¿Cómo es posible que este barco estadounidense de esclavos esté tan bien conservado?
Los arqueólogos que estudian el 'Clotilda', que fue identificado en 2019, dicen que el naufragio puede contener una gran cantidad de artefactos bien conservados, desde barriles de comida hasta ADN humano.
La bodega del Clotilda se convirtió en una mazmorra infernal para 110 cautivos africanos llevados a Alabama en 1860, más de 50 años después de que se declarara ilegal la importación de personas esclavizadas. El capitán del barco prendió fuego a la goleta para cubrir su rastro, pero gran parte del casco de madera del barco sobrevivió.
Cuando en 2019 se identificaron positivamente los restos del Clotilda, el último barco de esclavos conocido en Estados Unidos, en las turbias aguas del río Mobile, Joycelyn Davis sintió que la gota había colmado el vaso.
Al crecer en el histórico Africatown, cerca de Mobile (Alabama), Davis siempre se creyó las historias que oía sobre el origen de su comunidad: que un acaudalado hombre de negocios blanco se había apostado que sería capaz de importar africanos esclavizados a Mobile mucho después de que esa práctica fuera prohibida. Que el capitán del Clotilda, William Foster, regresó de África en 1860 con 110 cautivos a bordo, entre ellos Charlie Lewis, antepasado de Davis y uno de los fundadores de Africatown. Que Foster había intentado destruir las pruebas de su crimen quemando y hundiendo el Clotilda. Y que en algún lugar del río Mobile yacían los restos del barco.
"El barco en sí mismo no hace que la historia parezca más real para mí", dice Davis. "El hecho de saber que mis antepasados estaban documentados, los libros que se escribieron... fueron suficientes para mí. Pero el barco fue la guinda del pastel".
Los arqueólogos marinos recuperaron clavos, puntas y pernos utilizados para asegurar las vigas y el entarimado del barco. Hechos de hierro forjado a mano, estos elementos de fijación eran habituales en las goletas construidas en Mobile a mediados del siglo XIX.
Ahora, los arqueólogos han hecho más descubrimientos que hacen que el ya excepcional Clotilda sea aún más raro.
Desde la identificación del Clotilda, los investigadores han estudiado el naufragio y la historia que lo rodea. Sus esfuerzos han dado lugar a la inclusión del barco en el Registro Nacional de Lugares Históricos. También han revelado que ha sobrevivido mucho más de lo que se pensaba, lo que convierte al Clotilda no sólo en el último barco de esclavos estadounidense, sino también en el mejor conservado.
"Este es el barco de esclavos más intacto que se conoce en el registro arqueológico", dice Jim Delgado, arqueólogo marítimo que dirige la investigación sobre el Clotilda para SEARCH, Inc. Delgado calcula que han sobrevivido hasta dos tercios de la estructura de madera del barco, incluidos los mamparos y otras modificaciones que convirtieron a la goleta comercial en un barco esclavista.
El naufragio descansa en aguas turbias con poca visibilidad, por lo que los arqueólogos se basan en escaneos de sonar para revelar su estado y dimensiones.
"Hay pruebas físicas directas reales no sólo del barco y su uso, sino también de los cambios realizados por Foster y su tripulación para convertirlo en un barco de esclavos", dice Delgado. "Podemos decir cuál es el tamaño de la zona donde se retenía a la gente. Se trató de un momento muy aleccionador y emocionalmente poderoso para que el equipo lo viera".
Conseguir una visión clara del naufragio en el río fangoso es casi imposible, por lo que los investigadores han confiado en el sonar para atisbar a través de la oscuridad.
"Estamos hablando de un pecio que se encuentra en un río donde la visibilidad para un buceador se mide en un par de centímetros", dice Delgado. "El sonar nos ha encendido las luces".
Los investigadores también han obtenido nuevos conocimientos sobre el flujo y reflujo del cieno que cubre partes del naufragio.
Un pequeño trozo de roble fijado a un perno de hierro recuperado del pecio muestra las pruebas del incendio que destruyó partes del barco. Los arqueólogos afirman que el pecio puede ser demasiado frágil para levantarlo.
"Ahora sabemos que el lodo que hay en el lugar se mueve. A veces se desprende, a veces sigue", dice Delgado, comparando el movimiento con una marea que sube y baja. "A veces, quedan expuestas cosas que antes no lo estaban y luego se vuelven a cubrir".
Está previsto realizar una excavación "limitada y selectiva" del pecio en marzo, dice Delgado. Las provisiones que probablemente se almacenaron en el barco -incluidos barriles de agua, carne de cerdo, carne de vaca, arroz, ron, melaza, harina y pan- pueden seguir enterradas en la bodega del barco. Incluso existe la posibilidad de recuperar ADN humano a partir de restos de fluidos corporales o excrementos entre las tablas del barco.
"Ese tipo de cosas puede estar ahí", dice Delgado, quien añade que la posibilidad de futuros descubrimientos ayudó a justificar la inclusión en el Registro Nacional.
La próxima excavación incluirá la toma de muestras de madera, el examen de las especies acuáticas que colonizan el pecio y la determinación de lo que puede hacerse para compensar el deterioro del lugar. La información se utilizará para determinar lo que debe venir después para el Clotilda, incluyendo si sus restos pueden ser levantados o no.
Stacye Hathorn, arqueóloga estatal de la Comisión Histórica de Alabama, lo duda.
"Uno de los problemas que se plantean es que, al excavar algo, se destruye el contexto, y el contexto cuenta la historia", dice Hathorn. "Hay que ser muy cuidadoso para reunir toda la información que se pueda, porque sólo se tiene una oportunidad. No se conservan las cosas destruyéndolas".
Una mejor opción puede ser preservar el naufragio en su lugar y construir un monumento conmemorativo cerca, similar a lo que se hizo con el U.S.S. Arizona en Pearl Harbor. En cualquier caso, los arqueólogos y los funcionarios estatales trabajarán en estrecha colaboración con la comunidad de descendientes del Clotilda para determinar el mejor camino. Se espera que un nuevo museo, la Casa del Patrimonio de Africatown, abra sus puertas el próximo verano.
Para Davis, cualquier detalle descubierto por los investigadores se siente como un pequeño milagro, cada uno de ellos una oportunidad para que la historia de su comunidad sea contada en un escenario internacional.
"Es increíble", dice. "Hace 10 o 15 años no me habrían podido decir que todo esto se desarrollaría, porque era un mito, pero todo estaba documentado".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.