Solsticio de invierno en Stonehenge

¿El secreto de no hundirte en invierno? Abrázalo, no luches contra él

Sigue algunos consejos de la sabiduría antigua y cambia tu mentalidad para transformar tu experiencia invernal de algo desalentador a algo encantador.

Personas reunidas en Stonehenge (Reino Unido) para celebrar el solsticio de invierno, un antiguo ritual que marce al día más corto del año y la progresiva vuelta de la luz del sol. Los expertos señalan cómo fijarse en la sabiduría antigua y cambiar nuestra mentalidad podría ayudarnos a disfrutar durante los meses más fríos.

Fotografía de Andrew Matthews, PA Images via Getty Images
Por Lynda Lin Grigsby
Publicado 6 nov 2024, 13:46 CET

El cambio al invierno puede parecer una afrenta a las rutinas diarias. Con el final del horario de verano, la luz del atardecer se desvanece, sumiendo nuestras rutinas en la oscuridad y dejándonos preguntándonos: "¿Qué hora es otra vez?"

Los expertos sugieren que las comodidades modernas exacerban este hartazgo estacional. Las comodidades del hogar, como las luces con sensor de movimiento y los sistemas inteligentes de calefacción para el hogar, mejoran nuestra vida diaria, pero pueden alterar un instinto humano fundamental: adaptarse a los cambios estacionales.

"Vivimos desincronizados con lo que está sucediendo en nuestros cuerpos", dice Kari Leibowitz, psicóloga de la salud y escritora. "Nuestras comodidades modernas pueden jugar en nuestra contra porque realmente refuerzan esta idea de que no es necesario adaptar estacionalmente o cambiar su comportamiento", añade.

No siempre fue así. Las culturas nativas americanas, como los zuni, en el oeste de Nuevo México (Estados Unidos), han celebrado durante mucho tiempo la llegada de la oscuridad y el invierno con rituales de danza y disfraces. Los persas han estado celebrando el comienzo de largas noches de invierno desde el año 502 a.C. 

Entonces, ¿cómo podemos ajustar nuestras rutinas para aceptar el cambio de estación en lugar de resistirnos?

En los bulliciosos mercados de Teherán, la capital de Irán, la gente se prepara para el Shab-e Yalda, una antigua celebración del solsticio de invierno caracterizada por contar historias, poesía y comida estacional para simbolizar la resiliencia y la promesa de los días más largos que están por venir.

Fotografía de Fatemeh Bahrami, Anadolu via Getty Images

Por qué adaptarnos a las estaciones es importante para nuestra salud

El cuerpo humano está diseñado para adaptarse a las señales estacionales.

"Durante el invierno, nuestros cuerpos pasan por un ciclo evolutivo natural. Esto no es un comportamiento aprendido o una coincidencia. Es parte de una programación más profunda e instintiva", dice Michael Varnum, psicólogo social y profesor asociado de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), que estudió los efectos estacionales en las mentes y los cuerpos. 

Nuestro ritmo circadiano, impulsado por la exposición a la luz y la oscuridad, regula funciones críticas como el sueño y los niveles de energía. La luz de la mañana desencadena la liberación de cortisol para energizarnos, mientras que la oscuridad estimula  la melatonina, que nos prepara para dormir. En invierno, despertarse en la oscuridad puede interrumpir la producción de cortisol y causar fatiga y cambios en el estado de ánimo, dice Leibowitz.

"Hay muchos paralelismos con la hibernación en muchos otros mamíferos", añade Varnum. "También se ve que la gente hace menos ejercicio. Comen alimentos más densos en calorías. Se ven cambios en la motivación".

En invierno, estos cambios fisiológicos están guiados por nuestras raíces evolutivas. Los primeros humanos redujeron su ritmo para conservar energía durante la escasez de alimentos, pero en el mundo actual de abundantes tiendas de comestibles y servicios de entrega, a menudo vivimos en contra de los ritmos de la naturaleza, dice Leibowitz.

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    Algunos pueblos nativos americanos, como los zuni de Nuevo México, han abrazado los ritmos de la naturaleza desde tiempos inmemoriales, celebrando el cambio de las estaciones con ceremonias y reuniones comunitarias.

    Fotografía de Paul Hahn, Laif, Redux

    Prácticas ancestrales para alinearse con la naturaleza

    Vivir fuera de sincronía con los cambios estacionales no siempre fue el camino. Muchas culturas antiguas y comunidades indígenas adoptaron e integraron los ciclos naturales en sus vidas.

    En la antigua Persia, el festival de Yalda celebraba la noche más larga con lecturas de poesía, sandías y granadas y la luz de las velas para simbolizar el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Los celtas también marcaban la llegada del invierno con reuniones comunitarias alrededor de las fogatas durante el solsticio, viéndolo como un momento para reflexionar, renovarse y conectarse con los ciclos de la naturaleza.

    Las comunidades indígenas de América del Norte han marcado durante mucho tiempo el cambio de estaciones con rituales, dice Rosalyn LaPier, escritora indígena e historiadora ambiental de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign.

    "La gente planeó sus propias vidas en torno a los ciclos", dice.

    Según LaPier, miembro inscrito de la nación de los pies negros en Montana y de los métis del Río Rojo, estos tiempos representan espacios liminales donde las deidades intercambian deberes del día a la noche.

    De manera similar, el pueblo sami del norte de Escandinavia clasifica el invierno en tres fases distintas (otoño-invierno, invierno y primavera-invierno) para reconocer los cambios sutiles dentro de los meses más oscuros, dice Leibowitz. Esta cuidadosa observancia de los cambios estacionales fomenta la atención plena, una práctica que se ha demostrado que ayuda a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo al fomentar una conexión más profunda con el entorno.

    Una aurora boreal ilumina la isla sagrada de los samis, Ukko, en Finlandia, un lugar histórico donde se hacían rituales para honrar los ciclos de la naturales y el cambio de las estaciones.

    Fotografía de Stanislas Fautre, Figarophoto, Redux

    Cómo abrazar el invierno

    A pesar de su sombría reputación, el invierno no tiene por qué ser percibido negativamente. Cambiar nuestra mentalidad puede alterar profundamente nuestra experiencia de esta temporada.

    "Suena a... mentalidad mágica", dice Leibowitz, que escribió How to Winter, un libro con estrategias para desarrollar una mejor mentalidad invernal. "Pero hay un mecanismo muy claro de cómo esto puede conducir a resultados beneficiosos", aclara.

    Según Alia Crum, profesora de psicología y directora del Laboratorio de Mente y Cuerpo de la Universidad de Stanford (EE. UU.), nuestra mentalidad, un conjunto de creencias que da forma a cómo percibimos el mundo, afecta nuestra atención y, a su vez, nuestro comportamiento. Por lo tanto, centrarse solo en los inconvenientes del invierno puede llevarnos a una perspectiva negativa de la temporada.

    Para adoptar una perspectiva positiva, Leibowitz sugiere una técnica llamada "agrupación de tentaciones", es decir, emparejar una actividad que no te gusta con algo agradable. Si conducir a casa desde el trabajo en la oscuridad se siente monótono, planifica una cena a la luz de las velas o un baño caliente después para mejorar tu estado de ánimo.

    Para amortiguar el impacto de la menor luz del día, organiza una fiesta de cambio de hora o del solsticio de invierno. Planificar una celebración de invierno entrena tu atención y te pone en modo festivo en lugar de sentirte harto por los cambios estacionales.

    Preparar tu espacio para el invierno es otra estrategia que aprovecha el poder de los rituales. Poner la ropa de verano al fondo del armario (sí, incluso en lugares con inviernos más suaves) o configurar luces cálidas puede enviar señales positivas de que el invierno es acogedor.

    "Puede sonar cursi, pero creo que cuando lo haces intencionadamente, puedes dar la bienvenida y celebrar la oscuridad", dice Leibowitz.

    Sobre todo, los expertos coinciden en la importancia de pasar tiempo al aire libre, incluso en el frío.

    "No necesitas ir a un parque nacional. Puedes experimentar la naturaleza dondequiera que estés. Solo tienes que salir", dice LaPier.

    Notar los cambios en los paisajes, las plantas y los árboles fomenta una conexión con los ritmos del mundo natural. Leibowitz recomienda tomar fotos de estas observaciones, que pueden ayudar a cultivar la atención plena y permitir compartir experiencias positivas con amigos.

    "No es una solución total, pero ¿puedes hacer que tu invierno sea un 20 por ciento mejor?", dice Leibowitz sobre esos largos días de invierno.

    Sintonizarnos con las estaciones también puede fomentar la autocompasión. Reconocer que nuestros cuerpos y mentes fluyen y refluyen con las estaciones permite una mayor amabilidad hacia nosotros mismos durante la fiebre de las fiestas.

    "Al igual que el ciclo estacional, va a haber un período de barbecho. Pero luego se calentará. Los estados de ánimo cambiarán. Los niveles de energía cambiarán de forma natural", dice Varnum.

    Solo tenemos que prestar atención a las señales.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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