Las refugiadas rohinyás se aferran a su identidad mediante el maquillaje tradicional
Mujeres y niñas rohinyás siguen maquillándose con thanaka, una pequeña muestra de normalidad en la vida en los campos de refugiados.
Algunas niñas de los campos de refugiados rohinyá del sur de Bangladesh mantienen la sensación de normalidad a través de una rutina familiar: aplicarse un cosmético amarillo tradicional, conocido como thanaka.
El thanaka se utiliza habitualmente en otras zonas de Asia por sus propiedades medicinales, y las niñas y mujeres musulmanas rohinyás lo usan como maquillaje debido a su vivo color, según informa Reuters. La pasta se hace a partir de la corteza de los árboles thanaka, que crecen en el clima seco de la región central de Birmania. La corteza se vende en los campos, donde mujeres y niñas la muelen para crear una pasta lechosa con una piedra denominada kyauk pyin.
Cuando las niñas se lo aplican sobre la cara, contribuyen a mantener una parte de su cultura dentro de los campos de refugiados. Muchas de estas niñas han huido de las ofensivas militares contra sus aldeas que han tenido lugar en los últimos años, los últimos acontecimientos en una larga historia de tensión y conflicto entre musulmanes y budistas en el estado birmano de Rakáin y por el resto del país.
Naciones Unidas estima que más de 800.000 rohinyás han huido de Birmania hacia los campos de Bangladesh para salvarse de la tortura y la muerte a manos del ejército birmano.
Las niñas maquilladas con este cosmético cuentan a Reuters que les ayuda a protegerlas del intenso sol y de las picaduras de los insectos de los campos. También se cree que mantiene la piel fresca y previene el acné.