Los envases alimentarios de plástico: el objeto más habitual en las limpiezas de playas de 2018
Durante una iniciativa para limpiar playas con un millón de voluntarios en 120 países también aparecieron un árbol de Navidad artificial y una máquina de escribir.
En un mercado local, el humilde pepino conserva su frescor durante tres días. Envuélvelo en film de polietileno y su longevidad se extiende a 14 días. Esto, en definitiva, explica el rápido aumento de los envases alimentarios de plástico que, según las proyecciones, se convertirá en un mercado por valor de casi 337 000 millones de euros el año que viene.
Con estas cifras, no sorprende que la forma en que los humanos compran y consumen alimentos tenga un impacto tan tangible en los océanos. Nueve de los diez principales artículos hallados en la iniciativa anual de limpieza de playas de Ocean Conservancy estaban relacionados con la comida y la bebida. Los restos de envases alimentarios siguen siendo el segundo residuo más habitual recogido durante la limpieza anual de playas de 2018. Los cubiertos de plástico han entrado en la lista por primera vez, según el nuevo informe del grupo.
Además de los envases alimentarios —se recogieron más de 3,7 millones de envoltorios individuales—, en la lista de plásticos desechables figuran pajitas, palitos agitadores, botellas y tapones, bolsas de la compra y otras bolsas de plástico (para alimentos y otros usos), tapas, vasos y platos.
La excepción son las colillas de cigarrillos, que contienen filtros de plástico, y que han sido el artículo número uno durante muchos años.
«Las colillas son un problema distinto y ganan la carrera cada año», afirma George Leonard, científico jefe de Ocean Conservancy.
«Al ver el resto [de artículos] de la lista de los diez primeros, lo que más me sorprende es que la gran mayoría no son reciclables. En el grado en que hablamos del reciclaje como solución al problema del plástico en el mar, tendría que llegar al 50 o al 90 por ciento, que es un aumento enorme y se complica muy deprisa», afirma.
La limpieza de 2018 también contó por primera vez con más de un millón de voluntarios. Recogieron más de 10 000 toneladas de basura en playas de más de 120 países y catalogaron casi un millón de artículos, creando una instantánea de casi todo lo que fabricamos y utilizamos los humanos.
La recogida de basura incluyó más de 69 000 juguetes, más de 16 000 aparatos electrónicos, una lámpara de araña, un árbol de Navidad artificial, la puerta de un garaje y una caja registradora.
Leonard afirma que la organización está llevando a cabo un análisis de datos ampliado en busca de patrones globales que puedan documentar las iniciativas para mantener la basura fuera del mar.
Lo que sorprendió a Leonard de la limpieza de 2018 no fue el volumen de artículos recogidos —si hay más gente en la playa, se recoge más basura—, sino lo que dicen los voluntarios que los recogieron sobre el problema de la contaminación por plástico.
«El voluntariado está vivito y coleando», afirma. «Y la creciente indignación por los océanos es un factor motivador real».
La limpieza de este año está programada para el 21 de septiembre.
Esta historia forma parte de ¿Planeta o plástico?, una iniciativa plurianual para crear conciencia sobre la crisis global de desechos plásticos. Ayúdanos a evitar que mil millones de objetos de plástico de un solo uso lleguen al mar para finales de 2020. Elige al planeta. Comprométete en www.planetaoplastico.es.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.