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Página del fotógrafo
Jane Hahn
Un guardia de seguridad se lava las manos en un grifo del Café Miranda en Nejapa.
Nejapa se encuentra sobre uno de los mayores acuíferos de El Salvador y alimenta a comunidades vecinas y gran parte de San Salvador, así como a plantas de embotellado. El río San Antonio, antaño una gran fuente de agua para la comunidad, ha sido contaminado por la actividad industrial. Se ha colocado un nuevo pozo de vigilancia, lo que ha dado algo de esperanza a los residentes.
Priscilla Pérez, de 32 años, con su sobrina Aixa Ortiz, de nueve, preparan la comida en su casa de San Jerónimo Los Planes. Les preocupa que tengan que irse lejos para obtener agua.
Zoila Ramírez, de 40 años, lleva una garrafa de agua a su casa de San Jerónimo Los Planes, Nejapa. El agua se recoge durante la estación lluviosa en el tanque comunitario y se vende a 10 centavos la garrafa durante la estación seca. El dinero recaudado se emplea para financiar los camiones cisterna cuando el tanque se seca. Sin embargo, perdieron el tejado durante un huracán reciente y se ha recogido poca agua desde entonces. Les preocupa que tengan que irse lejos para obtener agua.
El director general de Grupo Roble Rafael Menéndez, el vicepresidente de El Salvador Óscar Ortiz y el presidente de ANDA (Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillas) Felipe Rivas recorren un edificio de apartamentos de lujo en construcción en El Salvador. Cerca, los residentes pobres se quejan de la falta de servicios hídricos.
Los niños juegan en el campo de fútbol de la Escuela Central de San Julián, donde alumnos y profesorado creen que han enfermado por los pesticidas extendidos en los campos cercanos.
Ana Lillian Ramírez, de 25 años, viste a su hija Abigail Arias, de tres, en el barrio de San Antonio, donde 28 hogares —donde viven unas 70 personas— viven sin agua.
María Alejandrino, de 34 años, y Teresa Serrano, de 42, son como la mayoría de las habitantes de su comunidad de Cabañas: deben traer agua de un pozo durante la estación seca. Unos cuantos lugareños han construido sistemas de fontanería improvisados para distribuir el agua.
Una niña se lava el pelo en una poza al amanecer en una pequeña comunidad de Cabañas, El Salvador. La mayoría de las personas de la comunidad carecen de acceso a agua corriente y deben acudir al pozo a las dos de la mañana durante la estación seca. Aunque los políticos han prometido soluciones, todavía no han visto ningún cambio.