Seis formas de viajar con agua potable, pero sin plástico
Cuando viajas, hidratarse es fundamental. Gracias a estos consejos, podrás hacerlo sin necesidad de utilizar plástico.
Esta historia forma parte de ¿Planeta o plástico?, una iniciativa plurianual para crear conciencia sobre la crisis global de desechos plásticos. Ayúdanos a evitar que mil millones de objetos de plástico de un solo uso lleguen al mar para finales de 2020. Elige al planeta. Comprométete en www.planetaoplastico.es.
Cuando se va de viaje, mantenerse hidratado puede ser difícil, sobre todo en lugares donde el agua del grifo es insegura o ni siquiera está disponible. En lugar de recurrir a una botella de plástico de un solo uso y agravar el problema de la contaminación por plástico, te mostramos nuevas estrategias para poder consumir agua potable allí donde vayas.
Lleva tu propia botella con filtrado
Si prefieres un todo en uno, te proponemos una botella con filtración y purificación incluidas, con un filtro y un recipiente combinados que facilitan su limpieza y transporte. LifeStraw emplea una membrana de fibra hueca y una cápsula de carbón activado para retirar bacterias, parásitos y microplásticos, y reducir los malos olores y sabores. GRAYL lleva un pasó más allá este compromiso con el consumo de agua potable, añadiendo protección antivírica.
No todas las botellas con filtrado se fabrican igual: algunas dependen de la succión, otras necesitan presión, algunas protegen de una serie de patógenos y otras no. La duración de los filtros varía mucho y no están disponibles en todas partes, así que te recomendamos llevar de más. Lee minuciosamente las descripciones e instrucciones del producto.
Purificación con luz UV
Quizá ya hayas consumido agua purificada con luz ultravioleta. Las empresas de embotellado y las plantas de tratamiento municipales suelen emplear este método. Gracias a productos ligeros e innovadores como Steripen y Larq Bottle, los viajeros pueden llevar consigo una tecnología similar.
A intensidades específicas, la luz ultravioleta destruye el ADN de virus, protozoos y bacterias. Con solo tocar un botón o revolver la varilla, el Steripen llena el agua de rayos ultravioleta que matan hasta el 99 por ciento de las bacterias y los virus en pocos minutos.
Aunque la luz ultravioleta puede purificar, no filtra los sedimentos, metales pesados u otros materiales particulados, de forma que es mejor combinar los dispositivos de luz UV con filtros de agua.
Sistema personal de filtración
Esta es una buena opción si prefieres un sistema de filtrado lo bastante compacto para viajar y lo bastante flexible para poder configurar los componentes según tus necesidades.
El filtro desmontable de LifeStraw Flex y Sawyer Mini hace las veces de pajita para sorber directamente de la fuente de agua y puede usarse como envase de hidratación. Ambos sistemas emplean una membrana de fibra hueca, pero Flex añade una cápsula de carbón activado para eliminar sustancias químicas y metales pesados. El filtro de Flex tiene que cambiarse cada 95 litros de uso, mucho antes que el de Sawyer, que, según dice, dura 3.785 litros.
Electrificar para purificar
Los aventureros que prefieren algo ligero pueden llevar un dispositivo de purificación de agua electrolítico. Este dispositivo portátil, de pequeño tamaño pero con grandes resultados, desintegra una solución simple de salmuera —elaborada in situ con sal y agua— con una corriente eléctrica para crear un desinfectante que se puede añadir al agua (hasta 20 litros cada vez) para destruir casi todos los patógenos.
A diferencia de los dispositivos UV, este tipo de desinfectante puede actuar en agua turbia. El dispositivo es duradero y recargable. Potable Aqua PURE anuncia que puede purificar hasta 60.000 litros de agua antes de tener que remplazar las partes, y la batería puede cargarse por USB. Si te preocupa el sabor o la sensibilidad química, debes saber que el desinfectante deja un residuo de cloro en el agua.
Tratamientos químicos
Manipular pastillas de cloro puede resultar peligroso y las pastillas de yodo se han vinculado a problemas de salud. Ambas dejan un olor y un sabor desagradables en el agua tratada. Una alternativa es el dicloroisocianurato de sodio (NaDCC): es asequible, fácil de usar y obtiene los mismos resultados de purificación que el cloro, con menos riesgos.
Echa una pastilla purificadora de NaDCC —Aquatabs, por ejemplo— en agua no turbia para liberar ácido hipocloroso, que reduce la mayor parte de los patógenos y hace que el agua sea potable tras media hora. Y recuerda: este método no retira materiales particulados ni contaminantes como plaguicidas. Si tratas agua turbia, lo mejor es filtrarla antes de disolver las pastillas. Recuerda leer las instrucciones por si tienes que ajustar el tiempo.
Alza la voz y da ejemplo
Si sabes dónde buscar, puede que algunos lugares ofrezcan agua filtrada gratuita. Aplicaciones como RefillMyBottle y Tap pueden localizar las estaciones de rellenado de agua.
Empleando herramientas de filtrado y purificación ha ayudado a Mike y Anne Howard, la pareja de viajeros HoneyTrek, a recorrer el mundo continuamente durante más de 2.000 días sin romper su pacto de no llevar botellas de plástico.
Y, a veces, solo es cuestión de hablar: cuantos más viajeros pidan a restaurantes, hoteles y turoperadores rellenar botellas reutilizables, más se adaptarán a la demanda estos servicios y se usará menos plástico de un solo uso.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.