porque había empezado a atacar a personas y otros animales domésticos. Sassy, una cacatúa paraguas macho, tiene unos 28 años. Fue abandonado por su dueño debido a su agresividad. Le gusta triturar guías telefónicas y que le rocíen con agua. Twitch, un guacamayo severo hembra, tiene aproximadamente 25 años. Sobrevivió a una enfermedad aviar muy contagiosa y ahora debe vivir en la oficina, lejos de los demás pájaros.
A Peaches, una cacatúa goffiana macho de unos 25 años, le encantan los arañazos en la cabeza y prefiere a las personas que a otros loros. Cuando llegó a Oasis, tenía una herida en el pecho por automutilación, quizá debida a un trauma en sus primeros años de vida. Ahora lleva un collar electrónico permanente y parece haberse adaptado bien a su nueva bandada. Rayo, un loro eclecto macho, tiene unos 35 años. Llegó a Oasis tras la muerte de su segundo propietario. Debido a su avanzada edad, Rayo padece artritis que le dificulta posarse, por lo que vive en una pajarera especial con perchas bajas y suelo blando. Sunny, una cacatúa sulfúrea menor de 26 años, es una chica simpática. "Te saca las llaves del bolsillo y las tira al suelo. Es muy, muy curiosa con absolutamente todo", dice Alexis Bordeaux, cuidador de animales. Sunny llegó a Oasis cuando su dueña murió de cáncer.
Lemarié ha cedido su comedor de San Mateo (California) a aves cuyos dueños murieron o simplemente ya no podían ocuparse de ellas. Desde 2013, Lemarié ha acogido a más de 431 aves. A menudo, la gente se queja de que sus loros enjaulados son "agresivos", dice Lemarié, pero es probable que ese comportamiento se deba a que están asustados o frustrados sexualmente. "Los loros son animales de presa", dice: "No existen los loros asesinos".
Laura Barnes-Kadi tenía 19 años cuando compró a Buttons, una cacatúa sulfúrea de tres meses, en una tienda de animales por unos 1400 euros. Barnes-Kadi (en la foto de 2024) tiene ahora 45 años, Buttons 26 y es uno de los 23 pájaros de la casa de Barnes-Kadi en Concord, California. Todos los demás son rescatados. "Nunca he vuelto a comprar un solo pájaro después de Buttons, porque hay muchos sin hogar que necesitan un lugar adonde ir", dice.
Robb alimenta y riega a Flash en la propiedad de un vecino, que tiene más espacio. A sus 70 años, Robb no sabe quién se quedará con Flash en el futuro.