Cuaresma, Ramadán y Yom Kipur: ¿por qué todas las grandes religiones ayunan?
El ayuno es uno de los rituales religiosos más significativos. ¿Cuál es el origen de esta tradición?
Pattani, Tailandia, 2010. Las mujeres rezan por separado en la mezquita principal de Pattani durante el Ramadán.
La abstinencia, ya sea desde el amanecer hasta el atardecer, o enmarcada en cualquier otro formato, es un ritual muy presente en las grandes religiones de Occidente. Tanto en el islam, como en el judaísmo, el cristianismo, el budismo o el hinduismo existen determinados momentos marcados en el calendario en los que reducir los alimentos adquiere una fuerte simbología.
El objetivo es reducir la vida a lo esencial y practicar la renuncia, según explica Thomas Lemmen, responsable del diálogo interreligioso en la Arquidiócesis de Colonia, Alemania. "Se trata de descubrir nuevas dimensiones del ser humano, o entablar una relación con Dios”. Sobre esta práctica, las religiones occidentales son similares, pero ¿dónde se originó?
Por razones espirituales y religiosas, el ayuno ha sido parte de las tradiciones humanas desde la prehistoria. La acción de ayunar ya se mencionaba en el Upanishad, los libros sagrados hinduistas, en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, en el Corán, en el Talmood, un código religioso judío, y en el Mahabarata, un texto mitológico de la India.
En el cristianismo, el ayuno está ligado a la celebración de la Cuaresma y la Semana Santa, que varía en función del inicio de la primavera y el calendario lunar. Su origen es el pasaje de La Biblia que narra cómo Jesús se retiró al desierto durante 40 días, donde rezó, ayunó y fue tentado por el diablo. Al volver, su espíritu era más fuerte.
Este pasaje religioso se ha transformado en una guía que marca las costumbres desde el Miércoles de Ceniza, que da inicio a la Cuaresma, hasta el Domingo de Pascua, cuando Jesús resucita después de haber muerto en la cruz. La Pascua cristiana simboliza el día en el que se celebra la resurrección de Cristo y se celebra siempre en Domingo, según lo recogido el pasaje de la Biblia en el que se relata la Última Cena, cuando Jesús reunión a sus discípulos por última vez justo antes de morir en la cruz.
(Relacionado: ¿Por qué cambia de fecha la Semana Santa?)
Por tanto, la Semana Santa es la conmemoración histórica cristiana de la Pasión de Cristo, que conmemora la última semana de vida de Jesús de Nazaret, y representa hoy un símbolo de penitencia y transición que muchos cristianos recuerdan a través del ayuno de carne de forma voluntaria.
El ayuno del Ramadán
En el Islam, sin embargo, el Ramadán conlleva un ayuno desde el amanecer hasta la puesta de sol que respetan todos los musulmanes. A diferencia de la Cuaresma, dura entre 29 y 30 días y también simboliza un tiempo de reflexión durante el que los creyentes se abstienen de comer y beber durante el día, así como de fumar o tener relaciones sexuales.
Igual que ocurre con la Semana Santa, el comienzo del Ramadán también fluctúa cada año: el primer cuarto creciente del calendario lunar marca su inicio a través de un comité de avistamiento de la luna situado en Arabia Saudí. Este año el Ramadán comenzó el 2 de abril y terminará el 2 de mayo, coincidiendo con las celebraciones del Eid al-Fitr, la fiesta del fin de ayuno.
Galería relacionada: 12 fotografías de National Geographic de la celebración del Ramadán
Esta tradición ya era respetada por los antiguos árabes. Su nombre, Ramadán, proviene de "ar-ramad", que significa calor abrasador. Los musulmanes creen que el ángel Gabriel se apareció ante Mahoma y le reveló el Corán, el libro sagrado del Islam, en el año 610 d. C. Por tanto, los musulmanes ayunan durante ese mes como forma de conmemorar la revelación del Corán, ya que esa revelación, Laylat Al Qadar ("noche del poder") sucedió durante el Ramadán.
Durante esta época, el objetivo es crecer espiritualmente y establecer un fuerte lazo con Alá. Ese mes de ayuno es obligatorio para todos los musulmanes, salvo para las embarazadas, los enfermos, las personas ancianas, viajeros o mujeres en su período de menstruación, que compensarán esos días durante el resto del año.
El desayuno previo al amanecer, o suhoor, tiene lugar antes de la primera oración del día, fajr, mientras que la cena, iftar, comienza tras la oración del atardecer, maghreb.
El día sagrado de Yom Kipur
Similar al Domingo de Resurrección cristiano, la fiesta principal de los judíos, el Yom Kipur, marca el final del calendario sagrado del judaísmo y también simboliza el camino espiritual hacia el rezo, el arrepentimiento y la caridad.
El nombre del día más sagrado del judaísmo, Yom Kipur, significa "día de expiación" en español. Este periodo de festividades que empieza con el Rosh Hashanah, que marca el Año Nuevo judío.
(Relacionado: ¿Qué es el Yom Kipur, la fiesta principal de los judíos?)
También marcado por el calendario lunar, esta época se celebra el décimo día del Tishri, el primer mes el año civil y el séptimo del año religioso según el calendario lunisolar hebreo.
Aunque la población judía en España es minoritaria, algunas tradiciones como el Kol Nidré - donde rezan para que los votos que no se puedan cumplir no se tengan en cuenta - están muy relacionadas históricamente con los judíos españoles que vivían en 1492 en los Reinos de Castilla, ya que los Reyes Católicos ordenaron su expulsión o su conversión obligatoria al cristianismo.
Para los judíos, el Yom Kipur marca el final de los llamados días de arrepentimiento y durante 10 días los creyentes pueden influir en los planes que Dios tiene preparados para el año que comienza. Por eso estos días están marcados en el calendario repletos de actos de oración y caridad.
En el judaísmo el día sagrado también está marcado por el ayuno acompañado de la abstinencia de limpiarse, de las relaciones sexuales, de los perfumes, las cremas y el calzado de cuero. Por tanto, el Yom Kipur es el día más sagrado del calendario judío y marca un ritual de expiación a través del ayuno y la oración.
El alma sobre el cuerpo
Aunque es difícil identificar en la historia del momento exacto en el que se originó la tradición de ayunar como un símbolo religioso, ya hay evidencias de esta abstinencia entre algunas tribus nativas de Norteamérica, en la antigua Grecia y en el Perú precolombino.
Según estas evidencias, ya entonces se relacionaba interrumpir una experiencia básica para el cuerpo humano con elevar el pensamiento hacia la espiritualidad.
(Relacionado: Los 24 sitios más sagrados de Europa)
A lo largo de la historia, renunciar a los placeres corporales se ha ligado a un aumento de la introspección en el alma. Otro matiz importante de estas restricciones yace en trabajar la fortaleza espiritual del agradecimiento, generar una falta para valorar la abundancia es un recordatorio de lo vital que resulta lo que se da por sentado.
El espíritu de esta tradición centenaria, que en todas las religiones representa de un modo u otro priorizar el alma sobre el cuerpo, seguirá representando en el fondo un momento para la autorreflexión, la conexión espiritual y el agradecimiento.