La leyenda del "gato demoníaco" que vaga por el Capitolio de Estados Unidos
Durante más de 100 años, los habitantes de Washington han informado de avistamientos del siniestro felino que, según se cree, señala la llegada de una catástrofe política.
La cúpula del Capitolio de EE.UU. al atardecer en Washington, D.C. En 1898, un periodista describió este edificio como "probablemente el más embrujado del mundo" y contribuyó a crear la leyenda perdurable de un gato malicioso que merodea por sus pasillos sagrados.
Abundan los misterios sobre el edificio del Capitolio de Estados Unidos en Washington, D.C.: desde rumores de que fue maldecido por un ingeniero que murió durante la construcción hasta los informes de avistamientos de un bibliotecario fantasmal del Capitolio. Pero la más duradera puede ser la leyenda de un terrorífico gato demoníaco que recorre los pasillos de la sede del Poder Legislativo de la nación.
Desde su primera aparición rumoreada en la década de 1890, el llamado Gato Demonio (conocido como "D.C", por sus siglas en inglés Demon Cat) ha dejado un rastro de gente aterrorizada a su paso. Algunos dicen que ha aparecido antes de acontecimientos trágicos, como el crack bursátil de 1929 o el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963. A continuación se explica cómo surgió este espeluznante mito y por qué persiste en la actualidad.
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Mitos sobre gatos en el siglo XIX
Los informes sobre "gatos demoníacos" (tanto reales como sobrenaturales) eran extrañamente comunes durante el siglo XIX. De hecho, la mitología relacionada con los gatos se remonta a siglos atrás en todo el mundo. Los estudiosos atribuyen la ubicuidad de estos relatos a los cuerpos y el comportamiento de los gatos, desde sus sonidos de otro mundo hasta sus hábitos nocturnos y sus ojos brillantes.
En Japón, por ejemplo, las leyendas del bakneko describían a gatos sedientos de venganza que se comportaban como humanos. Los padres italianos que querían asustar a sus hijos para que se portaran bien les contaban historias aterradoras de un felino gigantesco llamado Gatto Mammone. En la mitología eslava, se creía que un malvado ovinnik rondaba los graneros e incluso los incendiaba. Y en Irlanda, las historias de gatos demoníacos abundaban en la tradición local.
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Se dice que el Gato Demonio comenzó con el tamaño de un gato atigrado común, similar al gato que se ve en este negativo de cristal del siglo XIX del fotógrafo de retratos de Washington, D.C., Charles Milton Bell. Pero algunos creyentes afirmaron que el felino se convirtió en una enorme bestia ante sus propios ojos.
No es de extrañar, pues, que la cultura estadounidense también estuviera llena de "gatos demoníacos" a finales del siglo XIX. En la década de 1880, los espectadores disfrutaron de un poema y una obra de teatro llamados El gato demoníaco, y los periódicos de la época están llenos de informes sobre felinos peligrosos reales y legendarios.
Un gato real aterrorizó a los clientes de un restaurante de Chicago en 1885. Según el Chicago News, el "diablillo de las tinieblas" se relajaba en la barra del restaurante cuando el propietario lo apartó de un manotazo. A continuación, el gato atacó a un camarero mientras aullaba y escupía y esparcía la comida. Al parecer, John Stearns, cuñado del entonces alcalde Carter Harrison, abandonó el restaurante en respuesta, diciendo: "No te preocupes, no me traigas otro desayuno. Normalmente no soy supersticioso, pero los gatos negros no se andan con chiquitas".
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“Carlinos, caniches, mestizos, bull-terriers y terranovas se han encontrado a su vez con el gato demoníaco y han sido derrotados por él. Los camareros evitan al animal como lo harían con un bote de dinamita. ”
Otro periódico de 1889 contó la historia de un gato más sobrenatural que desapareció a bordo de un barco. Devastado, el dueño del gato se arrojó a un mar tempestuoso, para que la tripulación descubriera más tarde al gato en un compartimento bajo cubierta, rodeado de botellas de ron vacías y "bailando con diabólico regocijo... salvajemente intoxicado". Sólo cuando la tripulación arrojó el gato al mar cesaron las tormentas.
Cómo empezó la leyenda del gato demoníaco de Wasington D.C.
En 1898, el periodista afincado en D.C. René Bache escribió sobre las apariciones fantasmales supuestamente asociadas al edificio del Capitolio de EE.UU., calificándolo como "probablemente el más embrujado del mundo". Bache describió el "fantasma felino" como un gato que pasaba de ser un animal de tamaño normal a tener el tamaño de un elefante ante los ojos de la gente, afirmando que el fantasma había estado asustando a los congresistas y a otras personas en el edificio desde 1862.
“... se dice que el Gato Demonio ha vuelto a hacer su aparición, después de muchos años de ausencia. Se trata de una aparición verdaderamente espantosa, y no de un espectro sin vista... ”
Según Samuel Holliday, director de becas de la Sociedad Histórica del Capitolio de EE.UU., en aquella época había mucha gente para ver un gato misterioso en los alrededores del edificio. Durante ese primer año de la Guerra Civil, los soldados de la Unión se alojaron en las salas de la Cámara de Representantes y del Senado en previsión de un ataque confederado, y más tarde ese año el edificio se convirtió en un hospital temporal para las tropas heridas en combate.
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Es muy probable que los gatos también vivieran en el Capitolio durante la época de la Guerra Civil. En aquel entonces, era habitual tener gatos para cazar ratas, que habrían sido abundantes debido a los 20 hornos de gran capacidad que había en el sótano del edificio y que producían 10 000 raciones al día para alimentar a los soldados.
Otra fuente de la leyenda podrían haber sido los oficiales de la Policía del Capitolio que patrullaban el edificio por la noche. Holliday dice que sus funciones en aquella época incluían la captura de animales extraviados en las instalaciones del Capitolio. "Por ejemplo", dice, "en 1904 el cuerpo tuvo que echar el lazo a un caballo extraviado y en 1910 capturó 31 perros". El guía del Capitolio, Steve Livengood, dice que un guardia que bebió demasiado pudo haber iniciado (y difundido) la historia en un intento de conseguir un día libre.
Sea cual sea el origen de la leyenda, no hizo más que crecer con los años. En 1935, un policía del Capitolio dijo al Washington Post que había disparado su pistola a un gran gato negro con "las generosas proporciones de Mae West y la disposición de Bela Lugosi". Para entonces, los creyentes pensaban que el gato era un atigrado con ojos de faro, y decían que también podía encontrarse en la Casa Blanca.
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El gato demoníaco en la actualidad
Pero un conjunto de huellas felinas puede ser el mayor impulsor de la fama del Gato Demonio. Se encuentran en el suelo de cemento de la Pequeña Rotonda del Senado, cerca de la entrada a la Antigua Cámara del Tribunal Supremo.
El Arquitecto del Capitolio, la institución federal que mantiene y conserva el edificio, atribuye las huellas a los gatos matarratas que antaño rondaban por el edificio, pero quienes suscriben el mito del Gato Demonio no están de acuerdo. Dicen que las huellas sólo aparecieron después de que la rotonda estuviera a punto de ser destruida por una explosión en 1898, una explosión que atribuyen al maligno gato, aunque el registro oficial dice que la culpa fue de una explosión de gas. Estos creyentes también afirman que las iniciales D.C. grabadas en el mismo suelo representan al Gato Demoníaco.
Aunque las huellas y las iniciales se han conservado dentro del edificio del Capitolio para la posteridad, Livengood dijo a Atlas Obscura en 2018 que no ha habido ningún avistamiento de Demon Cat en los últimos años.
No es el caso de las infames ratas del Capitolio: a principios de 2022 se informó de una infestación de roedores en el cercano Centro de Cuidado Infantil de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Y las ratas marrones han vuelto a aparecer en el Distrito, según el Washington Post, con 13 300 quejas durante el año fiscal 2022. Tal vez sea el momento de que el Gato Demonio haga su reaparición... todo en nombre del control de plagas.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.