La península Antártica registra la temperatura más alta de su historia
Las arterias de hielo de la península Antártica se derriten desde hace cinco décadas a un ritmo dramático, provocando la pérdida de un 87% de los glaciares de su costa oeste.
«Esperanza» es el nombre con el que se conoce la base de investigación argentina que registró el pasado 6 de febrero una temperatura récord de 18,3ºC en el extremo norte de la península Antártica, superando los 17,5ºC alcanzados el 24 marzo de 2015. Estas temperaturas, documentada por el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina (SNM), son inusuales incluso durante la época estival.
Con un clima usualmente frío, ventoso y seco, la temperatura media anual de la Antártida oscila entre los -10 ºC en la costa antártica y -60ºC en las zonas más elevadas del área interior. Su inmensa capa de hielo alcanza casi los cinco kilómetros de espesor y contiene el 90% del agua dulce del planeta, “suficiente para elevar el nivel del mar unos 60 metros si se derritiera”, según alerta en un comunicado la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El extremo noroeste de la península Antártica, situado cerca de América del Sur, “se encuentra entre las regiones de calentamiento más rápido del planeta, casi 3 °C en los últimos 50 años”, alerta la OMM. “La cantidad de hielo de la capa antártica que se pierde cada año ha aumentado al menos seis veces entre 1979 y 2017”.
Contemplando la región antártica al completo, tanto la península como sus islas, el récord fue registrado en la isla Signy: 19.8 °C en enero de 1982. Ahora, este nuevo registro récord del extremo norte de la península podría traducirse también en un nuevo récord a nivel continental, por lo que será verificado por un comité del Archivo de Extremos Climáticos y Climáticos de la OMM.
"Todo lo que hemos visto hasta ahora indica un probable registro legítimo pero, por supuesto, comenzaremos una evaluación formal del registro una vez que tengamos datos completos de SMN y sobre las condiciones meteorológicas que rodean el evento", afirma Randall Cerveny, experto en Extremos Climáticos de la OMM.
Glaciares en peligro
“El registro parece estar probablemente asociado (a corto plazo) con lo que llamamos un evento regional ‘foehn’ sobre el área: un calentamiento rápido del aire que desciende por una ladera o montaña, pero está enmarcado a nivel global en los efectos del cambio climático”.
A lo largo de los últimos 50 años, el 87% de los glaciares de la costa oeste de la península Antártica se han retirado, “y la mayoría muestra una retirada acelerada en los últimos 12 años”, afirman los expertos de la OMM.
Las imágenes satelitales del Sentinel 1 de Europa muestran que las grietas del glaciar Pine Island, una de las principales arterias de hielo de la Antártida occidental, han estado creciendo rápidamente en los últimos días. Desde que fueron descubiertas a principios de 2019, ambas grietas han crecido aproximadamente 20 kilómetros de longitud.
Pine Island y Thwaites, las arterias de hielo de la Antártida
El glaciar Pine Island ha perdido hielo de forma dramática en los últimos 25 años. “Hoy en día, se observa que el glaciar pierde masa debido a una combinación de eventos de parto junto con una fuerte fusión basal, donde las cálidas corrientes oceánicas erosionan la parte inferior de la plataforma de hielo flotante”, explica la OMM. “A medida que la plataforma de hielo adelgaza y da lugar a enormes icebergs, la descarga del glaciar no puede reponer el hielo perdido y el frente de la plataforma de hielo retrocede”.
Vecino de su remota ubicación, la situación del glaciar Thwaites también preocupa a los expertos, que han comenzado un proyecto internacional para estudiar el vasto glaciar desde todos los ángulos. “La urgencia proviene de observaciones y análisis que muestran que la cantidad de hielo que fluye desde Thwaites y que contribuye al aumento del nivel del mar se ha duplicado en el lapso de tres décadas”, explican.
Debido a sus remotas ubicaciones, los satélites tienen un papel fundamental en el análisis de la crítica situación de la retirada glacial de la Antártida. Esta enorme plataforma de hielo flotante es, de hecho, uno de los mayores contribuyentes al aumento global del nivel del mar desde la capa de hielo antártica occidental. De ahí el exhaustivo estudio de su situación ya que, según el Observatorio de la Tierra de la NASA, este glaciar podría sufrir cambios aún más dramáticos en el futuro cercano.