Las minas se llevaron sus piernas, pero el fútbol les trajo la gloria
El equipo de fútbol de amputados de Angola, vigente campeón del Mundial de Amputados, ha inspirado a una nación que aún se recupera de una guerra de 27 años.
Un jugador de fútbol participa en la Copa Mundial de Fútbol para Amputados en Estambul (Turquía). El torneo, que se celebra hasta el 9 de octubre, cuenta con 24 equipos. Durante los últimos cuatro años, el equipo de Angola ha ostentado el título de mejor equipo del planeta. Los jugadores esperan retener el título y dar a Angola un nuevo impulso en la escena mundial.
Cada noche de principios de septiembre, justo después de que el sol rojo de la capital desapareciera en el océano Atlántico, se oía un chasquido constante en el Estadio dos Coqueiros, en el centro de Luanda (Angola).
El chasquido procedía de las muletas metálicas que se clavaban en el césped del campo de fútbol del estadio, lo que indicaba que había comenzado el entrenamiento de los atletas más consumados de Angola: el equipo de fútbol masculino de amputados, campeón del mundo.
"Doy gracias a Dios por estar aquí", dice el capitán del equipo, Hilário Kufula, de 33 años, durante la sesión de entrenamiento. "Y por tener la oportunidad de contribuir a nuestro equipo nacional y hacer crecer el perfil del deporte, ganar campeonatos y llevar el nombre de nuestro país, Angola, a nuevas alturas".
De los 15 jugadores del equipo, 12 son amputados a causa de una mina, un accidente o una lesión; dos tienen malformaciones congénitas y uno tiene una pierna paralizada a causa de la poliomielitis. Juegan con muletas, que los impulsan mientras se deslizan por el campo. Durante los últimos cuatro años, han ostentado el título de mejor equipo del planeta. Ahora compiten en la Copa Mundial de Fútbol para Amputados 2022, que se celebra en Estambul (Turquía) hasta el 9 de octubre y en la que participan 24 equipos. España quedó eliminada en la fase de grupos.
El fin de semana, Angola ganó sus tres primeros partidos del Grupo F contra Uruguay, Irak e Italia. El equipo pasa ahora a la segunda ronda, donde se enfrentará a Inglaterra el miércoles 5.
Manuel Rocha, de Angola, juega contra Ghrairi Issa, de Irak, durante el partido de fútbol del Grupo F de la Copa Mundial de Fútbol para Amputados en Estambul, Turquía.
Irak y Angola saltan al campo durante el partido de fútbol del Grupo F de la Copa Mundial de Fútbol para Amputados.
Kufula, que perdió la pierna derecha en un accidente de tren a los 12 años, recuerda la gloria que supuso el campeonato de 2018: "Al llegar al país, con el recibimiento del pueblo angoleño y dar la vuelta a la ciudad con todo el mundo alrededor mirando, lo único que pude hacer fue llorar", dice.
Otros países con jugadores heridos en conflictos armados, como Irak, Liberia y Colombia, también compiten en Estambul. Este deporte se practica con siete jugadores en cada equipo. Seis jugadores están en un campo de aproximadamente la mitad del tamaño de un campo reglamentario, y uno hace de portero. Los jugadores de campo pueden tener dos manos pero sólo un pie, mientras que los porteros pueden tener dos piernas pero sólo un brazo, según las reglas oficiales de la Federación Mundial de Fútbol de Amputados.
(Relacionado: Datos curiosos acerca de los orígenes del fútbol).
Para preparar el torneo, Angola (que también fue subcampeona del mundo de amputados en 2014 y ganó la Copa de Naciones Africanas de Fútbol para Amputados en 2019) realizó rigurosas sesiones de entrenamiento una o dos veces al día durante los meses de verano. Los jugadores afirman que la presión para hacer un buen papel en Estambul es quizá aún mayor, ya que los equipos rivales aspiran a destronarlos.
"Tenemos expectativas muy altas, y sabemos que otros equipos se están preparando con el objetivo de eliminar a Angola", dijo Jesús Mateus, el portero del equipo, de 27 años, que perdió su brazo derecho en un accidente a los 5 años. Mateus, que se tiñe el pelo de rojo intenso, detuvo un penalti en la final de 2018 contra Turquía para llevar a Angola al título mundial.
"Sabemos que no será fácil, ya que hay muchos equipos muy fuertes en el torneo, aunque espero volver de Turquía otra vez con una medalla de oro en el pecho", dice.
El partido que les dio campeonato
En 2018, Angola superó a Turquía por 5-4 en la tanda de penaltis para ganar el Mundial de Fútbol para Amputados, que se celebró en México. Para un país que aún no ha ganado una medalla olímpica y que sólo marcó un gol en su única participación en la Copa Mundial de la FIFA 2006, el título de 2018 es el mayor triunfo en la historia deportiva angoleña.
La conquista de aquel campeonato otorgó a los miembros del equipo el estatus de celebridades en la nación de África occidental. A su regreso a Angola desde México, fueron recibidos en el aeropuerto de Luanda por cientos de aficionados que gritaban con los colores rojo y negro de la bandera nacional. Con las medallas de oro colgadas al cuello, los jugadores desfilaron por la ciudad encima de un gran camión flanqueado por una escolta policial que detuvo el tráfico en las concurridas calles de la ciudad. Al día siguiente, se reunieron con el Presidente de Angola, João Lourenço, y recibieron casas en Luanda como recompensa por su victoria.
Irak compite contra Angola durante la Copa Mundial de Fútbol para Amputados. Durante el fin de semana, Angola ganó sus tres primeros partidos del Grupo F contra Uruguay, Irak e Italia. El equipo pasa ahora a la segunda ronda.
Para los angoleños, el triunfo en un escenario internacional tiene un significado más profundo que un simple trofeo o el derecho a presumir. Angola y sus 34 millones de habitantes aún se están recuperando de una guerra civil de 27 años que concluyó en 2002 y desplazó a millones de residentes, mató a cientos de miles de ciudadanos, dejó las principales ciudades en ruinas y aisló en gran medida al país del resto del mundo.
Mientras la joven nación, que no se declaró independiente de Portugal hasta 1975, se reconstruye y se recupera, el campeonato del equipo de amputados representa el potencial de Angola en el escenario mundial, y la capacidad de su pueblo para superar la tragedia y alcanzar el éxito internacional.
"Hemos podido mostrar al mundo entero el talento que tenemos en África", dice Jesús Morais, un centrocampista de 31 años que perdió la pierna tras una lesión a los 8 años. "Hace muy feliz a mi familia decir que tienen un hijo que honró a la nación y defendió los colores de nuestro país. Me motiva y me da fuerzas y, mientras viva, siempre honraré los colores de la bandera angoleña".
El fútbol para amputados en Angola
El fútbol para amputados fue introducido en Angola en 1997 por la Fundación de Veteranos de Vietnam de Estados Unidos, con sede en Washington, D.C., a través de su iniciativa Deportes para la Vida, que ofrece programas de rehabilitación para los supervivientes de minas terrestres. El programa abrió un centro de rehabilitación en la provincia oriental angoleña de Moxico, fuertemente minada durante la guerra civil.
Uno de los fundadores del programa fue Augusto Baptista, actual entrenador de la selección de Angola. Dada la gran cantidad de lesiones causadas por las minas terrestres en la región, la participación en el deporte se consideró una forma de dar a los amputados una salida a su dolor y crear un sentido de pertenencia en la sociedad, dice Baptista.
"Entre 1997 y 2014, alrededor del 80% de los miembros de la selección nacional angoleña eran víctimas de las minas", afirma Baptista, quien añade que la mayoría de esos jugadores han dejado de pertenecer al equipo ahora que las lesiones por minas terrestres han disminuido en el país.
Más de 88 000 personas han resultado heridas por minas terrestres en Angola, que sigue siendo uno de los países más minados del mundo incluso dos décadas después de la conclusión de la guerra civil, según el Grupo Asesor sobre Minas, MAG. Este organismo, cuyo objetivo es encontrar y destruir minas terrestres, municiones de racimo y bombas sin explotar en los lugares afectados por el conflicto, calcula que todavía hay millones de minas terrestres y otras bombas sin explotar esparcidas por todo Angola, el séptimo país de África por superficie, que tiene más del doble de la extensión de Francia.
Turquía compite contra Liberia durante un partido del Grupo A de la Copa Mundial de Fútbol para Amputados que se celebra en las instalaciones de la Federación Turca de Fútbol de Riva en Estambul. La federación cuenta con 50 países miembros y ha ofrecido oportunidades a jugadores de todo el mundo.
El turco Omer Guleryuz compite con el liberiano Jusu Mohamed Delvin durante un partido en Estambul.
Sabino António Joaquim, ex capitán de la selección angoleña de 38 años y el miembro más veterano de la actual plantilla, creció en la provincia de Moxico y, a los nueve años, insistió en acompañar a su madre a hacer un recado. Mientras la seguía, pisó una mina y perdió la mitad inferior de su pierna derecha. Tras la lesión, António se resistió a jugar al fútbol con muletas, pero dice estar agradecido por lo que el deporte para amputados ha aportado a su vida.
"Me siento feliz de estar así. Si tuviera dos piernas, no habría tenido las oportunidades que he tenido", dice António. "Ahora soy jugador de fútbol y estoy viviendo una vida que no imaginaba posible".
Sentido de pertenencia
Celestino Elias no recuerda los acontecimientos del día en que, a los cinco años, pisó una mina terrestre en su pueblo, en la provincia central de Huambo, que le provocó la amputación de la pierna izquierda. Al necesitar muletas para caminar, Elías dice que a menudo fue excluido del fútbol cuando era niño.
"Mi misión era jugar al fútbol, aunque cada vez que entraba en un partido me decían que no podía jugar con muletas", dice Elías, de 32 años. "Esto siempre me hizo llorar al ser excluido de la actividad física".
Elias, que juega de defensa, se introdujo más tarde en el fútbol para amputados, donde destacó y fue reclutado para jugar con la selección angoleña. En el Mundial de 2018, fue nombrado el mejor jugador del mundo, una distinción que espera obtener de nuevo en 2022.
Una extremidad artificial utilizada por uno de los miembros del equipo de fútbol de Irak apoyada en un banco durante una sesión de entrenamiento en Bagdad para preparar la Copa Mundial de Amputados. La mayoría de los jugadores del equipo perdieron brazos o piernas durante los recientes conflictos del país.
José Manihuari, a la izquierda, conduce el balón durante una sesión de entrenamiento en Lima (Perú) para preparar la Copa Mundial de Amputados 2022. Otros países con jugadores heridos en conflictos armados, como Irak, Liberia y Colombia, también compiten en el torneo que se celebra en Turquía.
La Federación Mundial de Fútbol para Amputados cuenta con 50 países miembros y ha dado oportunidades a jugadores de todo el mundo, algunos de los cuales juegan ahora en ligas profesionales de Europa, Brasil y Turquía y se ganan la vida como atletas amputados. Cinco jugadores angoleños juegan actualmente en el extranjero en ligas profesionales, y dos jugadores (Heno Guilherme y João Chiquete) ganaron en mayo el título de la Liga de Campeones de Europa con su equipo turco, el Etimesgut Amputee Sport Club.
Guilherme, de 30 años, que perdió la pierna derecha en un accidente de coche a los cuatro años, se tiñe el pelo de rubio y es un líder vocal y emocional. En sus 13 años de carrera profesional, ha ganado la Copa del Mundo, el título de la Liga de Campeones, la Copa de África y campeonatos de liga en Angola y Turquía. Tras el torneo de 2022 en Turquía, Guilherme empezará a jugar en un equipo profesional de amputados en São Paulo, Brasil.
Guilherme confía en que Angola pueda mantener su título de campeón en Turquía y, a nivel personal, tiene la vista puesta en ganar la bota de oro, el premio que se otorga al máximo goleador del torneo. Aparte de los reconocimientos personales y profesionales, Guilherme afirma que lo más importante que ha ganado en su carrera es el respeto de su familia y de su país.
"Mi familia y mis amigos están muy orgullosos de lo que hemos conseguido", dice Guilherme. "Todos están orgullosos del trabajo que hemos hecho y de nuestros logros representando a Angola".
Con base en Ciudad de México, Adam Williams ha informado desde América del Sur y Central, el Caribe y México desde 2009. Viajó a Angola para impartir un curso de periodismo de investigación a periodistas locales. Síguelo en Twitter.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.