Así era el hombre de Cheddar, un ancestro británico de ojos azules y piel negra
Gracias a los avances tecnológicos, los científicos pueden observar el ADN antiguo con gran lujo de detalle.
Una reconstrucción facial reciente de un esqueleto de hace 10.000 años conocido como el «hombre de Cheddar» ha revelado un hombre con ojos azules, pelo ligeramente rizado y piel negra.
«Quizá sorprenda al público, pero no a los genetistas de ADN antiguo», afirma Mark Thomas, científico de la University College London.
Eso se debe a que un nuevo análisis del ADN de este hombre primitivo prueba que es genéticamente similar a otros individuos de piel negra del Mesolítico descubiertos en España, Hungría y Luxemburgo cuyo ADN ya se ha secuenciado. La nueva revelación clasifica al hombre de Cheddar en un grupo de cazadores-recolectores que, según se cree, migraron a Europa a finales de la última glaciación hace 11.000 años.
El hombre de Cheddar se ganó su apodo no porque le guste el queso, que probablemente no se empezó a prepararse hasta 3.000 años después, sino porque lo descubrieron en la garganta de Cheddar en Somerset, Inglaterra (que casualmente es el lugar de origen del queso cheddar).
Thomas forma parte de un gran equipo que ha trabajado en colaboración con el Museo de Historia Natural de Londres para reconstruir el rostro del hombre de Cheddar. Comenzaron la reconstrucción tomando medidas del cráneo.
«Tenía un cráneo grueso y pesado y una mandíbula relativamente ligera», explica Thomas.
A continuación, los investigadores secuenciaron todo el genoma del hombre de Cheddar. Es el individuo británico más antiguo cuyos genes han sido secuenciados. A partir de la secuencia pudieron saber el color de su piel y de sus ojos, y su tipo de pelo.
Finalmente, para revivir al hombre de Cheddar, los expertos modelistas neerlandeses Adrie y Alfons Kennis emplearon escáneres e impresión 3D para añadir la «carne» a sus huesos reconstruidos.
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Color a partir de genes antiguos
Gracias a la nueva tecnología de secuenciación, los investigadores pueden filtrar grandes cantidades de datos, según explica Thomas. Esto permitió al equipo hacerse una idea clara del aspecto del hombre de Cheddar.
Los genes que determinan el color de la piel se mapean a través de varios cromosomas, según Miguel Vilar, director científico del proyecto del genoma de National Geographic. Vilar no participó en la reconstrucción, pero según él los científicos habrían tenido que analizar miles de millones de puntos de datos, algo que antes no podían hacer con el ADN antiguo.
«Las nuevas técnicas de secuenciación de ADN facilitan la lectura de dichos cromosomas dispersados», afirma. «Es como coger un libro antiguo y buscar un capítulo entero en vez de buscar una sola palabra. Ahora podemos leer párrafos enteros».
«La pigmentación ocular viene determinada por un gen específico y una variante particular en el gen», afirma Thomas. «Para la piel hay una serie de variantes».
No está claro cómo ni cuándo desarrollaron los británicos una piel más pálida.
«Creemos que se debe a que la piel pálida absorbe más radiación ultravioleta, que contribuye a asimilar la vitamina D», afirma Vilar. En regiones más templadas, donde los humanos primitivos estaban menos expuestos a la luz solar, habrían necesitado absorber más radiación para descomponer la vitamina necesaria para desarrollar huesos sanos.
«En mi opinión, es la teoría más sólida sobre la pigmentación de la piel», afirma Thomas. «Pero no explica la pigmentación ocular. Existen otros procesos. Podría ser selección sexual. Incluso podría ser algo que todavía no entendemos».
Otra teoría propuesta en un estudio de 2014 sugería que, a medida que los humanos empezaron a cultivar los campos, sus dietas se hicieron menos diversas y por lo tanto habrían necesitado absorber más vitamina D del sol. Añade que, en la actualidad, las dietas modernas ayudan a la gente a consumir vitamina D sin exponerse a la luz solar.
Thomas explica que determinar el color de la piel es solo una pequeña parte del proyecto. Los investigadores examinan en términos más amplios cómo han influido los cambios en la dieta y la exposición a patógenos en las poblaciones durante los últimos 10.000 años.
Su estudio aparecerá en un documental en el canal británico Channel4 y se estrenará a finales de este mes.
«Si puedes medir los cambios en las variantes genéticas a lo largo del tiempo, puedes observar cómo ocurre la evolución», añade.