De San Nicolás a Santa Claus: la sorprendente historia de Papá Noel
Esta historia se publicó el 20 de diciembre de 2013, ha sido modificada el 18 de diciembre de 2024.
Cualquier niño sabría decirte de dónde es Santa Claus: del Polo Norte. Pero su viaje histórico es todavía más largo y fantástico que su circunnavegación nocturna anual alrededor del mundo.
El Santa Claus norteamericano actual nació en el Mediterráneo, evolucionó por el norte de Europa y finalmente tomó la forma que ahora nos es tan familiar en las orillas del Nuevo Mundo. ¿Quién es este Papá Noel y cómo llegó hasta aquí?
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¿El viejo y alegre San Nicolás?
Cada 6 de diciembre, los fieles de ciudades de todo el mundo celebran el Día de San Nicolás, siendo las celebraciones más multitudinarias las que tienen lugar en Europa. Las imágenes de San Nicolás varían considerablemente, pero ninguna se parece mucho al anciano de mejillas rojas y barba blanca que hoy vemos en todas partes. De hecho, una de las imágenes más convincentes del verdadero San Nicolás, que vivió en los siglos III y IV, no fue creada por artistas antiguos, sino mediante una moderna reconstrucción facial forense.
El debate académico sobre dónde descansan los restos del obispo griego ha persistido hasta nuestros días. Tradicionalmente se ha pensado que los huesos de San Nicolás fueron robados por marineros italianos durante el siglo XI y llevados a la cripta de la Basílica di San Nicola, en la costa sureste de Italia. Cuando, en la década de 1950, repararon la cripta, se documentaron el cráneo y los huesos del santo con fotos de rayos X y miles de mediciones detalladas.
Caroline Wilkinson, antropóloga facial de la Universidad de Manchester (Inglaterra), utilizó estos datos junto con modernas simulaciones informáticas para crear una reconstrucción moderna del difunto. Wilkinson puso un rostro humano al homónimo original de Santa Claus: uno con la nariz muy rota, posiblemente fruto de la persecución de los cristianos bajo el emperador romano Diocleciano.
Gran parte de su trabajo está necesariamente sujeto a interpretación. Entre sus tareas estuvo la de deducir la forma y el tamaño de los músculos faciales que en su día cubrieron el cráneo de Nicolás, o la de recrear la forma de la propia calavera a partir de datos bidimensionales. Los detalles fueron añadidos por artistas digitales basándose en conjeturas. Entre estos detalles destacan los ojos marrones, el pelo canoso propio de un hombre de 60 años y el tono de piel oliváceo, el más común entre los griegos mediterráneos como Nicolás.
"Nos vemos obligados a perder cierto nivel de detalle que sí obtendrías si pudieras basarte en fotografías, pero creemos que es la imagen más precisa que vamos a conseguir de él", dijo Wilkinson en un documental de BBC Two sobre el proyecto titulado The Real Face of Santa [El verdadero rostro de Papá Noel].
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De San Nicolás a Santa Claus
¿Cómo se convirtió San Nicolás en un habitante del Polo Norte que reparte regalos de Navidad? El santo original fue un hombre griego que nació unos 280 años después de Cristo y que se convirtió en el obispo de Mira, una pequeña ciudad romana en la actual Turquía. Nicolás no era ni gordo ni alegre, pero se forjó una reputación como defensor rebelde y apasionado de la doctrina de la Iglesia durante la "Gran Persecución" en el año 303, una época en la que se quemaron Biblias y se obligó a los sacerdotes a renunciar al cristianismo bajo amenaza de ser ejecutados en caso de negarse.
Nicolás desafió estos edictos y pasó años en prisión antes de que el emperador romano Constantino pusiera fin a la persecución cristiana en 313 con el Edicto de Milán. La fama de Nicolás perduró mucho tiempo después de su muerte (el 6 de diciembre de mediados del siglo IV, hacia 343) porque se le asoció con muchos milagros, y su veneración continúa hasta nuestros días independientemente de su conexión con la Navidad. Es el protector de muchos tipos de personas, desde huérfanos a marineros y prisioneros.
La Basílica de San Nicolás de Bari (Italia) se construyó en el siglo XI. Muchos creen que alberga los restos mortales y las santas reliquias de San Nicolás.
San Nicolás y Papá Noel trayendo regalos para los niños, extraordinaria ilustración alemana de alrededor del año 1910.
Nicolás saltó a la fama entre los santos porque era el patrón de numerosos grupos, desde los marineros hasta naciones enteras. Pero en torno al año 1200, según explicó el historiador Gerry Bowler, autor de Santa Claus: A Biography [Santa Claus: una biografía], empezó a conocerse como patrón de los niños y portador de regalos mágicos por dos grandes historias de su vida.
En el relato más conocido, el joven obispo Nicolás salva a tres jóvenes de una vida dedicada a la prostitución cuando le da en secreto tres sacos de oro a su padre endeudado, que utilizará para pagar sus dotes.
"La otra historia no es tan conocida, pero era enormemente popular en la Edad Media", explicó Bowler. Nicolás entró en una posada cuyo dueño acababa de asesinar a tres niños, de los cuales conservaba sus cuerpos desmembrados en barriles en el sótano. El obispo no solo descubrió el crimen, sino que también resucitó a las víctimas: "Fue una de las cosas que le convirtieron en el santo patrón de los niños".
A lo largo de cientos de años, alrededor de entre 1200 y 1500, San Nicolás fue el portador indiscutible de regalos y la estrella de las celebraciones que se producían en su día, el 6 de diciembre. Este estricto santo adquirió algunos rasgos de deidades europeas anteriores, como el dios romano Saturno o el noruego Odín, con una barba blanca y poderes mágicos, como la capacidad de volar. También se aseguró de que los niños cumplieran las normas, rezaran y se portasen bien.
Pero tras la reforma protestante, los santos como Nicolás cayeron en desgracia a lo largo de gran parte de Europa septentrional. "Aquello fue problemático. Quieres a tus hijos, pero ¿quién iba a traerles ahora los regalos?", afirma Bowler.
Bowler dijo que en muchos casos la tarea recayó sobre el Niño Jesús y que la fecha se cambió del 6 al 25 de diciembre. "Pero la capacidad del niño para llevar regalos es muy limitada, y tampoco es que diese mucho miedo", explicó Bowler. "Por lo que el Niño Jesús solía ir acompañado de un ayudante terrorífico que cargaba con los regalos y que amenazaba a los niños, (algo que no parecía apropiado para el Niño Jesús)".
Algunas de estas espeluznantes figuras germánicas estaban basadas en Nicolás, que ya no era un santo sino un compinche amenazador como Ru-klaus, Aschenklas y Pelznickel. Estas figuras esperaban un buen comportamiento por parte de los niños, o de lo contrario estos sufrirían consecuencias como azotes o secuestros. Aunque parecen muy diferentes al alegre hombre vestido de rojo, estos coloridos personajes posteriormente desempeñarían un papel clave en la creación del mismísimo Santa Claus.
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San Nicolás en América
En los Países Bajos, los niños y las familias simplemente se negaron a renunciar a San Nicolás como portador de regalos. Adoptaron a Sinterklaas y llevaron consigo ese nombre a las colonias del Nuevo Mundo, donde también perduraron leyendas de los peludos y aterradores portadores de regalos germánicos.
Sin embargo, las primeras Navidades en Norteamérica no se parecían mucho a las fiestas de hoy en día. La festividad, que se rechazó en Nueva Inglaterra (entre otros lugares), se había convertido en algo parecido a la Saturnalia pagana que en su día ocupó su lugar en el calendario. "Se celebró como una especie de fiesta comunitaria llena de alcohol y alboroto", afirmó Bowler. "En eso se había convertido en Inglaterra. Y no había ningún portador de regalos mágicos especial", añade.
Más adelante, en las primeras décadas del siglo XIX, todo cambió gracias a una serie de poetas y escritores que se esforzaron por convertir la Navidad en una celebración familiar reviviendo y reformando a San Nicolás.
El libro de Washington Irving de 1809 Knickerbocker's History of New York retrató por primera vez a un Nicolás que fumaba en pipa mientras sobrevolaba los tejados de las casas en un vagón volador, repartiendo regalos entre niños y niñas buenos.
En 1821, un poema anónimo ilustrado titulado The Children's Friend [El amigo de los niños] fue mucho más allá a la hora de dar forma al Santa Claus moderno, asociándolo con la Navidad. "Es aquí donde finalmente tenemos la aparición de Santa Claus", dijo Bowler. "Han cogido el reparto mágico de regalos de San Nicolás, le han quitado cualquier tinte religioso y han vestido a Santa Claus con las pieles de aquellos peludos portadores de regalos germánicos".
Ese personaje traía regalos a las niñas y niños buenos, pero también traía una vara de abedul, según señala el poema, que "dirige la mano de los Padres cuando sus hijos rechazan el camino de la virtud". Del pequeño vagón de Santa Claus solo tiraba un reno, pero tanto el conductor como el equipo sufrieron un importante cambio de imagen el año siguiente.
En 1822, Clement Clarke Moore escribió A Visit From St. Nicholas [Una visita de San Nicolás], también conocido como The Night Before Christmas [La noche antes de Navidad], para sus seis hijos, sin intención de sumarse al incipiente fenómeno de Santa Claus. Se publicó de forma anónima al año siguiente y, hasta el día de hoy, el Santa regordete y alegre que se describe en él sigue montado en un trineo del que tiran ocho renos.
"Se convirtió en un fenómeno viral", dijo Bowler. Pero, aunque este poema sea familiar para los estadounidenses, todavía deja mucho a la imaginación, y en el siglo XIX Santa Claus apareció en muchas vestimentas de diversos colores y tamaños, y llevando una serie de disfraces diferentes. "Tengo una fotografía maravillosa de él en la que aparece clavadito a George Washington, montado sobre un palo de escoba", afirma Bowler.
Añadió que no fue hasta el siglo XIX cuando se estandarizó la imagen de Santa Claus como un adulto de tamaño normal vestido de rojo con adornos de pelo blanco, que viajaba desde el Polo Norte en un trineo tirado por renos y que vigilaba a los niños.
El mayor responsable de la cara alegre, regordeta y de abuelo de este Santa Claus fue Thomas Nast, un gran caricaturista político. "Sin embargo, Nast lo dibujó con unos calzones bastante indecentes, en mi opinión", añadió Bowler.
Cuando hubo establecido del todo, el Santa Claus norteamericano experimentó una especie de migración a la inversa hacia Europa, remplazando a los terroríficos portadores de regalos y adoptando nombres locales como Père Noël en Francia, Father Christmas en Gran Bretaña o Papá Noel en España. "Lo que ha hecho es domar a estos personajes propios de cuentos de hadas de los hermanos Grimm de finales de la Edad Media", afirmó Bowler.
No todo el mundo cree en Santa Claus
Aunque sin duda tiene buenas intenciones, Papá Noel ha generado y sigue generando controversia.
En Rusia, Santa Claus entró en conflicto con Josef Stalin. Antes de la Revolución rusa, Ded Moroz ("Abuelo Frío") se prefería como personaje navideño y tenía rasgos de los proto-Santas como el holandés Sinterklaas. "Cuando se formó la Unión Soviética, los comunistas abolieron la celebración de la Navidad y los portadores de regalos", dijo Bowler.
"Entonces, en la década de 1930, cuando Stalin necesitaba recabar apoyos, permitió que resurgiera el Ded Moroz, no como portador de regalos navideños, sino como portador de regalos de Año Nuevo", relató Bowler. Los intentos de sustituir la Navidad en Rusia fueron infructuosos, al igual que los intentos soviéticos por extender una versión secular del Ded Moroz, con ropa azul para evitar la confusión con Santa Claus en Europa.
"Dondequiera que fueran tras la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos trataban de remplazar a los portadores de regalos nativos en lugares como Polonia o Bulgaria", explicó Bowler. "Pero los lugareños se mordieron la lengua hasta la caída de la Unión Soviética en 1989 y recuperaron sus propias tradiciones".
Papá Noel sigue siendo una figura politizada en todo el mundo. Las tropas estadounidenses difundieron su versión de este hombretón alegre por el mundo en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y generalmente fue buen recibido como símbolo de la generosidad estadounidense a la hora de reconstruir las tierras asoladas por la guerra, según dice Bowler.
Sin embargo, en la actualidad la gente de muchos países tiene a Santa en su propia lista de niños malos, ya sea porque representa la comercialización de la Navidad a expensas de Jesucristo o simplemente porque no es una tradición local. "En lugares como la República Checa, los Países Bajos, Austria y Latinoamérica existe un fuerte movimiento anti-Santa Claus porque intentan conservar sus propias costumbres y a sus propios portadores de regalos navideños, y protegerlos del Santa Claus norteamericano", dijo.
Parece improbable que estos esfuerzos detengan un interés cada vez mayor en Santa Claus, pero sus organizadores podrían ahorrarle unas cuantas paradas en su concurrido horario de Nochebuena.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.