1876: las elecciones más complicadas (y divididas) de la historia de EE.UU.
Filibusterismo, intimidación, acusaciones de fraude electoral y juramentos a escondidas: los comicios que enfrentaron a Hayes y Tilden fueron tan controvertidos que dieron lugar al proceso de recuento de votos de hoy.
En 1876, una década después de la Guerra Civil estadounidense, el republicano Rutherford B. Hayes compitió con el demócrata Samuel Tilden en unas elecciones presidenciales muy disputadas. Finalmente, el Congreso designó a Hayes como vencedor en un acuerdo entre bastidores con consecuencias que aún hoy resuenan.
Este artículo se publicó el 8 de noviembre de 2022 y ha sido actualizado el 10 de mayo de 2023.
En 1876, Estados Unidos todavía estaba marcado y dividido por la Guerra Civil, que había terminado una década antes. Tras la guerra, unas cuatro millones de personas esclavizadas fueron liberadas y el Congreso, controlado por los republicanos, actuó rápidamente para proteger sus derechos y restaurar la Confederación en la Unión. Los estados del Sur, mientras tanto, se quejaban de su pérdida de poder político y social.
Entonces llegaron unas elecciones presidenciales que lo cambiaron todo. Consideradas las más conflictivas de la historia del país (hasta 2020), las elecciones de 1876 terminaron con un compromiso inusual. Y sus graves consecuencias aún resuenan hoy en día. Esto es lo que hay que saber.
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Una nación unida, pero aún dividida
En la época posterior a la Guerra Civil, conocida como la Reconstrucción, los votantes negros recién autorizados apoyaron mayoritariamente al Partido Republicano, cuyos miembros abrazaron al presidente Abraham Lincoln y celebraron la victoria de la Unión en la Guerra Civil. Se registraron para votar en gran número y se postularon y fueron elegidos para cargos públicos por primera vez en la historia de Estados Unidos.
Pero los sureños blancos, de los que se nutría el movimiento esclavista que provocó la Guerra Civil y que apoyaban mayoritariamente al Partido Demócrata, estaban resentidos con las políticas de posguerra del Gobierno federal. En un intento por recuperar su poder, utilizaron la intimidación y la violencia para privar de derechos a los votantes negros.
Luego, a principios de la década de 1870, la popularidad del Partido Republicano sufrió un golpe debido a una depresión económica y a los escándalos políticos. Entre la reputación empañada de los republicanos y el uso de la intimidación por parte de los sureños blancos para suprimir los votos republicanos, los demócratas finalmente vieron un camino hacia la victoria electoral.
NOTA DEL EDITOR: Hasta el inicio del siglo XX el Partido Republicano de Estados Unidos era considerado el partido más progresista del sistema bipartidista estadounidense, pero en el siglo XXI está considerado el partido más conservador.
Un retrato de grupo de los primeros miembros negros del Congreso de los Estados Unidos. Durante la época de la Reconstrucción, los ciudadanos negros recién autorizados ganaron poder social y político. Pero los demócratas blancos del Sur intentaron suprimir sus votos en las elecciones de 1876 mediante el fraude y la intimidación.
Una elección agridulce
Aunque el escenario estaba preparado para unas elecciones sucias, ambos candidatos de 1876 eran aparentemente irreprochables. El candidato republicano, el héroe de guerra y gobernador de Ohio, Rutherford B. Hayes, se presentó con una plataforma reformista, prometiendo limpiar la administración pública y servir sólo durante un mandato. Su oponente, el demócrata y gobernador de Nueva York Samuel J. Tilden, era conocido por desafiar la corrupción política.
Sin embargo, los operativos de su partido organizaron una campaña despiadada. Los oponentes de Tilden lo pintaron como un borracho enfermo que planeaba pagar las deudas de la antigua Confederación; los enemigos de Hayes afirmaban que había robado dinero a sus hermanos de armas durante la guerra.
El día de las elecciones fue aún peor: ambos partidos participaron en un fraude desenfrenado. Los operativos republicanos llenaron las urnas, permitieron la repetición de votos y desecharon las papeletas demócratas; los demócratas intimidaron físicamente a los votantes negros en un intento por mantenerlos alejados de las urnas.
Cuando se contaron los votos, parecía que Tilden había obtenido 200 000 votos más que Hayes. Pero los resultados no estaban claros en Florida, Luisiana y Carolina del Sur, donde ambos partidos reclamaron la victoria y alegaron manipulación. Los estados convocaron duelos electorales y enviaron al Congreso resultados contradictorios.
Mientras tanto, en Oregón, donde Hayes había ganado el voto popular, el gobernador demócrata alegó que uno de los tres electores republicanos del estado no era elegible. Como resultado, el estado también presentó certificados contradictorios del recuento final de votos electorales.
Un total de 20 votos del Colegio Electoral (cuatro de Florida, ocho de Luisiana, siete de Carolina del Sur y uno de Oregón) fueron impugnados. Le correspondería al Congreso resolver el embrollo.
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Caos electoral
Los demócratas estaban furiosos por lo que consideraban el robo de los republicanos de su legítima victoria en los estados del Sur. Henry Watterson, periodista y miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Kentucky, utilizó su plataforma para convocar a un "ejército pacífico de 100 000 hombres" para marchar sobre Washington a menos que Tilden fuera declarado ganador.
Ante el temor a la violencia y el bloqueo entre la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, y el Senado, controlado por los republicanos, el Congreso se esforzó por encontrar una solución. La Constitución no ofrecía ninguna orientación clara sobre cómo abordar una votación electoral impugnada, y los miembros sugirieron y rechazaron amargamente una serie de propuestas.
El tiempo corría. La investidura presidencial estaba prevista para el 5 de marzo de 1877, y los legisladores no dieron con una solución hasta finales de enero. Finalmente, decidieron crear una comisión única formada por un número igual de legisladores de la Cámara y el Senado y cinco jueces del Tribunal Supremo. Aunque varios republicanos se opusieron a la medida, ésta fue aprobada y el presidente saliente Ulysses S. Grant firmó la Ley de la Comisión Electoral el 29 de enero.
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El compromiso de 1877
La comisión electoral organizó un tribunal en la sala de la Corte Suprema en febrero de 1877. Aunque los demócratas objetaron el recuento de votos, sus colegas republicanos los superaban en número por uno y fueron anulados sistemáticamente. Cada estado disputado se decidió a favor de Hayes. Al negarse a aceptar los resultados, los demócratas hicieron un filibustero (un discurso obstruccionista con el objetivo de alargar y obstaculizar la sesión) en la Cámara de Representantes.
Fue necesario un acuerdo entre bambalinas (y un compromiso político trascendental) para resolver la elección. Durante una serie de reuniones secretas, los legisladores demócratas del Sur prometieron suspender el filibusterismo y conceder la elección a cambio del fin de la Reconstrucción.
Aunque se desconocen los términos del acuerdo informal, se cree que incluía la retirada de todas las fuerzas federales de la antigua Confederación, el aumento de los fondos federales para los estados del Sur, la construcción de un ferrocarril transcontinental a través del Sur y el nombramiento de un demócrata del Sur para el gabinete de Hayes.
En la madrugada del 2 de marzo de 1877, apenas tres días antes de la inauguración prevista, el Congreso completó el recuento de los votos electorales. Hayes ganó por un solo voto electoral. En medio del temor a un asesinato, prestó juramento durante una ceremonia secreta al día siguiente.
El controvertido Compromiso de 1877 fue alabado por muchos en su momento como una medida que preservaba la frágil Unión y permitía al país avanzar como uno solo. Pero tuvo consecuencias desastrosas para los negros del sur. Sin supervisión federal, los estados crearon duras leyes "Jim Crow" que restablecieron una brutal jerarquía racial en el Sur y privaron de derechos a los ciudadanos negros.
Los partidarios de Tilden amenazaron con marchar un "ejército pacífico de 100.000 hombres" a Washington a menos que su candidato fuera declarado ganador. Una caricatura de 1877 de Thomas Nast sugiere que los cruzados tomen el acuerdo de la comisión como una "oportunidad para que los caballeros de alto tono se retiren con gracia de sus declaraciones de guerra muy civiles".
La Ley de Recuento Electoral
Una década después de que se decidiera la elección entre Hayes y Tilden, el Congreso aprobó la Ley de Recuento Electoral de 1887 en un intento de evitar un mayor caos electoral proporcionando un sistema consistente para la entrega de los votos electorales.
La ley, que sigue vigente en la actualidad, proporciona un mecanismo mediante el cual el Congreso puede determinar si los votos electorales son legales: durante la sesión conjunta del Congreso que se celebra cada año electoral el 6 de enero, los miembros pueden objetar los votos de los electores individuales o los resultados globales de los estados.
Para que una objeción sea formalmente considerada y votada, la ley establece que debe ser presentada tanto por un miembro de la Cámara como del Senado. Esto sólo ha ocurrido tres veces en la historia (la última en enero de 2021) y todas las objeciones han fracasado.
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El legado de las elecciones
El legado de las turbulentas elecciones de 1876 sigue agitando la política estadounidense. Durante las elecciones presidenciales de 2020, la Ley de Recuento Electoral recibió un renovado escrutinio a la luz de las reclamaciones republicanas de fraude electoral. El 6 de enero de 2021, los congresistas republicanos impugnaron los resultados de la victoria de Joe Biden a instancias del actual presidente, Donald Trump, cuyos partidarios lanzaron posteriormente un asalto armado al edificio del Capitolio de Estados Unidos.
Trump también afirmó entonces que su vicepresidente Mike Pence, que presidió el recuento como presidente del Senado, tenía la potestad de rechazar a los electores "elegidos fraudulentamente". Pero los expertos dicen que el vicepresidente, de hecho, carece de ese poder, y un nuevo proyecto de ley ante el Congreso busca reafirmar el papel ceremonial del vicepresidente.
En septiembre, la Cámara de Representantes aprobó la Ley de Reforma de las Elecciones Presidenciales, que elevaría aún más el umbral de las objeciones, pero el Senado aún no la ha votado. Hasta entonces, está por ver si las elecciones de 1876 sirviendo de recordatorio en la actual política estadounidense.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.