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Los dragones de Komodo tienen un gran apetito y se sabe que pueden llegar a comerse hasta el 80% de su peso corporal en una sola comida.
Los dragones jóvenes permanecen en los árboles hasta los ocho meses para evitar a los depredadores, entre los que se encuentran dragones más grandes.
Las hembras ponen hasta 30 huevos, que cuidan durante varios meses
Un animal que escape de las fauces de un Komodo no debería cantar victoria: la saliva del dragón contiene grandes cantidades de bacterias que envenenan a sus víctimas, normalmente en 24 horas
Cuando cazan, los dragones de Komodo confían en el camuflaje y la paciencia, tumbándose entre arbustos o hierbas altas hasta que pasa una víctima
Estos reptiles gigantes existen desde hace millones de años, pero los científicos no empezaron a estudiarlos hasta hace unos cien años.
Prefieren los bosques tropicales de las islas, pero pueden encontrarse por todo el archipiélago de Indonesia.
Los dragones de Komodo han prosperado en el duro clima de las islas Menores de la Sonda de Indonesia durante millones de años.
La reticencia del reptil a alejarse de su hogar agrava el problema de la supervivencia del dragón de Komodo a medida que la población de la especie disminuye y se fragmenta.
En 1980, Indonesia creó el Parque Nacional de Komodo para proteger al dragón de Komodo y su hábitat. Este refugio de 1800 kilómetros cuadrados alberga también especies como el ave de matorral de patas anaranjadas y el ciervo de Timor.