Un incendio amenaza los depósitos de residuos nucleares de Chernóbil
Las llamas han arrasado durante más de diez días los bosques de la zona de exclusión de Chernóbil hasta llegar a dos kilómetros de los depósitos nucleares.
Aunque las autoridades afirman que el incendio ya está bajo control, aún quedan focos que podrían reavivarse y las organizaciones medioambientales dudan de que la política del silencio esté acallando información, tal y como sucedió en la tragedia de 1986.
Mientras el mundo entero asiste a un escenario global casi inverosímil y con el foco de la información acaparado a voluntad de la pandemia mundial del coronavirus, otro insólito suceso asalta este rocambolesco inicio de año: la amenaza de una catástrofe nuclear.
A principios de abril comenzó a extenderse sobre tierras ucranianas un incendio cuyas llamas se han dispersado hasta la ciudad fantasma de Prípiat, desalojada tras la tragedia nuclear de 1986, y han continuado su avance hasta arrasar los bosques de la zona de exclusión de Chernóbil y llegar a dos kilómetros de los depósitos de residuos nucleares.
Los servicios de emergencia han desplegado 500 efectivos con un total de 50.000 bomberos sobre el terreno y las autoridades aseguraron el miércoles que el fuego ya estaba controlado y sofocado, aunque eran diversas las organizaciones medioambientales que dudaban de la información oficial y aseguraban que había focos cercanos a la central que podían reactivarse. Según informa Reuters, el jueves por la noche estallaron nuevas llamas avivadas por fuertes los vientos que azotan el lugar y que han cubierto de contaminación el cielo de Kiev hasta convertir su aire en el más contaminado del mundo.
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Además del riesgo potencial y el debate sobre la afectación de la calidad del aire, son ya miles los animales afectados por los incendios, que han arrasado al menos cien hectáreas de bosque. Desde caballos salvajes hasta pequeños mamíferos, las imágenes que recorren internet recuerdan el terrible escenario de los incendios en Australia. Aquellos que logran huir o ser rescatados se encuentran posteriormente con su hábitat calcinado.
Niveles de radiación muy superiores
Un vídeo del pasado lunes en las redes sociales de Yaroslav Yemelianenko, miembro de la Agencia Estatal de Ucrania para la Gestión de la Zona de Exclusión, muestra las grandes llamas y una nube de humo que se elevaba a lo lejos sobre el reactor nuclear de la Unidad 4 de Chernobyl. La publicación incluye también un contador Geiger que muestra una radiación 16 veces mayor de lo normal, aunque el Ministerio de Emergencia lo achacó el lunes a las condiciones meteorológicas. Pese a que la lluvia y la dirección del viento parecen ayudar a su extinción, los activistas alertan de que aún existe un gran peligro.
Debido a que comenzó en diferentes lugares e incluso cruzó el río Prípiat, la teoría más apoyada es que se trata de un fuego provocado, frente a quienes afirman que fue a causa de alguna quema de rastrojos de campesinos que viven cerca de la zona. Según publica la BBC, la policía ya ha detenido a un hombre de 27 años presuntamente acusado de iniciar el incendio. La razón por la que durante más de diez días el fuego ha continuado avivándose es, según medios locales, que nuevos focos se avivan cada día muy alejados unos de otros.
#SaveChernobyl
Bajo este hashtag las redes sociales se han volcado en ayudar y donar fondos a los bomberos que trabajan en la zona de exclusión y a los animales y las casas afectadas, según publica la Asociación de tour operadores de Chernóbil. “La situación es crítica. La zona está ardiendo. Las autoridades locales informan de que todo está bajo control, pero de hecho, el fuego captura rápidamente nuevos territorios”, afirmó Yemelianenko el lunes, que critica el acceso prohibido de periodistas y voluntarios a la zona y denuncia la posibilidad de que las autoridades estén eligiendo de nuevo la política del silencio y la información falsa, como ocurrió en el desastre de 1986.
Según afirma, los depósitos a los que se ha acercado peligrosamente el fuego son los llamados "Pídlísnij", “donde se encuentran los residuos de radiación más activos de toda la zona de Chernóbil”. El martes por la noche, el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal afirmó que “415 personas y 98 unidades de tecnología involucradas en la zona de exclusión, con 3 aviones y 3 helicópteros, lograron frenar el fuego a las siete en punto del 14 de abril” y que “sólo ha surgido un nuevo foco menor en este punto”. Sin embargo, organizaciones medioambientales como Greenpeace desmienten esta información y afirman que la realidad supera las estimaciones oficiales, según publica Reuters.
Las autoridades también han afirmado que los niveles de radiación de la ciudad de Kiev, a unos 100 kilómetros de la central, no superan los normales. “No hay amenaza para la central nuclear de Chernóbil, para el almacenamiento de combustible residual o para otras instalaciones críticas”, afirmó el portavoz de Emergencias, Volodímir Demchuk, que ha pedido calma. Según los datos de contaminación y herramientas de protección ambiental ofrecidos por SaveEcoBot, los niveles de contaminación sobre Kiev son normales. Sin embargo, a raíz de los fuertes vientos, el monitor suizo IQAir Kiev marca en esta ciudad el nivel más alto de contaminación del aire de las principales ciudades del mundo, según ha informado Reuters.
Países vecinos como Polonia, Bielorrusia, Rumania o Hungría siguen con temor la noticia debido a que, en 1986, los gases tóxicos producidos por la explosión del cuarto reactor de la central barrieron Europa. Desde entonces, nadie vive en las inmediaciones de la central y, aunque los otros tres generadores continuaron funcionando, en el año 2000 se cerraron y 2016 se construyó una cúpula protectora gigante.